Frutas: calculan pérdidas por 30 millones de dólares

El conflicto bélico entre Rusia y Europa causa efectos en múltiples sectores de la economía mundial y nuestro país no resulta una excepción. En el Valle de Río Negro y Neuquén, el cierre del mercado ruso para las peras y manzanas argentinas alteró el equilibrio comercial y provocó pérdidas calculadas en unos 30 millones de dólares.

 La situación resulta de extrema gravedad porque, aunque se firmara hoy mismo la paz, la fruta rionegrina no podría ingresar a Rusia, como consecuencia de las modificaciones en el mercado cambiario.

Según una publicación del diario Río Negro, empresarios, productores, legisladores y funcionarios provinciales ya "están solicitando al gobierno nacional que tome cartas en el asunto". En el primer trimestre del año, gran parte de los fondos ingresados al Valle para iniciar la cosecha de frutas fueron anticipos de importadores rusos por las exportaciones a ese destino, que no fueron embarcadas y nadie sabe si podrán enviarlas en el corto plazo.

Desde el sector empresario anticiparon que la fruticultura requiere un aporte de 30 millones de dólares para continuar la temporada y cancelar deudas con proveedores, incluyendo a los fruticultores que ya entregaron su cosecha a empresas exportadoras. Según fuentes empresarias, esta semana se realizaría una reunión con funcionarios del Ministerio de Agricultura para reclamar una urgente ayuda en dinero fresco y eventuales beneficios impositivos.

 

Peras, el mayor problema.

Si bien los analistas internacionales consideran que el acuerdo de paz entre el Kremlin y Kiev se firmaría antes de fin de mes, el daño comercial al sector frutícola del Valle sería imposible de revertir. Una de las razones es la pérdida de competitividad provocada por la devaluación del rublo: antes de la guerra un dólar cotizaba a 72 rublos, pero en su última cotización, el viernes pasado, estaba en 131 rublos. Esta diferencia haría imposible para cualquier exportador del Valle poner una caja de peras o manzanas en Rusia con retorno positivo.

Según las estadísticas, en los últimos años venían cayendo los volúmenes de venta hacia Rusia, que el año pasado le compró al Valle unas 80.500 toneladas de pomáceas, distribuidas en un 90% de peras y apenas un 10% de manzanas. Por esta razón, el principal problema para las empresas está centrado hoy en la reorientación de las cargas programadas de peras.

Argentina envía a Rusia entre el 21 y el 23 por ciento de su producción de peras y generalmente con embarque que no son de la mejor calidad. Las heladas y tormentas de granizo provocaron que esta temporada se perdiera mucha fruta, y para compensar esta caída de volumen los exportadores estiraron la calidad de la pera a embalar, incluyendo terceras y cuartas calidades que difícilmente puedan ser compradas por otros mercados.

Manzana.

En cambio, la situación comercial de la manzana es menos complicada. En primer lugar, los volúmenes destinados a Europa del este son pequeños en relación con la pera. En 2021 el Valle mandó a San Petersburgo unas 8.400 toneladas, contra las 72.000 toneladas de peras. En segundo término, antes de comenzar la escalada bélica en Ucrania, apenas habían embarcado unas 280 toneladas de manzanas hacia Rusia, contra más de 11.100 toneladas enviadas de peras. Y en tercer lugar, la manzana está mucho mejor instalada que la pera en el mercado y tiene mayor demanda, de modo que redireccionar las 9.000 toneladas programadas para Rusia en esta temporada, no será un gran problema para los exportadores.

 

"Pocas certezas".

"El escenario es muy complicado y todos estamos buscando soluciones para ver cómo reorientamos la fruta que teníamos previsto colocar en Rusia", informó Marcelo Loyarte, gerente general de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), al ser consultado por el diario rionegrino. Según el empresario, la actividad sufrirá efectos directos, por la périda de fruta que no llegó a destino, e indirectos, porque al reorientar esa fruta hacia otros mercados producirá una sobreoferta que afectará el precio final.

"Tenemos la esperanza que esto termine lo más pronto posible, porque Rusia es un mercado importante para nosotros, inclusive durante el segundo semestre del año", agregó. Para Loyarte, el principal problema está redireccionar la pera: "podrá ir algo a Latinoamérica, otro poco al mercado y mucha fruta a la industria. Pero hay muy pocas certezas", concluyó.

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