"Yo le gané a Lugo al vóley"

"Yo le gané a Lugo al vóley"
COPA SUDAMERICANA / LANUS - RIVER: El paraguayo ya remató al presidente de su país y hoy vuelve para ser el bloqueo en el medio de River. Autocrítico con su nivel, dice que pueden dar vuelta la serie.
Ahora que todos quieren ser Juan Martín del Potro, Miguel Angel Paniagua simplemente quiere afirmarse como el cinco de River. Esta noche tendrá la revancha frente a Lanús y la suya como titular del equipo.

Y ahora que todos sueñan con ser tenistas, Paniagua ya cuenta con una breve experiencia en el mundo del polideportivo. Lo suyo ha sido el vóley. Hace un año fue invitado por Fernando Lugo a la residencia presidencial de Paraguay. "En realidad preguntó si preferíamos un desafío de baloncesto, pero desistimos", cuenta con alma de opuesto.

-¿Jugaste con Lugo?

-No, él armó su equipo con integrantes de las Fuerzas Armadas. Yo estuve para el lado de los futbolistas.

-¿Y?

-Anda bien el presidente.

-¿Pero cómo terminó el partido?

-Ah, se puede decir que le gané a Lugo, je.

-¿Sabés algo de vóley?

-Me las arreglo, me gusta jugar cerca de la red para rematar. Soy un definidor.

-¿O sea que te llamaron porque la tenés clara?

-No, me llamó el Mono Tavarelli (NdeR: ex arquero de Olimpia y selección paraguaya). Estuvo organizado por el gremio.

-Resultaron malos invitados, entonces...

-El presidente se divirtió, eso es lo importante.

-¿Fuera de la cancha sos del equipo del presi?

-¿En qué sentido?

-¿Si lo votaste?

-Sí, creo que está haciendo bien las cosas. Está tratando de equilibrar a la sociedad de Paraguay.

-¿Cómo te cayeron después las noticias sobre sus hijos?

-Cada uno es consciente de sus actos. El tiene el derecho de reconocer a sus hijos. Que lo haga como hombre. Me parece que lo debemos apoyar en todo.

Y hablando de un apoyo tan sincero, más allá de que el affaire Lugo quedó eclipsado en el arcoiris de aventuras de Berlusconi ("nunca pagué, me gusta seducir", dijo el Cavaliere), Paniagua cree que River necesita un poco de amor propio para revertir la historia. "Se puede dar vuelta la serie contra Lanús. Si el equipo está bien equilibrado, tenemos posibilidades de jugar bien y ganar".

-Pero vienen de dos partidos flojos.

-Son circunstancias. Sabemos la situación por la que atraviesa River. No es un buen momento, en el sentido de que no se están dando los resultados. Nosotros hacemos lo que podemos. No le estamos encontrando la vuelta, aunque el cuerpo técnico y todos los jugadores nos estamos esforzando.

-¿Encontrás algún parecido entre lo que le pasa a River y a la Selección?

-Y, tal vez porque no se le encuentra la vuelta y empiezan las críticas. Pero como de todos lados están matando a los jugadores, me parece que esto le da más fuerza al grupo. Es así. Y por eso hay que estar más unidos que nunca.

-¿Vos te jugás el prestigio en este regreso?

-Yo vine acá para todo o nada. Siempre doy todo. Me voy a esforzar el doble o triple para ganarme un lugar en el equipo.

-¿Cómo tomaste la salida de la titularidad?

-Sabía que no hice lo que debía hacer y lastimosamente tuve que salir del equipo. Ahora estoy con ganas de hacer lo mejor.

-¿Sos autocrítico?

-Sí. Me faltó algo para ser el que puedo, porque acá el ritmo de fútbol es otro. Gracias a Dios, ya me siento a la altura de los muchachos como para tratar de hacer bien las cosas.

-¿Qué te hace pensar que ahora sí podrás afianzarte entre los 11?

-Ya tengo más prácticas con el grupo. La confianza tiene que volver poco a poco. Voy a realizar todo lo posible por hacer un buen trabajo y recuperar el nivel que tuve en Paraguay.

-¿Te condicionan los murmullos?

-Siempre va a haber murmullo. Sabía que esta hinchada es muy exigente. Me debo ganar el cariño.

-Encima llegó un referente como Almeyda, que enseguida se adaptó...

-Almeyda es un gran jugador. Le da carácter al equipo. Tiene experiencia y ahora debo reemplazarlo. Es una gran responsabilidad ocupar su lugar. Me parece que todos debemos aprender de él, de Ortega y de Gallardo...

-¿Hay que aprender a jugar en River?

-Sí. Yo antes me soltaba menos. Ahora debo ir a presionar más arriba al otro volante, y muchas veces quedo desprotegido. Mis compañeros me van ayudando. Lo más importante es no perder la espalda.

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