De locos

De locos

El superclásico se suspendió en medio de un escándalo por la agresión que sufrieron los jugadores de River en la manga. El choque de Copa terminó en vergüenza, con el partido suspendido, sin responsables. Acá algunas claves de esta noche triste.

Súper vergüenza. Tan increíble como triste, la revancha de Boca-River no se pudo terminar. Los jugadores de River fueron agredidos en la manga cuando regresaban para jugar el segundo tiempo. Hubo varios que sufrieron quemaduras. El árbitro Darío Herrera suspendió el partidocon el aval de la Conmebol. Los planteles estuvieron un tiempo récord en la cancha. Dos horas hasta volver al vestuario. Un papelón. 

 

 

Principio del fin: Boca salió a la cancha con un cambio a jugar el segundo tiempo, Nicolás Lodeiro por Pavón. Al toque River apareció en la cancha, se vieron movimientos ampulosos en la manga y Barovero saliendo corriendo a avisarles a sus rivales de Boca lo que había sucedido. ¿Qué? Lo que mostraron las imágenes, que un tonto tiró gas pimienta y lastimó a varios jugadores de River. A esa altura, nadie imaginaba la gravedad de la situación. .

 

Cruces peligrosos. El escándalo también tocó de manera directa a los protagonistas. Hubo varios cruces mientras se resolvía la suspensión del superclásico. Cuando D'Onofrio ingresó a la cancha para pedirles a los jugadores de River que se fueran al vestuario, Arruabarrena enfureció. También el vice de Boca, Juan Carlos Crespi, cruzó a Patanian en pleno campo de juego. Los hinchas lo ovacionaron.

 

Una larga espera. Los dos equipos aguardaron en la cancha hasta que se suspendió el superclásico. Pero luego se quedaron un tiempo más. Es que desde la platea continuaba la lluvia de proyectiles. En total, pasaron más de dos horas hasta volver a los vestuarios. Arruabarrena y Gallardoacordaron salir juntos de la cancha. Primero lo hizo River. Al minuto se retiró Boca. Pero antes de dejar el campo, los jugadores saludaron a los hinchas que acababan de tirarles cosas a los de River.

 

 

 

 

El partido. River jugó en cámara lenta, sin prisa, convencido de lo que quería, con un plan claro: enfriar al partido, quitarle ritmo, como un equipo copero. ¿La bandera? Leo Ponzio. A Boca le pesaron las piernas, sintió la presión de tener que convertir y no tuvo lucidez para destrabar la presión que había planteado Gallardo; casi no generó chances de gol y tenía mucho para cambiar en el ST.

 

El drone de la B. Entre tanta espera e incertidumbre, la gente de Boca trató de divertirse unos minutos con un dron y hacía sonidos de terror, por el fantasma de la B. El portador de ese aparato volador estaba en la popular baja que da al Riachuelo y lo llevó hasta arriba de algunos jugadores de River, que esperaban a que se recuperaran sus compañeros. Todo lindo pero, más allá de tratar de transmitir un clima de fiesta, Boca no ganaba y quedaba out…

 

¿Y ahora? El escándalo también tocó de manera directa a los protagonistas. Hubo varios cruces mientras se resolvía la suspensión del superclásico. Cuando D'Onofrio ingresó a la cancha para pedirles a los jugadores de River que se fueran al vestuario, Arruabarrena enfureció. También el vice de Boca, Juan Carlos Crespi, cruzó a Patanian en pleno campo de juego. Los hinchas lo ovacionaron.

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