Con invocación a un histórico, Moyano embiste a Cavalieri

Con invocación a un histórico, Moyano embiste a Cavalieri
• Apadrina club ultra-K en gremio mercantil
En ejercicio de revisión histórica, para desempolvar la figura de Ángel Borlenghi, durante nueve años ministro de Juan Domingo Perón, le servirá a Hugo Moyano para emprender una cruzada largamente soñada: incursionar en el gremio de su archirrival, Armando Cavalieri.

El nombre y la memoria de Borlenghi serán hoy revisitados por una tribu ultra-K de dirigentes mercantiles para alumbrar un bloque interno en el sindicato que, hace décadas, comanda Cavalieri, temporada en que protagonizó varios rounds con el camionero.

Moyano será invitado y orador estrella en la presentación de La Borlenghi, agrupación que ordena Oscar Nievas, quien en otros tiempos fue miembro honorario del cuasi mitológico Grupo Michelángelo junto a Carlos Kunkel y, entre otros, el hoy canciller Héctor Timerman.

Nievas, secretario gremial de la Federación que tiene a Cavalieri como secretario general, integra un sector K en el sindicato donde también aparecen Christian Giménez, Sergio Ortiz, Inés Soria y Roberto Sotelo, contrincantes internos de «el Gitano».

El propósito inicial de La Borlenghi es conformar un polo aliado con la Casa Rosada -lo que sugiere que Cavalieri no hace-, alimentar la Corriente Político Sindical que encabeza el camionero y avanzar, junto con otros sindicatos, sobre el PJ porteño.

Este mojón amaneció a fin del año pasado cuando gremios de Capital armaron Las 62 Organizaciones porteñas, con Moyano como demiurgo y el proyecto K como pertenencia. Fue un hachazo para Gerónimo «Momo» Venegas, jefe de la Seis-Dos nacional y espadón de Eduardo Duhalde.

Para esa mixtura, Borlenghi es un rescate oportuno porque, además de ser el primer secretario general de la Federación Mercantil, armó el partido laborista -junto a Cipriano Reyes, con quien primero se distanció y al que luego encarceló- con que fue electo Perón en el 46 y fue, luego, su ministro político hasta semanas antes del golpe del 55.

Un «Moreno»

Los borlenghistas -que harán un homenaje a la mujer del ex ministro, Clara, que mañana cumple 100 años- reconocen que la jugada impacta hacia adentro del gremio que conduce Cavalieri y que ha tenido, con Camioneros, infinidad de conflictos por encuadramiento sindical.

Para «el Gitano» quizá no haya mayor herejía que ver que un grupo de mercantiles abra la puerta a Moyano, quien, bajo el amparo de los Kirchner, diezmó el padrón de afiliados de Comercio. Es una pulseada inagotable: ahora Facundo Moyano nutre con adherentes su gremio de peajeros.

Sin embargo, a pesar de esos episodios, los mercantiles de La Borlenghi priorizan la sintonía política en torno al esquema K y se cuadran ante la jefatura de Moyano. «Los problemas de encuadramiento existen y los más importantes no son con Camioneros», explicó, ayer, Nievas.

Moyano, ufano de su cosecha de afiliados, suele argumentar que ese proceso es un rebote porque en los 90, Cavalieri, protegido por Carlos Menem, aumentó su padrón mediante el «arrebato» a otros gremios con un simple agregado: además de Empleados de Comercio anexó la figura de «Afines» con la que avanzó sobre los dominios de otros sindicatos.

Para bendecir el show de pura expresión nac&pop, los mercantiles K invitaron a Kunkel, Juan Carlos Dante Gullo y a Carlos Tomada, árbitro en las pujas por afiliados entre Camioneros y Comercio, que no estará, pero enviará a sus embajadores.

Los K le reprochan a Cavalieri que haya «ignorado» a Borlenghi, a quien rescatan como sindicalista y político, y al que Nievas compara con Guillermo Moreno por su «compromiso» y, además, porque fue -como sugiere el secretario de Comercio- demonizado por la oposición de entonces.

De hecho, renunció como ministro del Interior luego de la quema de iglesias posterior al bombardeo de Plaza de Mayo -en el que falleció una hermana suya-, porque la oposición lo responsabilizó por los incidentes. Se fue a Italia, donde murió en 1962.

De formación socialista y vinculado a los republicanos españoles -por lo que no pudo viajar cuando Perón visitó a Franco-, Borlenghi dejó un libro de memorias que sus nietos, Gabriel y Emilio, ahora militantes de la agrupación que vindica a su abuelo, buscan publicar.

La invocación del ex ministro de Perón, que usa Moyano para perforar el frente sindical de Cavalieri, regala otra paradoja: Borlenghi, ateo declarado, fue el impulsor de la ley de divorcio vincular que promovió el Gobierno en medio del enfrentamiento con la Iglesia.

Ese registro, en momentos en que los Kirchner aparecen entreverados en la puja por el matrimonio gay, que exacerbó la tensión con la jerarquía eclesiástica, podría otorgarle a Borlenghi un lugar en la galería de los vindicados K junto a Héctor Cámpora.

Por lo pronto, como «el Tío», desde hoy el ex ministro de Perón -bajo cuyo mando estuvieron la Policía Federal y las fuerzas de seguridad en los años más ásperos del primer peronismo- ya es merecedor de una agrupación kirchnerista.

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