El mapa sindical y el desafío de surfear la crisis con la camiseta oficialista

El mapa sindical y el desafío de surfear la crisis con la camiseta oficialista

Alineados detrás del Presidente, crujen y se reconfiguran las alianzas del universo opositor a la conducción actual de la CGT. El fantasma vivo de La Cámpora.

 

El encolumnamiento de todo el movimiento sindical detrás de la candidatura de Alberto Fernández durante el año pasado, prometía ser, para los más optimistas, el primer ejercicio para una posible unificación del atomizado mundo gremial. Al calor de la política de ajuste del gobierno de Cambiemos se habían profundizado las diferencias entre "combativos" y "dialoguistas", un contraste que a pesar de la llegada del peronismo al poder no se termina de diluir pero sí se reconfigura, con la incorporación de sectores que hasta ahora permanecían alejados de la lógica sindical.

A principios de año, la atención de todas las corrientes gremiales estaba puesta en la renovación del Consejo Directivo de la CGT, que según el cronograma oficial debía realizarse en agosto. Para algunos era la oportunidad de juntar, de aunar voluntades en el variopinto sector opositor al binomio que la encabeza, integrado por Héctor Daer y Carlos Acuña, para intentar disputarles la conducción o, al menos, conseguir espacios de poder en la futura cúpula.

Desatada la pandemia, el Ministerio de Trabajo postergó mandatos y pateó hacia adelante cualquier elección de autoridades sindicales y aceleró los realineamientos internos en el sindicalismo.

El escenario actual revela el impacto que tuvo la conformación del Frente de Todos (FdT) en esas estructuras. Si hasta 2019 el Frente Sindical por el Modelo Nacional (FreSiMoNa) hegemonizaba las iniciativas del sindicalismo opositor, el espacio que aglomeraba a la constelación de gremios moyanistas, al Smata y la Corriente Federal parece desdibujarse, al punto que mostró escasos posicionamientos públicos, y mucho menos actividades conjuntas, durante el primer semestre de este año.

 Ese parate se explica, en parte, por la nueva coyuntura impuesta por la pandemia, pero también por los movimientos políticos en las áreas del Gobierno que incorporaron a sus principales dirigentes a discusiones de gestión. Por caso, el líder de los bancarios, Sergio Palazzo, tiene diálogo directo con Cristina Fernández de Kirchner, que se mostró públicamente con él en varias oportunidades, mientras que Hugo Moyano mantiene el diálogo directo con el propio Presidente, que hace no mucho lo puso como modelo de sindicalista. 

Otro de los referentes de la Corriente Federal, el jefe de los pilotos, Pablo Biró, se vio arrastrado a atender el frente interno de negociación con una conducción de Aerolíneas Argentinas indudablemente más amigable que la anterior, pero con un escenario aeronáutico completamente detonado por el impacto de la pandemia.

¿Y LA CTA? Algo similar ocurre con la CTA que conduce Hugo Yasky, que atravesó estos meses cruzada por la batalla para que se apruebe el impuesto extraordinario a las grandes fortunas y los encendidos debates sobre los límites de la autonomía gremial de una central que ató su capital político a la suerte de la alianza de gobierno.   

Hace poco más de un mes, se lanzó el Manifiesto Nacional por la Soberanía, el Trabajo y la Producción, un espacio diverso y multisectorial que reúne a sindicatos, agrupaciones y movimientos sociales, entre ellos el diputado nacional y titular del Sindicato de Obreros Curtidores, Walter Correa; el secretario General de CTA Autónoma, Ricardo PeidroHéctor Amichetti, de la Federación Gráfica Bonaerense, Emilio Pérsico y Esteban “Gringo” Castro del Movimiento Evita; y el excosecretario general de la CGT, Juan Carlos Schmid.

 

 

LA CÁMPORA, PRESENTE. La aparición de este reagrupamiento, convocado para empezar a discutir el rol de las organizaciones populares en el gobierno de Fernández y la necesidad de darle forma consistente a las demandas, trajo dos novedades sustanciales. 

Por un lado, resulta una suerte de desembarco formal de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el segundo sindicato estatal en volumen de afiliados, que conduce Hugo Godoy, en el oficialismo. Férreo opositor durante los gobiernos kirchneristas, el sector de la CTA que conducen Godoy y Peidró se sumó al FdT durante la campaña electoral, jugó fuerte en la interna de algunos municipios y se garantizó una interlocución privilegiada con el Ejecutivo. Ahora busca su lugar bajo el sol del frente político.

La otra novedad fue la presencia en los encuentros de Paula Penacca, diputada nacional y dirigente porteña de La Cámpora, y el acompañamiento virtual en uno de los encuentros de Andrés Larroque, el ministro bonaerense de Desarrollo de la Comunidad y secretario general de esa organización.

Para ser justos, la agrupación que conduce Máximo Kirchner viene realizando desde hace varios años diferentes gestos de acercamiento al mundo sindical. Sin ir más lejos, la lista de candidatos a diputados nacionales de Unidad Ciudadana en 2017 incluyó a dos dirigentes de la Corriente Federal: el mencionado dirigentes del Cuero Walter Correa y la secretaria general de los judiciales porteños, Vanesa Siley.

A esos movimientos, se suman las molestias que causó en distintos sectores de la CGT la supuesta "injerencia" de la agrupación en el campo laboral, a través de las críticas de Kirchner a ciertos acuerdos de suspensiones pactados entre sindicatos y patronales.

 La diversidad de expresiones que confluyen en el Manifiesto expresa las expectativas y proyecciones disímiles de cada sector, con la coincidencia de intentar construir una agenda que va desde el ingreso universal hasta la estatización de empresas de sectores estratégicos. No obstante, alguno gremios ponen fichas para convertir esas coincidencias en un frente político gremial. 

En la cúpula de La Cámpora, sin embargo, hacen una delimitación clara sobre los objetivos del espacio. "Es un ámbito para discutir los objetivos estratégicos de las fuerzas populares, las metodologías para avanzar y cuáles serían los roles de para implementarlos. No es un espacio donde vamos a buscar incidir en temas coyunturales", sostiene uno de los principales dirigentes de la organización.

La semana pasada, igualmente, varios dirigentes de este grupo visitaron al economista Claudio Lozano en su despacho en el Banco Nación, para expresar el respaldo público al frustrado proyecto de expropiación de Vicentín.

 

 

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