El Frente Amplio Progresista condiciona un acuerdo con el radicalismo de cara al 2013

El FAP puso condiciones a un eventual acuerdo con el radicalismo para los comicios del año próximo y argumentó que primero la UCR debe atravesar un “debate interno y definir si ocupará un espacio de centroizquierda o de centroderecha”. “Habrá que ver cuál será el alineamiento definitivo de la UCR”, declaró a Télam Juan Carlos Zabalza, jefe del bloque socialista de la Cámara de Diputados y mano derecha del líder del FAP Hermes Binner.
Zabalza opinó que el frente y el radicalismo podrían “marchar juntos” sólo si la UCR reivindica un “pensamiento progresista común al acuerdo programático del FAP” y consideró esa posibilidad como una “alternativa abierta”.

Si bien Binner deja siempre la puerta abierta al diálogo con el radicalismo, varios dirigentes del FAP rehuyen en voz baja de un acuerdo “con la estructura partidaria de la UCR que pactó con el peronismo de Francisco De Narváez”.

De hecho, el año pasado, al conocerse las primeras señales de lo que luego fue el acuerdo electoral entre Ricardo Alfonsín y De Narváez en la provincia de Buenos Aires se congelaron los coqueteos entre socialistas y radicales.

“No podemos acordar con una UCR que fue con el macrismo a abrazar Tribunales; no es sólo una cuestión ideológica, sino de práctica política; mientras ése sea el rumbo del radicalismo es difícil un acuerdo”, expresó, contundente, el diputado Claudio Lozano.

Es que, a su entender, los fracasos estratégicos de otras expresiones de centroizquierda, como el ARI y el Frepaso, obedecieron a que esas fuerzas “subordinaron su propia construcción a viejas estructuras”, sin anteponer lo programático.

En diálogo con Télam, Lozano aclaró: “No tenemos inconveniente en conversar ni con radicales, ni con peronistas, en el marco siempre de consolidar primero nuestra propia fuerza”.

“Por ahora es muy difícil, por lo menos hasta que la UCR resuelva sus propias contradicciones, aunque no cerramos la puerta a ningún acuerdo, ni nacional ni provincial”, coincidió Humberto Tumini, titular del Movimiento Libres del Sur, integrante del FAP.

Lo cierto es que el frente tiene por delante el desafío de ampliar todo lo posible su presencia en las provincias, si aspira a consolidarse como fuerza nacional y a pelear en los comicios presidenciales del 2015.

Por ahora, los 22 diputados y tres senadores con los que cuenta el FAP sólo pertenecen a cuatro distritos: Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe y Córdoba y, seguramente, para garantizar su presencia en otras provincias deberá sellar acuerdos con otras fuerzas.

Días atrás, Binner apeló a una frase ya repetida: “por ahora no, pero es posible que conversemos” y, como respuesta, Ricardo Alfonsín dijo que él es parte del grupo de radicales que desde 1983 intentó acordar con el socialismo, pero delegó en el partido cualquier decisión futura en ese sentido.

“Si se pudo en Santa Fe, ¿por qué no se podría dar un proyecto común con el radicalismo en todo el país?”, se preguntó Zabalza y mencionó los acuerdos logrados entre ambas fuerzas en Entre Ríos y La Pampa.

Desde el radicalismo, sin embargo, el diputado Miguel Bazze puso en segundo plano la opción de avanzar hacia un acuerdo con Binner porque “la prioridad para la UCR es reinstalarse como alternativa de cara la sociedad”.

“El radicalismo es un partido con presencia en todo el país, es una fuerza de gobierno y, como tal, su primer desafío es instalarse como alternativa frente a la sociedad”, dijo Bazze a Télam.

Con todo, el legislador y mano derecha de Alfonsín aceptó “posible” un entendimiento en el futuro porque existe “un base de coincidencias importantes” entre ambas fuerzas.

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