Guerra por precio de la comida: el Gobierno reveló su nuevo plan a empresarios en una reunión picante

Guerra por precio de la comida: el Gobierno reveló su nuevo plan a empresarios en una reunión picante

La suba en el costo de la comida lidera la preocupación de los funcionarios, mientras los empresarios no ven viable sostener regulaciones al sector.

Por: Claudio Zlotnik.

Ya instalado en "modo campaña electoral", el Gobierno puso a la inflación en el foco central de la estrategia de política económica. Controlado, al menos para el corto plazo, el mercado cambiario, ahora la Casa Rosada dio la orden de ir por una desaceleración en el alza de los precios. En particular de los alimentos, que se encarecen por encima del promedio.

Focalizado en la consigna de que los salarios le ganen la carrera a la inflación a lo largo de este año, en el Gobierno ampliaron la mirada. 

El diagnóstico es que, a esta altura, ya no alcanza ni hay margen para sumar controles sin que esas intervenciones sean sobre bases justificadas. Los típicos programas de regulación, como "Precios Cuidados" y "Precios Máximos", ya no tienen espacio para sumar productos. Al contrario, existe una fuerte presión empresaria para desarmar "Precios Máximos", un plan que fue articulado a inicios de la pandemia y que las compañías quisieran ver deslistado.

Por eso mismo, este miércoles, el equipo económico puso el énfasis en los costos de los insumos de las empresas fabricantes de alimentos.

Advertidos por los propios empresarios -que venían avisando de incrementos muy fuertes de parte de sus proveedores de insumos, incluso medidos en dólares-, los funcionarios convocaron ayer a la segunda reunión de la mesa de la cadena de alimentación, en el marco de la búsqueda de consensos en la evolución de los precios y los salarios.

El tema de los precios de la comida pasó a liderar la preocupación de los funcionarios, y por eso mismo la cuestión fue analizada durante la mañana en el encuentro semanal del equipo económico.

Precios: sospechas de "movimientos especulativos"

 

La cumbre fue liderada por los ministros Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Claudio Moroni (Trabajo), la titular de la AFIP, Mercedes Marco del Pont, y la secretaria de Comercio Interior, Paula Español. Estuvieron con productores de insumos de la fase primaria, como fertilizantes y agroquímicos, y los de la fase industrial, como cartón vidrio, hojalata y todo lo vinculado a los envases de los productos. Y con los principales fabricantes de alimentos, que a su vez están bajo la lupa oficial por el encarecimiento de los alimentos.

Kulfas aseguró frente a los empresarios proveedores que habían notado "aumentos injustificados". Y ejemplificó: "En fertilizantes y agroquímicos, por ejemplo, registramos aumentos que son muy llamativos, de entre el 40% y el 60% en dólares".

Se trata de incrementos que impactan sobre la producción primaria, como maíz y trigo, que a su vez luego se traslada a los productos finales que llegan a las góndolas de los supermercados o a las carnicerías de barrio.

"Creemos que en muchos casos hay un movimiento especulativo", acusó Kulfas.

Gobierno y empresarios detectaron fuertes aumentos en la cadena de producción de alimentos.

 

Los funcionarios también tenían carpetas con información de incrementos en otros rubros, que a su vez impactan en la cadena de la alimentación. Todo lo que tiene que ver con los envases, por ejemplo.

Algunos empresarios llevaron datos concretos de los aumentos que les habían pasado sus proveedores en el último año.

Algunos ejemplos: entre enero de 2020 y enero último, el precio del vidrio de encareció 48%, lo mismo que el cartón.

En el caso de las tapas de aluminio, la suba promedio fue del 47% el año pasado. Mientras que en la hojalata fue del 45%.

La suba más fuerte se dio en las bobinas (film para envasar), con un 75% en el último año.

Desde Comercio Interior también pusieron en la mira los precios del vidrio y de los plásticos.

La idea de los funcionarios es perfeccionar los controles de precios, con información sobre toda la cadena de valor. Intentan dar respuesta al reclamo de las empresas fabricantes, que son las más expuestas porque tienen trato directo con los supermercados.

Las fábricas vienen reclamando el final de Precios Máximos porque sus costos aumentaron más que los ajustes que les habilita el Gobierno.

En busca de una solución para los precios

 

Como el Gobierno necesita mantener las regulaciones sobre los alimentos industrializados, los funcionarios optaron por una salida que ellos consideran como "la más compleja pero la más adecuada".

Esto es, ir al fondo de la cuestión: una revisión integral de los costos de la cadena. Desde el productor y proveedor de insumos hasta el precio final de los productos que tiene el fabricante. Los funcionarios se convencieron de esta metodología una vez que los mismos empresarios les llevaron carpetas con la información sobre lo que viene pasando: que en algunos rubros sufren inflación en dólares.

Por eso, ayer mismo se empezó a trabajar con el área de los fertilizantes y los agroquímicos.

Según pudo saber iProfesional, la defensa que hicieron esos empresarios fue que ese tipo de productos escasea en el mercado internacional, hay una menor oferta de esos bienes, y que por esa situación irregular -surgida durante la pandemia-, los productos registraron un salto en moneda dura.

Ahora le tocará a Kulfas y su equipo para constatar esa realidad.

Alimentos: las empresas piden terminar con el programa Precios Máximos.

 

En simultáneo, las compañías que fabrican alimentos volvieron a argumentar que en muchos productos ya trabajan por debajo de sus costos. Y la evolución de los precios de los productos van por detrás de la inflación promedio.

La tensión entre el Gobierno y los empresarios se incrementó en los últimos tiempos. Hace dos semanas, el Ministerio de Kulfas imputó a un grupo de empresas líderes de consumo masivo tras verificar faltantes en las góndolas de los supermercados. Por ahora, esa medida no derivó en multas pero sí en una advertencia y está a la espera de definición.

Para la Copal -la cámara que agrupa a los industriales de la alimentación-, existe un retraso promedio del 25% en los valores de esos productos de la canasta básica.

Por eso mismo, los ejecutivos vienen reclamando el final de "Precios Máximos", que incluye a unos 70.000 productos de distintos rubros.

Ese programa tiene fecha de vencimiento: el próximo día 31. El Gobierno ya tomó la decisión de darle continuidad porque teme que su desmantelamiento provoque un salto inflacionario inmanejable en términos sociales. 

Se trata de productos de la mesa familiar: desde fideos a arroz, harinas y aceites, por citar los casos más emblemáticos.

Frente a esta situación de virtual congelamiento de los precios en un contexto de alza de los insumos, algunos fabricantes tomaron medidas defensivas. Dejaron de hacer promociones en las cadenas de supermercados y, en algunos casos, les pusieron cuotas a los volúmenes de entregas. Sobre todo a mayoristas, que son los que abastecen a los almacenes y autoservicios de barrio.

Por eso mismo, cada vez se nota más la diferencia de precios entre las grandes cadenas y los pequeños negocios: un mismo producto se encuentra más barato en los supermercados que en los autoservicios. Este fenómeno redundó en que los súper le sacaran clientela a los más chicos durante los últimos meses.

De todas formas, la cuestión central ahora pasa por ver si el Gobierno logra articular una estrategia consistente que permita desacelerar la suba de los precios de los alimentos, al tiempo que logra sostener los programas de control, que han quedado bajo jaque de los empresarios.

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