El gobierno evalúa cambios al pliego del transporte y busca los votos

El gobierno evalúa cambios al pliego del transporte y busca los votos

Ya aceptó algunas modificaciones y analiza incorporar otras. El oficialismo estiró el tratamiento ante las quejas opositoras. Pero lo apremian otros expedientes.

El borrador que tenía el oficialismo para el tratamiento del pliego del transporte público establecía dos fechas con marcador rojo: la aprobación en la comisión de Transporte al día siguiente de la audiencia pública y la sanción definitiva en el recinto del Concejo Deliberante en la última semana de febrero, antes de la apertura de sesiones ordinarias. Esos plazos entraron en crisis la semana pasada, sobre todo por los cuestionamientos y los pedidos de modificación de la oposición, las entidades intermedias y los vecinos que participaron del debate.

El presidente de la comisión, el oficialista Agustín Neme, les había adelantado a los demás miembros del cuerpo que el viernes asistirían el secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti, y el director de Movilidad Urbana, Dante Galván, para reanudar el tratamiento tras la audiencia del jueves. El orden del día ya había sido publicado, pero la reunión, que podía derivar en un llamado a votar el expediente, no fue convocada. Es el síntoma más evidente de que el proyecto carece, por el momento, de consenso político.

“Hoy tenemos diez votos”, dijeron cerca del intendente Guillermo Montenegro sobre el filo del fin de semana, después de la audiencia maratónica que exacerbó el contrapunto del oficialismo con el principal bloque opositor, el Frente de Todos. Aludían a los diez integrantes del interbloque oficialista, que conforman los bloques de Vamos Juntos, la UCR y la Coalición Cívica.

La realidad legislativa marca que nunca el gobierno municipal tiene solo diez votos. Hay otras voluntades siempre dispuestas a acompañarlo. El que menos lo disimula es Mauricio Loria, de la Agrupación Atlántica, al que algunos lo cuentan como un miembro más del interbloque.

En esa órbita asoma también Mercedes Morro, de Tercera Posición. Y algo más distante, pero no tanto como para alinearse al bombardeo cotidiano del Frente de Todos –sobre todo en la discusión del pliego–, aparece Acción Marplatense. Allí está una de las explicaciones de la demora en el calendario oficial. El jefe del bloque de AM, Horacio Taccone, avisó que así como estaban las cosas la bancada iba a votar en contra.

El último viernes el oficialismo suspendió una reunión clave. Es el síntoma más evidente de que el proyecto carece, por el momento, de consenso político.

El bloque que responde al ex intendente Gustavo Pulti aguarda un detalle de la Facultad de Ciencias Económicas sobre cuánto costaría el boleto si la concesión, en lugar de tener un plazo de 20 años, tuviera uno menor. Cree que ese análisis es determinante para sentar postura sobre uno de los puntos medulares del proyecto: el tiempo que prestarán el servicio las empresas que ganen los tres grupos de líneas previstos en la licitación nacional e internacional.

El Frente de Todos ya se pronunció en contra del plazo contemplado en el pliego. Da por descontado que a los 20 años se le añadirá la prórroga opcional de cinco y otros dos de posible extensión. Machaca con los 27 años. El resto de los bloques solo toma en cuenta el plazo original, de dos décadas. El antecedente inmediato favorece esa otra lectura. La concesión de las empresas actuales era por 12 años. Cuando concluyó el plazo, el entonces intendente Carlos Arroyo pidió la prórroga por tres años establecida en el contrato vigente, pero el Concejo no se la concedió y tuvo que conformarse con decretar una extensión de emergencia por dos años.

En el gobierno marcan que, cuanto más corta sea la concesión, menos posibilidades habrá de despertar interés en las empresas del sector. Desliza que una licitación a diez años (como pretende el Frente de Todos) garantizaría la continuidad de los actuales prestadores. La política suele ser un juego de contrastes: el bloque opositor repite que es el Ejecutivo el que pretende, a través de este pliego, perpetuar el sistema actual con sus recorridos y frecuencias.

En la administración también advierten que boicotear el proceso es “trabajar por la prórroga”. En eso hay un punto de contacto con Acción Marplatense, que atisba un limbo sin obligaciones ni control si no se licita. El Frente de Todos contrapone que los controles fallaron con licitación y todo, y que el plan oficial tampoco asegura que eso vaya a cambiar.

En el gobierno advierten que, cuanto más corto sea la concesión, menos posibilidades habrá de despertar interés en las empresas del sector. 

El proyecto presenta, en cambio, una buena noticia reconocida por todos: la metodología de costos fue confeccionada por la Facultad de Económicas de la Universidad Nacional. Acción Marplatense busca que la intervención de los técnicos de la casa de estudios no se limite a dejar la fórmula de cálculo y retirarse. Pretende que ante cada pedido de aumento de boleto sean ellos los que carguen los datos en el sistema. Para generar transparencia. Hay ediles del oficialismo que ven con entusiasmo esa posibilidad. Podría ser una de las modificaciones al texto original.

Otra, que ya se aseguró el radicalismo, está vinculada con la ventana temporal que se abrirá entre el momento en que un usuario se baje de un micro y se suba al otro para combinar el boleto. La propuesta hablaba de una hora. Ya hay acuerdo para incrementarla.

Pero todavía hay puntos suspensivos en otros aspectos. Del pliego no surge, por caso, de cuánto es la inversión que deberán hacer los empresarios en las tres estaciones que estarán en el recorrido de la línea anular y favorecerán la combinación del pasaje. Las firmas recuperarán esos fondos a través de los años, mediante el precio del boleto, pero la oposición reclama el informe del costo de las obras. Neme promete que estará en la próxima reunión de la comisión.

Del pliego no surge de cuánto es la inversión que deberán hacer los empresarios en las tres estaciones que estarán en el recorrido de la línea anular 

 

Uno de los pedidos más insistentes es el de exigir de entrada más colectivos con pisos bajos. La propuesta del Ejecutivo se limita a un 9% de los colectivos de la línea anular, un 5% del total. Desde el Plan Municipal de Accesibilidad (Plamac) reclaman que alcance al 30% de la flota. La diferencia es abismal, pero el debate quizá alumbre un porcentaje mayor al proyectado.

Presionado por la oposición a concederle más tiempo al tratamiento legislativo, el oficialismo aplazó para esta semana el encuentro de la comisión de Transporte con Bonifatti y Galván, sustancial para saber qué cambios está dispuesto a introducir el gobierno. Pero teme que otros asuntos vinculados con el transporte recuerden su silenciosa presencia. Como el aumento de boleto a $ 69,14 y la prórroga contractual por otros tres años que pidieron las actuales concesionarias.

Neme anhela que esas discusiones queden para después de la sanción del pliego. Como si no quisiera repetir la historia: el 28 de abril de 2005, cuando a pedido del gobierno de Daniel Katz el Concejo sancionó por mayoría –con votos radicales, justicialistas y de Acción Marplatense– el pliego del transporte que terminó con décadas de precariedad y licitaciones frustradas, también aprobó un aumento de boleto.

 

Por Ramiro Melucci

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