"La incertidumbre lleva al enojo y a la violencia"

Así lo interpretó la psicóloga correntina Aymará Ramírez. Admitió cierto hartazgo social que conlleva más de 200 días de pandemia y las consecuentes restricciones a la movilidad. Sin embargo, destacó el descubrimiento de la virtualidad y la valoración de otros aspectos.

La psicóloga correntina Aymará Ramírez puso sobre la mesa un reciente estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en el que el sentimiento que más resaltaba entre encuestados de todo el país era el hartazgo. "Y es cierto, ya estamos cansados de esto", admitió, refiriéndose a las restricciones que impone la pandemia por el coronavirus Covid-19.

Pero también eso ocurre "porque no nos detenemos a pensar en las pequeñas cosas y elaborarlas", sugirió. Y ensayó algunas estrategias de sobrevivencia frente a la continuidad del aislamiento, que habrá que seguir soportando con estoicismo un tiempo más. 

Sobre este complejo tiempo presente, la profesional dialogó con el periodista Rubén Duarte en el programa dominical La Otra Campana, que se emite por LT7 Radio Corrientes en dúplex con LT25 Radio Guaraní de Curuzú Cuatiá.

Doscientos días de pandemia por Covid-19 en la Argentina. Quiero que nos cuentes, ¿cómo está el ánimo de la gente?

-Hace muy poquito estuve leyendo un estudio de la UBA (Universidad de Buenos Aires) que se hizo en toda la Argentina y el sentimiento que más resalta es el del hartazgo. Ya estamos cansados de esto. Y esto es algo muy particular nuestro, de los argentinos, de no detenernos en pensar pequeñas cosas y elaborarlas, sino que cambio y sigo para otra cosa. Cuando uno no se detiene a pensar o no se conecta con determinadas cosas que suceden, esto es lo que le permite avanzar después, porque el inconsciente te lo tira de alguna u otra manera. Las estaciones nos ayudan a reorganizarnos y orientarnos porque ya nos ayudan a vivir de otra manera. Es diferente la mirada que tenemos hoy, a diferencia de cuando comenzamos a transitar esta pandemia, porque empieza el calor, tenemos otras posibilidades, aperturas y eso nos puede ayudar también a reorganizarnos. 

¿Todo lo que estudiaste y aprendiste, lo estás utilizando más que nunca para vos también en este tiempo?

-Sí, yo cuando voy escuchando a la gente, voy aprendiendo cosas que me sirvan para mí. Los libros, con los hijos, no sirve absolutamente para nada (Se ríe). Estoy tratando de adaptarme a la virtualidad. Me estoy descubriendo que voy entendiendo la virtualidad, cosa que mucha gente por ahí también está descubriendo ahora que puede entender algo más. 

REACCIONES

Cada persona tiene distinta forma de actuar, recibir los golpes de la vida y reaccionar. Lo que estamos viviendo ahora, a muchos les causa ansiedad, depresión, hay mucha violencia también… En general, ¿para dónde tira la gente?

-Varía bastante, como decís vos, tiene que ver con la personalidad de cada uno. Pero esto de la incertidumbre, muchas veces lleva al enojo, ira y se desata la violencia.

Mezclado con alcohol y droga, muchas veces es un cóctel explosivo.

-Sí. También de no tener las mismas herramientas, no poder hacer lo que hacíamos antes nos lleva también a deprimirnos. Son las dos cosas que se están viendo.

¿Cómo se transita un duelo? En este caso es distinto, porque el ritual de los fallecimientos ha cambiado totalmente. 

-Hay que tomarlo de otra manera, pero tratar de vivirlo. Uno tiene que aprender a conectarse con el dolor. Son emociones, hay que transitarlas. Un determinado tiempo voy a estar triste y después sí me voy a ir recomponiendo de a poco. Los que están alrededor de esa persona que perdió un ser querido, al correr los días, puede ir acercándose… Son maneras que tenemos que ir buscando la vuelta para contenerlo o estar acompañados.

Quiero pedirte que les hables a los jóvenes, porque en muchos casos son los responsables de los contagios. No se cuidan porque cuando uno es joven, se cree inmortal; pero al estar contagiado, aunque sea asintomático, puede transmitir a sus mayores en sus casas.

