Menos aliados y más duros: el oficialismo se le aleja aún más de la ilusión de alcanzar el quorum

Menos aliados y más duros: el oficialismo se le aleja aún más de la ilusión de alcanzar el quorum

Si repite el resultado de las PASO tendrá menos bancas y perderá media docena de aliados para sancionar las leyes del Gobierno; la “bancada del medio” tendrá mayoría de diputados opositores

 

La sesión fallida" class="com-link" data-reactroot="" style="box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 0px; border: 0px; font: inherit; vertical-align: baseline; outline: none; text-decoration-line: none; color: rgb(2, 80, 201); transition: all 0.2s ease-in-out 0s;">sesión fallida del miércoles pasado en la Cámara de Diputados desnuda con crudeza la postal de debilidad en la que quedaría sumido el oficialismo si replica en noviembre la derrota de las primarias. El bloque que comanda Máximo Kirchner no solo se quedaría con menos bancas sino que, además, tendría más difícil la búsqueda de aliados para alcanzar el quorum, tal como quedó en evidencia la semana pasada.

En efecto, de replicarse los resultados de las últimas primarias el oficialismo perdería bancas –hoy tiene 120 y necesita 129 para alcanzar el quorum–, mientras que la llamada “bancada del medio”, adonde el oficialismo suele bucear en búsqueda de votos, quedaría reducida de los actuales 22 a 16 diputados. Con un agravante: la mayoría de sus nuevos integrantes muestran un claro perfil opositor.

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Ya no le será tan sencillo al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, articular las sesiones como lo hacía hasta ahora. Antes le bastaba un llamado telefónico al mendocino José Luis Ramón, jefe del interbloque Unidad Federal y otro a su amiga Chani (por Alma Sapag, del Movimiento Popular Neuquino) para asegurase siete votos. Con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, su otrora socio en el Peronismo Federal, nunca cortó vínculos, lo que le permitió contar con el aporte de sus cuatro diputados, al menos para el quorum.

Eduardo Bucca (de azul) se alejó de Consenso Federal y se alió al Frente de Todos, pero termina su mandato en diciembre

Con el aporte de Eduardo “Bali” Bucca y Andrés Zottos, dos líberos del PJ que en estas elecciones sinceraron su afinidad por el oficialismo y se sumaron a sus filas, el bloque del Frente de Todos llegó ostentar el apoyo de al menos 13 diputados incondicionales para alcanzar la mayoría en el recinto. Una mayoría lábil, en rigor, pero suficiente para aprobar las leyes prioritarias del Gobierno.

El cachetazo electoral de las primarias cortó abruptamente esta “dinámica virtuosa” para el oficialismo. La sesión fallida del miércoles pasado fue un crudo anticipo del estado de fragilidad en el que quedó el bloque que comanda Kirchner. No alcanzó el quorum ni siquiera con el aporte de dos diputados mendocinos de Juntos por el Cambio que se rebelaron a la estrategia opositora de no avalar el temario impuesto unilateralmente por el oficialismo. Cinco diputados propios pegaron el faltazo y varios aliados prefirieron, esta vez, tomar distancia. No hay solidaridades en las derrotas.

Los radicales Claudia Najul y Federico Zamarbide asistieron al recinto para debatir la ley de etiquetado frontal

No bastaron los llamados desde la conducción del bloque de Máximo Kirchner para disuadir a los otrora aliados. Ni siquiera los que partieron del Ministerio del Interior, comandado por Eduardo de Pedro, para sumar voluntades a último momento. Cuando todo presagiaba un papelón, lograron sentar en sus bancas –después de insistentes llamados– al rionegrino Luis Di Giacomo (Juntos somos Río Negro), a los tres misioneros del Frente para la Concordia, al salteño Zottos, al santafecino Luis Contigiani (Frente Progresista) y a los diputados de izquierda Carlos Giordano y Mónica Schlotthauer. No alcanzaron.

A la oposición no le pasó desapercibido el papel pasivo de Massa, quien esta vez no se involucró en el armado de la sesión. El presidente de la Cámara de Diputados buscó conciliar a las partes antes y después de la sesión frustrada. No hubo caso: el oficialismo se empecinó en victimizarse ante lo que consideró el “obstruccionismo” de Juntos por el Cambio para debatir “las leyes que le interesan a la gente”. La oposición, por su parte, le endilgó que quisiera llevar de las narices a todos los bloques para discutir un temario sin consenso. Ambos buscaron obtener del fracaso de la sesión un rédito electoral.

