Más de la mitad de los jóvenes se quiere ir: este es el ranking de los países preferidos para emigrar

Más de la mitad de los jóvenes se quiere ir: este es el ranking de los países preferidos para emigrar

Alrededor de 7 de cada 10 jóvenes de entre 16 y 35 años aseguran que se marcharían en caso de tener la oportunidad, y también 25% de los mayores de 60 años

Como con cada crisis económica y devaluación en la Argentina, un ciclo que es cada vez más frecuente, una oleada de personas deciden enfrentar el desarraigo en búsqueda de un futuro mejor en otro país.

La distancia entre la intención y la acción concreta es amplia, y la mayoría de los que demuestran el deseo de emigrar no lo cumplen. Así y todo, la tasa de argentinos con sus ojos puestos tras las fronteras es alta y sobre todo entre los más jóvenes.

La consultora Innovación, Política y Desarrollo (IPD) incluyó en su encuesta de octubre 2020 una consulta sobre esta temática que da cuenta de los últimos datos disponibles. El relevamiento incluyó 2200 casos de once provincias argentinas y la Capital Federal. Entre ellos, más de la mitad (51%) admitió que se iría del país en caso de tener la oportunidad de hacerlo.

Cristian Solmoirago, socio fundador de IPD, le dijo a iProfesional: "Es una percepción, no significa que mañana armen las valijas y se vayan, pero sí significa que está en la cabeza de muchos de los entrevistados el que si tuvieran la posibilidad se iría a vivir a otro país."

El 51% de los consultados afirmó que se iría del país si tuviera la oportunidad

 

Otra cantidad importante (43%) dijo que no se iría incluso de tener chance de hacerlo, y el 6% dijo que no sabe cuál sería su decisión.

Como es lógico, son los jóvenes los que tienen esta opinión mayoritaria: el 71% de los participantes de entre 16 y 25 años dijo que se marcharía su tuviera la posibilidad de irse del país, al igual que el 66% de los de entre 27 y 35 años y el 57,8% de los de 36 a 45.

Recién en ese corte cercano al medio siglo, las opiniones empiezan a cambiar. El 63% de los participantes de entre 46 y 60 años dijo que no se iría incluso de poder hacerlo, lo mismo que el 68,7% de los mayores de esa edad.

"Los jóvenes suelen ser los que siempre están buscando expectativas de vida en otros lados, pero me llama la atención que incluso un prácticamente cuarto de las personas con más de 60 años de edad afirman que se irían si pudieran", reflexionó Solmoirago.

En este punto, vale la pena mencionar que ya en diciembre del año pasado, antes de que el Covid-19 iniciara su camino infeccioso en el territorio nacional, el 75% de los jóvenes que respondieron una encuesta del Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) dijo que había evaluado buscar oportunidades en el exterior. 

Esa encuesta estuvo principalmente enfocada a residentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, de nivel socioeconómico medio-alto y alto y con un promedio de edad de 32 años.

Entre los principales motivos para emigrar se destacaron entonces las crisis económicas recurrentes, la posibilidad de encontrar mejores trabajos en el exterior y la inseguridad. También la falta de acceso a la vivienda y la imposibilidad de formar un proyecto por los constantes cambios en las reglas de juego desmotivan a los jóvenes.

Por otra parte, vale la pena recordar que mientras que hoy más de la mitad de los argentinos consultados dice que se iría del país, el año pasado ese porcentaje era ya de alrededor de 4 de cada 10

En mayo de 2019, el 19% de las personas consultadas en una encuesta de OhPanel! estaban activamente buscando oportunidades para radicarse en el exterior. Asimismo, un 39% dijo que se iría del país en caso de tener una oportunidad laboral concreta en el extranjero (un 21% lo haría definitivamente y un 18% probablemente)

En tanto que en mayor de 2019 un 36% dijo optaría por quedarse incluso si tuvieran una oferta en el extranjero, y 24% indicaron que seguramente rechazarían esa posibilidad de trabajo. Es decir, más de la mitad de los argentinos entonces seguía eligiendo permanecer en el país.

