La obra del Centro Ambiental Villa María – Villa Nueva avanza a pasos significativos, para transformar el viejo vertedero en un espacio sustentable de revalorización del residuo.

La iniciativa es una de las siete de esta naturaleza que se ejecutan en el país, y se inscribe en los paradigmas de desarrollo con sostenibilidad y economía circular, en el marco de la Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Consultado sobre el megaproyecto en marcha, el intendente de Villa María, Martín Gill, enfatizó en el concepto transformador del plan de ejecución: “Es un proceso de transformación porque se va a incorporar infraestructura y equipamiento para tratar los residuos del conglomerado, convirtiéndose en uno de los siete centros de disposición de residuos con mayor capacidad en el país”.

Además, en el marco de una recorrida por la obra que realizó junto al mandatario de Villa Nueva, Natalio Graglia, adelantó que se prevé que las obras concluyan entre los meses de julio y agosto.

El proyecto recibió financiación a través del Banco Interamericano del Desarrollo y fue licitado por el Ministerio de Ambiente de la Nación, con un presupuesto que actualmente ronda los 1.200 millones de pesos.

Para la concreción de la iniciativa, que apunta a un modelo de economía circular, se llevan adelante múltiples frentes de obra. Uno de ellos refiere al proceso de cicatrización, que permitirá el desarrollo de un ecoparque donde hasta hace pocos meses solo había montañas de residuos. En efecto, la obra incluye el ordenamiento de los desechos ya depositados, con las coberturas necesarias y el acondicionamiento de los suelos para luego emplazar cubiertas verdes.

LAS OBRAS EN MARCHA

Además, se avanza en la construcción de celdas de enterramiento para la deposición final de aquellos residuos que no puedan ser recuperados.

Puntualmente, el módulo contempla tres celdas cuya base recibe un tratamiento de impermeabilización a partir de la cobertura con suelo de bentonita y una segunda capa con geomembrana.

A esto se complementa un sistema de cañerías que recolectan los lixiviados, es decir, los líquidos de los residuos que llegan desde allí a piletas que son bombeadas para su destino final en la primera planta de ósmosis inversa del país.

Este es un detalle para destacar en la iniciativa que permitirá, en los próximos cinco años, reducir el 35 por ciento de los residuos que van a enterramiento, ya que la planta de alta tecnología permitirá reutilizar el líquido de los residuos como agua para riego y otros usos.

Además, las celdas -a las que se sumarán nuevas a medida que se requieran- quedarán equipadas con la infraestructura necesaria para que luego se le adicione el equipamiento que permitirá la generación de energía, mediante la captación de los gases liberados por los residuos allí depositados.

En este sentido, el proyecto en marcha también prevé la instalación de columnas de ventilación que permitan evacuar los gases generados por los depósitos de basura, de manera tal que el área quede ejecutada con las normas de seguridad pertinentes.

Para el tratamiento y recuperación de los residuos, el nuevo Centro de Gestión Ambiental contará con plantas diferenciadas a las que arribarán los desechos para darle nuevo valor, tras su paso por el área de clasificación.

De esta manera, se otorgará un tratamiento determinado a neumáticos, vidrio, plásticos, materiales de construcción, residuos verdes, entre otros. En todos ellos, el agregado de valor y su retorno al sistema serán los ejes de trabajo.

UN PROYECTO CON INSERCIÓN SOCIAL

La construcción del nuevo Centro de Gestión Ambiental será un antes y un después para muchas familias. Así lo destacó Gill al señalar que “se busca brindar calidad en el trabajo y un balance social, ofreciendo la oportunidad de desempeñarse tanto a los trabajadores de las cooperativas que actualmente llevan adelante la separación de residuos, como al colectivo de personas que hace cirujeo, para que todos formen parte del dispositivo que se encargará del tratamiento de los residuos”.

Por otra parte, el proyecto incluye la construcción de un jardín de infantes dentro del predio, que ya se está levantando, y que permitirá a estos trabajadores, como a otros de la zona aledaña, contar con un espacio educativo para niños desde los 45 días hasta los 4 años.