¿Se hubiese evitado la crisis policial con un Defensor del Policía o un Sindicato?

¿Se hubiese evitado la crisis policial con un Defensor del Policía o un Sindicato?

Hace algunos meses el senador de Juntos por el Cambio, Lucas Fiorini, presento un proyecto de ley para crear un Defensor del Policía en el ámbito de la misma fuerza, y desde hace varios años hay quienes creen que es necesario sindicalizarla. ¿Qué hubiese pasado si la Policía provincial tenía alguna de esas figuras?.

Por: Fabricio Moschettoni.

El senador Lucas Fiorini cree mediante su iniciativa que con un Defensor del Policía hay una protección de los integrantes de la fuerza, y cualquier conflicto ya sea interno o hacia el exterior de la organización se podría evitar, porque por ejemplo entre las funciones que tendría están: asesorar y representar jurídicamente al personal policial, prescribir recomendaciones y diseñar mecanismos de solución frente a organismos públicos, atender y responder consultas vinculados con los derechos del personal policial, promover el desarrollo y capacitación del personal,  intervenir gestionando mejorías socioeconómicas para los integrantes de la Policía.

En tanto, la idea de sindicalizar, que últimamente la mencionó con fuerza el intendente de San Isidro Gustavo Posse, es más sofisticada, aunque merece una rediscusión.

Inicialmente, el sindicato de policía para la bonaerense surgió a fines de los Noventa cuando se empezaba a dar un cambio cultural en la organización policial, aunque de todos modos no logró el consenso suficiente porque todavía en la fuerza quedaban elementos “bravos” y la solución podía ser peor que la problemática.

Recuerdo que en ese entonces me tocó asesorar en la función pública a un debate legislativo en esa materia y la opinión dada fue recomendar el no avance con el tema teniendo en cuenta que podría ser un arma demasiado peligrosa que termine desafiando la institucionalidad política provincial. Pero recordemos que veníamos de la “maldita policía” y recién se estaban encarando con seriedad las primeras purgas a partir de acciones muy bien encuadradas por parte del doctor León Carlos Arslanián, a mi criterio el mejor ministro de Seguridad que conoció esta provincia.

En otros lugares del mundo hay sindicatos policiales, pero también el grado de instrucción intelectual de la policía es muy elevado, con varios efectivos que tienen rango universitario.

Las dos soluciones, el Defensor de la Policía y el Sindicato de Policía tienen que ser debatidos como dos factores necesarios para reestructurar de verdad a la fuerza.

Necesitamos imperiosamente marchar hacia una policía más capacitada, con altos niveles de formación, incluso dirigida por cuadros con preparación universitaria. Para eso la paga debe mejorar sustancialmente, pero también la exigencia al hombre o la mujer policía.

En paralelo es necesario la participación de la comunidad organizada que opine y de nota sobre la satisfacción en el servicio de seguridad, y figuras como el Defensor de la Seguridad o los Foros de Seguridad, que fueron hijos directos de esa crisis de los Noventa, dieron excelentes resultados porque terminaban siendo el termómetro que marcaba la temperatura exacta de la sociedad y podía ser  tenida en cuenta por el poder político para planificar las políticas en la materia.

La crisis que está ocurriendo en estos días es inédita, no tiene antecedentes, pero más allá de cómo se resuelva está creando un precedente preocupante a futuro.

No la entiendo como una crisis técnica de seguridad, sino que a mi entender es mucho más grave porque tiene una raíz política indudablemente que va más allá de un reclamo por salarios magros. Estamos viendo las consecuencias de las constantes fricciones entre el ministro de Seguridad Sergio Berni y su par nacional Sabina Frederic, entre Berni y los intendentes del PJ, y entre el gobernador de la  provincia, Axel Kicillof, que no logró colocarse el traje de jefe de la seguridad bonaerense.

Finalmente, estoy convencido de que el poder gubernamental tiene que tener enfrente una representación jurídica para poder negociar, y eso es un Defensor Policial o un Sindicato, de lo contrario no habrá un futuro certero.

En su momento recomendé la no sindicalización, pero los tiempos cambiaron, la democracia es más sólida y la fuerza tuvo depuraciones importantes por lo que entiendo que es momento de replantearse viejas posturas y dejar de lado la intransigencia.

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