Desde hace unos días, el clima en Unquillo no es el mejor. A los despidos de los 182 trabajadores la semana pasada, en las últimas horas se sumó la inclemencia meteorológica y se transformó todo en un cóctel que tiene en el ojo de la tormenta al intendente que asumió el pasado 10 de diciembre: Jorge Fabrissín. 

Con respecto a la cesantía de los estatales, tras las manifestaciones y el repudio generalizado de la semana pasada, ayer hubo una movilización de los estatales por las calles de la localidad de las Sierras Chicas, donde volvieron a cuestionar la actitud del flamante Ejecutivo.

En contacto con LA MAÑANA, la delegada de los trabajadores, Nora Figueroa, manifestó en cuanto a la marcha que “nos acompañó mucha gente”. “Los vecinos nos acompañaron, pero el diálogo con el intendente no existe, no nos volvieron a llamar”, dijo la referente. En tanto, también afirmó que estuvo Jorge Martí, secretario general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales de la Provincia de Córdoba (FSTMPC) y que se está diagramando para mañana un plenario con distintos referentes del sindicalismo municipal en la localidad. 

Asimismo, y tras las declaraciones en las últimas horas del intendente, donde afirmó que el 105% del presupuesto se iba en sueldos; Figueroa cruzó a Fabrissin al decir: “Para este año él tenía el presupuesto de sueldos actualizado en un 30%, con lo cual es evidente que su objetivo eran los despidos para hacer entrar a su propia gente. Una muestra de esto se vio en la apertura de temporada de la pileta, donde ya se vio a dos personas nuevas y en el momento de su asunción, cuando lo hizo acompañado de cinco nuevos empleados”.

El argumento de Fabrissín

Por su parte, el propio intendente, en declaraciones de ayer a Radio Universidad, sostuvo: “La situación está como el 11 de diciembre, con el personal de paro en paro”. “Antes hacían paros porque se le debían los sueldos y nosotros logramos ponernos al día gracias al préstamos de la Provincia”, agregó el jefe comunal, quien volvió a disparar contra su predecesor, Germán Jalil: “Hemos tomado medidas para sanear el municipio, porque no se podía seguir con una deuda de un millón y medio de pesos por mes, tratando de tapar el sol con las manos como lo hacía el intendente anterior”. 

“No se puede destinar el 105% del presupuesto sólo a sueldos 

-agregó el intendente identificado con Unión Por Córdoba-, hay que atender a los sectores más vulnerables. No hemos tocado los dispensarios, las guarderías y los comedores, porque son zonas críticas en un pueblo que es de clase baja o media baja”. “No se les renovó el contrato a los profesores de Circo y Baile”, se justificó Fabrissín, en medio de una Municipalidad custodiada.