¿Hacia una parálisis legislativa?

Mientras tanto, la Cámara de Diputados sigue sin sesionar. Hace tres meses que está sumida en una parálisis total. Graciela Camaño, una conocedora como pocas de la dinámica parlamentaria, recuerda que la misma situación se vivió durante los últimos dos años de la gestión de Mauricio Macri: el entonces bloque oficialista de Cambiemos, que tampoco tenía mayoría en la Cámara, optó por cerrar virtualmente las persianas de la Cámara ante las dificultades para arribar a consensos con el peronismo.

“Ahora vivimos una situación idéntica: el Frente de Todos, con sus complicaciones internas y sus problemas para sumar aliados, está en una situación difícil en el Congreso. Como lo hizo Macri en su momento, Alberto Fernández seguramente recurrirá a los decretos de necesidad y urgencia para obtener sus leyes, amparándose en la imposibilidad de acordar con la oposición. Sin iniciativa propia, el Congreso se va a convertir en una institución prescindible”, advierte la diputada de Consenso Federal.

Los presagios no son demasiado optimistas. De reeditarse el mes próximo la derrota de las primarias, el oficialismo podría incluso perder su condición de primera minoría en el cuerpo. Para peor, la cantera de aliados se reducirá drásticamente a partir del 10 de diciembre próximo.

Se endurece “la bancada del medio”

En efecto, este mosaico de bloques se muestra con un perfil más opositor que el actual. Allí recalarán, por caso, los libertarios Javier Milei y José Luis Espert, con su discurso combativo no solo al Gobierno sino también a Juntos por el Cambio. Sumarían entre cuatro y cinco bancas. Con el mismo perfil pero en la otra punta del espectro ideológico se ubicará la izquierda que, de replicar los números obtenidos en las primarias, incrementaría de dos a cuatro su presencia en la Cámara baja.

Javier Milei y José Luis Espert ingresarían a la Cámara bajaMauro V. Rizzi - LA NACION

“Nosotros tendremos el mismo criterio que mantuvimos bajo todos los gobiernos desde que llegamos al Congreso, sosteniendo nuestras bancas como puestos de lucha al servicio de las necesidades del pueblo trabajador, independientes tanto del gobierno nacional como de la oposición de derecha”, anticipa Nicolás del Caño, primer candidato a diputado del FIT.

Más moderado pero no menos crítico del Gobierno se ubicará el interbloque Federal comandado por Alejandro “Topo” Rodríguez que, a priori, contaría con ocho diputados: dos de Consenso Federal, cuatro diputados de Córdoba Federal (que responden a Schiaretti) y dos legisladores del socialismo. “Con la partida de Bucca y de Zottos (al oficialismo) adquirimos mayor capacidad de coordinación interna, sin fisuras. No seremos una oposición hostil, pero pondremos límites”, anticipa Rodríguez.

Alejandro "Topo" RodríguezArchivo

El riojano Felipe Álvarez, de Acción Federal, cercano hoy a Horacio Rodríguez Larreta, también marca distancia del Gobierno, aunque podría renunciar a su banca si en estas elecciones resulta electo diputado en su provincia. “Por ahora voy a mantener mi monobloque”, avisa.

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Así las cosas, el lote de aliados del oficialismo quedaría reducido a siete diputados, aunque su fidelidad se anticipa inestable y su voto le costará más caro al Gobierno. Por caso, los misioneros del Frente para la Concordia –que tendrían dos bancas– ya adelantaron que insistirán en su pelea para que Misiones cuente con una zona aduanera, un beneficio que el Gobierno vetó en el actual presupuesto. Los bloques de Juntos somos Río Negro y del Movimiento Popular Neuquino, con dos bancas cada uno, están indignados por la pasividad del Gobierno ante la toma de tierras por parte de los mapuches y la demora para prorrogar la ley ovina, clave para sus economías regionales.

Desde Santa Cruz podría llegar otro posible aliado, Claudio Vidal, del partido Ser. Una fuerza que ahora se dice crítica del kirchnerismo local pero que en la Legislatura provincial supo apoyar cada una de sus leyes. Máximo Kirchner se regodea y lo cuenta entre sus filas. Triste consuelo para un bloque que se deshilacha.

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