Lula explicó en la CGT para qué sirven los gobiernos progresistas

Lula explicó en la CGT para qué sirven los gobiernos progresistas

Los expresidentes participaron de un acto en la central obrera. Lula dijo que "Macri dejó una obra: la deuda gigante para que Alberto la pague". Pidió el apoyo para el chileno Boric y analizó la necesidad de respaldar a gobiernos como el de Alberto Fernández.

 

Por Felipe Yapur

"No hubo presidente que pusiera más dinero que Néstor (Kirchner) y Cristina (Fernández de Kirchner) en el pueblo, y yo en Brasil. Nadie puede nombrar una obra de (Jair) Bolsonaro o de (Mauricio) Macri. En realidad, Macri dejó una obra: la deuda gigante para que Alberto la pague", afirmó Luiz Inácio Lula da Silva y la dirigencia gremial presente en el salón Felipe Vallese de la CGT aplaudió a rabiar. El expresidente de Brasil participó junto al uruguayo José "Pepe" Mujica del encuentro realizado en la central sindical un día después del multitudinario acto que se hizo en Plaza de Mayo. Durante su exposición, Lula insistió en la necesidad de mantener la unidad de "los sectores progresistas", defender los gobiernos populares y convocó a la dirigencia gremial a comprometerse de manera activa con los procesos políticos.

Lula y Mujica llegaron a la sede de la CGT junto a sus compañeras Rosángela Silva y la senadora Lucía Topolansky, respectivamente. Al ingresar el salón ya estaba colmado por integrantes de la superestructura sindical argentina. Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña, el triunvirato, siguió los discursos desde la primera fila que compartieron con miembros del consejo directivo como Omar Plaini de canillitas y Víctor Santa María, de encargados de edificios y organizador de la visita a Buenos Aires de los líderes regionales.

El brasileño no se olvidó de agradecer los apoyos y en especial la solidaridad de Alberto Fernández cuando estuvo detenido por una falsa denuncia en su contra. Lo hizo el viernes en Plaza de Mayo y otra vez ante la CGT. También reiteró el contexto político regional en que se desarrollaron sus gobiernos como los de Dilma Rousseff, pero no lo hizo a modo de "todo tiempo pasado fue mejor" sino que es preciso tener en cuenta qué progreso representó para estas sociedades y todo lo que se perdió con la arrasadora ola de gobierno neoliberales.

Para demostrar la capacidad de daño de estos gobiernos de derecha, como los de Macri y Bolsonaro, el expresidente de Brasil recurrió a los números de la balanza comercial entre ambos países. "En 2003 el flujo de la balanza comercial entre Brasil y la Argentina era de apenas de 9 mil millones de dólares, en el 2011 llegó a 39 mil millones de dólares. Un salto extraordinario, y hoy está apenas en 16 mil millones de dólares. 23 mil millones de dólares se perdieron como consecuencia de la política recesiva y neoliberal", afirmó.

Es más, Lula demostró que tanto la persecución política, mediática y judicial contra su persona y el desplazamiento que sufrió Rousseff permitió la aplicación de políticas neoliberares que tuvieron como consecuencia "una pérdida de 4 millones 400 mil puestos de trabajo que dejaron de existir en Brasil" y que se tradujo en "que un 15 por ciento de la población económicamente activa quede desempleada". Lula recordó que en diciembre de 2014, cuando triunfa Rousseff, Brasil tenía una tasa de desempleo que llegaba al 4,5 por ciento y ese 15 por ciento actual representan "33 millones de personas que están en la informalidad y otros 6 millones de personas que ya desistieron de buscar un trabajo porque no lo logran encontrar", precisó.

Datos suficientes como para que Lula afirmara que representan "la incompetencia del neoliberalismo que solo piensa en el sistema financiero, que solo da respuesta a los intereses del mercado, cuando no hay cosa más preciosa que el cuidado del pueblo", dijo y agregó "¿cuál fue el beneficio para los trabajadores en el gobierno de Macri, lo hubo?". Esto le permitió a Lula recurrir a la vieja figura de "si pones un zorro adentro de un gallinero diciendo que va a cuidar a las gallinas, se las va a comer", afirmó y agregó: "Como hizo Mauricio Macri en la Argentina".

Durante su exposición Lula reiteró su preocupación por el avance de la extrema derecha en los países de la región y no se limitó al ejemplo de Bolsonaro y Macri, apuntó al crecimiento de la ultraderecha en Chile con el candidato José Kast, al que calificó de "terriblemente fascista, nazi, que defiende a Pinochet". En ese sentido, llamó a los dirigentes sindicales ahí presentes a participar activamente en respaldo del candidato de la izquierda chilena, Gabriel Boric.

La referencia a Chile no fue ingenua y es que Lula habló en formato regional como cuando dijo que "juntos somos fuertes y separados somos frágiles". En esa línea reivindicó el perfil que los gobiernos populares de entonces le dieron al Mercosur o la creación de la Unasur y la Celac y, sobre todo, el No al ALCA en Mar del Plata. Por eso destacó la necesidad de apoyar a los gobiernos de Pedro Castillo de Perú, Luis Arce de Bolivia y, sobre todo, a Alberto Fernández.

"Es necesario apoyar al compañero Alberto Fernández. Tiene que haber un acuerdo y el FMI sabe que el pueblo argentino paga y que hay que dejarle la oportunidad de trabajar, con un acuerdo de largo plazo", afirmó entre aplausos y vítores. El entusiasmo de la dirigencia de la CGT no resultó extraño. Es uno de los pilares del "peronismo territorial" que junto a intendentes y gobernadores respaldan al Presidente aunque, curiosamente, no participaron de la concentración del viernes en Plaza de Mayo.

Lula se preocupó en revalorizar el rol del Estado "que el Consenso de Washington buscó destruir". En ese sentido, puso como ejemplo tres hechos históricos. La crisis de los años 30 del siglo pasado, la caída de Lehman Brothers y la pandemia de coronavirus. "La solución siempre vino desde el Estado". 

Por último, llamó a sus compañeros sindicalistas de la CGT a comprometerse con los procesos políticos. "Es una obligación del sindicalista hacer política porque debe orientar el voto de los trabajadores porque de lo contrario ellos pueden apoyar los intereses de los patrones". 

Mujica también habló. El discurso del expresidente uruguayo giró alrededor de la necesidad de "apropiarse de los nuevos recursos, que son los conocimientos de la inteligencia del futuro". Es más, sostuvo que "hay que tener una visión geocontinental, que no la tenemos, ya que estamos viviendo una época distinta de la historia humana".

"En lugar de despilfarrar riqueza en lujo innecesario, tenemos que meterla en la cabeza de nuestros jóvenes del futuro. Y es una misión para la derecha, la izquierda y el centro. Avanzamos en tecnología, pero humanamente estamos estancados", sostuvo el exmandatario uruguayo.

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