Carlos Quintriqueo, convertido en ángel vengador de la política (en este caso, la venganza K contra la traición emepenista) se sacó fotos con las famosas planillas de “voto seguro” que circulan, ciertamente, por las oficinas estatales, como mecanismo garantizador de resultados en las urnas aplicado por el gobierno (los sucesivos gobiernos) del MPN.

También se permitió con ATE ocupar las oficinas desde las que se manejan contrataciones del Estado con proveedores. Allí, según los gremialistas, se practica el “desvío de fondos” para la campaña electoral de la candidata oficialista, Alma Chani Sapag.

La evidente campaña anti campaña está a pleno, y profusamente difundida, más allá de la repercusión que puedan conseguir en los medios periodísticos, en las redes sociales, donde se libra la madre de todas las batallas en estos tiempos posmodernos.