-Volvemos a los ejemplos, vemos que los casos cuando comenzaba a desparramarse el virus eran por gente adulta, responsable, culta, formada…

Acordate que algunos estudios aseguran que la adolescencia se extendió un poco más…

-Entonces, yo te diría que la franja que estaría no haciendo mucho caso es a la que hay que hablarle, es de los 30 a los 45 años. Me parece que fueron esas personas las más irresponsables. Seguir luchando, nos hace falta ser más solidarios. Yo creo que esta cuestión de los ejemplos va a servir mucho, pero sobre todo ver que no cuesta nada resignar algunas cosas para el cuidado de todos. Sobre todo, cuando vemos que los casos nos comienzan a caer cada vez más cerca, ojalá ayude esto a tomar conciencia.

Es importante que la comunidad política y quienes nos gobiernan dejen las diferencias de lado y trabajar en esto en común como una cuestión central, ¿no?

-Es más fácil o llevadero, cuando vemos que los que nos están gobernando pueden hacerlo, entonces inspiran. Si desde los que nos gobiernan tienen otra postura, por ahí es más difícil seguirlo. No solamente desde la escucha, sino también desde la práctica.

Ocuparse, no preocuparse

Se te ve con optimismo, cuando la realidad desde el punto de vista de los contagios nos pinta otro panorama realmente, ¿no?

-Tenemos totalmente otro panorama. Todo lo que teníamos pensado en lo que iba a hacer un pico y nunca llegaba… Parecería que está llegando o empezando ahora, por eso con más razón yo creo que este momento hay que estar más atentos. Esto nos está demostrando que todavía no termina y que hay elementos que hay que seguir utilizando un tiempo largo, como el barbijo y otras cuestiones. Me parece importante ocuparse, no preocuparse. ¿Mantengo vínculo con otra persona? Sí, pero con los cuidados.

Toda muerte duele, pero hoy me despierto y me encuentro con la noticia del fallecimiento del genial actor Hugo Arana. Lo conocí a él actuando en el teatro, además de un excelente actor dramático, también hacía comedia, cine, televisión… Pero además tenía un aura espectacular, un tipo muy macanudo y muy gaucho. Entonces, decir que Hugo Arana se murió por Covid es como que te golpea sin ser familiar, porque era un referente importante de un sector de la sociedad.

-Duele y ayuda a volver otra vez al centro. Para no tirar todo por la borda y decir, esto pasa. Esto va a ser un interjuego entre el afloje y volver a tomar conciencia. 

 ¿Cómo combatir la ansiedad en estos tiempos?

-Cada uno tiene que ir conociéndose y viendo qué es lo que le sirve. Por ahí si este oyente vive en Santa Ana y tiene un espacio para caminar… Siempre la actividad física es lo que mejor nos viene, lo que más rápido nos ayuda a eliminar endorfinas, a cansarnos y a volver empezar. Pero también, la actividad física no es para todas las personas, entonces hay que ver qué es lo que le hace bien a cada persona, por ejemplo, cantar, bailar, etcétera. Poder organizarse, centrarme y disfrutar cada una de las actividades que realizo. De esa manera vamos a ir eliminando un poquito de ansiedad y tensión.

En tu casa ¿tenés esta misma onda y energía?

-Intento. Lo que pasa es que tengo dos hijos en edad escolar y estoy a full con el Zoom y las tareas.

Tomar ciertos hábitos

Hay que buscar nuevas cosas para tratar de sobrellevar, lo que pasa es que no sabemos cuánto va a durar esto, por lo tanto "la nueva normalidad" tiene para mucho tiempo todavía.

-Sí, tiene para mucho tiempo. Llevamos 210 días de pandemia y todavía no nos acostumbramos al distanciamiento, al barbijo… Son determinados hábitos que tenemos que, obligadamente, tomarlos.

Hay que insistir porque la gente no entiende…

-No solamente insistir, obviamente que, en tu rol de comunicador, sí está buenísimo insistir; pero para las personas comunes está bueno practicarlo. Cuando uno está en una fila y le dice al otro "tenés que estar atrás de la marquita", ahí recién se toma conciencia. Hay que predicar con el ejemplo.

La sobreinformación no sé si mata, pero de que enferma es así.

-Genera muchísima tensión. El estado de alerta está bueno porque te hace prevenir de situaciones peligrosas, pero esto de estar constantemente en estado de alerta es lo que a uno le genera ansiedad. También es importante que en algún momento del día podamos desconectarnos del teléfono, tele o lo que sea. Hagan la prueba, porque estar dos horas sin el teléfono es algo que a uno lo alivia bastante.

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