¿Qué margen le queda al BCRA para intervenir en el dólar futuro?

¿Qué margen le queda al BCRA para intervenir en el dólar futuro?

Las PASO y las legislativas quedaron atrás. El oficialismo logró cruzar esas vallas sin crisis cambiarias. Ahora resta cerrar el año y no llegar al primer trimestre con reservas líquidas negativas.

Por Jorge Herrera

Al Gobierno y, en particular, al BCRA parecía que solo les importaba llegar al 14-N sin sobresaltos cambiarios. Sin embargo, una vez cruzado el puente electoral ahora podría decirse que “viene lo mejor”. Por delante hay un período de cinco semanas claves, quizás, con dos hitos relevantes: la presentación “en sociedad” del proyecto de plan económico plurianual y el próximo vencimiento con el FMI. Todo ello enmarcado bajo el llamado al diálogo social del oficialismo y el tire y afloje con el Fondo.

Mientras todo esto va diariamente decantando, el BCRA debe seguir la batalla cambiaria de la dolarización de carteras. De ahí que, cada semana o quince días, se van implementando sucesivos ajustes al cepo y demás restricciones. ¿Por qué?, sencillamente debido a que la sangría de las reservas continúa. En lo que va del mes el stock bruto de reservas del BCRA acusa una pérdida de u$s269 millones, y ventas netas por u$s319 millones. A pesar de las distintas estimaciones sobre el stock de reservas líquidas, mucho margen no hay y menos contemplando el próximo pago al Fondo. De modo que el BCRA tendrá que agudizar la estrategia y el muñequeo diario en el manejo del mercado cambiario.

Pero la capacidad de intervención cambiaria del BCRA, o sea, su poder de fuego se fue deshilachando para superar las PASO y las legislativas. Las reservas líquidas no brindan mucho espacio para intervenir ni abastecer la demanda doméstica. El stock de bonos del BCRA también tiene un límite. Por ende queda el margen para intervenir en el mercado de futuros.

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Al respecto, estimaciones privadas dan cuenta que el BCRA habría llegado al 14-N con un importante “estrés” en el mercado de futuros, a razón de haber intervenido por rueda entre u$s250 y u$s300 millones diarios promedio. O sea, en lo que va de noviembre el BCRA habría vendido cerca de u$s3.000 millones en futuros. Vale señalar que las posiciones abiertas en el Rofex y MAE rondaban los u$s8.000 millones. Se calcula que aproximadamente ¾ partes de esos contratos vendidos corresponden al BCRA (en el Rofex tendría un 75% y el resto en el MAE). De modo que el margen de maniobra del BCRA en el Rofex estaría muy cerca del límite acordado y le quedaría un poco más en el MAE (unos u$s2.500 millones).

Otra arista a tener presente son las posiciones “dolarizadas” al tipo de cambio oficial, es decir, en bonos públicos vinculados al tipo de cambio (Dólar linked) como por el ejemplo el T2V1, que justamente vence este mes, o los TV22, T2V2 y TV23. Entre estos cuatro bonos hay un stock en circulación cercano a los u$s6.000 millones.

Además, otra señal es el flujo de inversiones hacia los fondos comunes “dólar linked”, que precisamente arman coberturas con dólar futuro, parecen haber recibido en lo que va del mes cerca de $60.000 millones y $120.000 millones desde setiembre. Por eso el seguimiento obsesivo del mercado sobre el “dólar A-3500”, es decir, el tipo de cambio oficial mayorista que fija el BCRA, y sobre el cual están vinculados casi todos los protagonistas mencionados.

Solo basta recordar que entre los contratos de futuros vendidos del BCRA y los bonos del Tesoro dólar linked, hay cerca de u$s10.000 millones bajo la espada de Damocles del A-3500. Cualquier movimiento que haga el BCRA al respecto tendrá un importante efecto monetario y fiscal. Por eso, cautela y prudencia, parecen dominar el tono de las decisiones del directorio del ente monetario comandado por Miguel Pesce, que deambula por la cornisa cambiaria.

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