A qué países querrían emigrar los argentinosUruguay encabeza la lista de países que elegirían los argentinos para instalarse

 

Al ser consultado sobre los resultados de la encuesta, Solmoirago dijo que le llamaba la atención que los países elegidos por la mayoría eran todos de una gran similitud cultural con la Argentina.

"En la elección pesa muchísimo lo cultural, pese a que el factor económico siempre está", analizó, y añadió que pese a que se trató de una pregunta abierta, no encontró respuestas que sorprendieran o se salieran de lo común, sino que las personas se decantaban por países en concreto.

Uruguay encabeza el listado de naciones en donde les gustaría radicarse a los argentinos consultados por IPD, con el 23% de las respuestas relevadas en el grupo que ya había confirmado su intención de irse del país en la pregunta anterior.

La cercanía y el idioma español son los principales atractivos de este país vecino para los locales con expectativa de emigrar. "La gente elige un país cercano donde va a mantener sus mismas costumbres, y lo mismo pasa con España. No importó la situación económica en el destino ni la pandemia de COVID-19", afirmó el socio de IPD.

El Gobierno de Uruguay además lanzó un plan para atraer argentinos con altos ingresos a sus principales ciudades, mediante beneficios impositivos.

Además de las ventajas que ya se daban a los naturales argentinos, el plan propuesto por el presidente Luis Lacalle Pou implica que las personas que tengan la residencia fiscal tienen la opción de tributar el Impuesto a la Renta de No Residentes (IRNR) por cinco años para los rendimientos de capital mobiliario provenientes del exterior. Pero, como el IRNR no lo grava, no pagan por esos rendimientos.

A Uruguay le siguió España con el 16,3% de las respuestas en la encuesta, y luego Italia, con el 8,4%. Ciertamente dos países europeos de dónde provino la mayor parte de las familias que poblaron la Argentina en el siglo pasado, y de las cuales muchos de sus descendientes han tramitado la ciudadanía.

Son, sin embargo, dos países en los que la crisis sanitaria llegó a saturar el sistema de salud. "La pandemia como fenómeno no estaría incidiendo en la decisión de irse o de quedarse. El estudio de medición que hacemos todos los meses nos viene marcando que baja radicalmente la preocupación de la gente por la crisis sanitaria y crece respecto de la situación económica", dijo al respecto Solmoirago.

El Norte del continente americano aparece en cuarto y quinto puesto en el ranking que obtuvo IPD: Estados Unidos con el 7,7% de las preferencias y Canadá con el 4,8 por ciento.

Los otros cinco países que nutren este "top 10" suman en conjunto solo el 20% de las respuestas: Inglaterra, Alemania, Brasil, la Unión Europea y Australia, en ese orden.

Vale la pena mencionar que esta fue una pregunta abierta en la encuesta, y surgieron a partir de las respuestas 35 posibles destinos, incluidas las opciones "no sabe/no contesta" y "cualquier país". De hecho, un 3,4% dijo no saber a dónde emigraría y un 1,7% afirmó que se iría a "cualquier país".

Razones para quedarseLa familia y los amigos son las razones que esgrimen los argentinos para quedarse en el país

 

Las crisis económicas ponen a prueba a los argentinos de manera cada vez más frecuente. Muchos optan por iniciar un emprendimiento propio, y así es como muchas de las empresas grandes y medianas que operan en el país de hecho surgieron.

La mencionada encuesta de la UADE también relevó que las principales razones que esgrimían para quedarse en el país las personas consultadas estaban la familia y los amigos, además de que "vieron como inviable" la posibilidad de emigrar.

También ese estudio destacaba que había medidas gubernamentales tomadas a nivel económico y financiero que impulsaban el "éxodo".

"Las medidas económicas que más refuerzan la idea de emigrar en aquellos que se ven motivados por las crisis económicas y alta presión tributaria son las vinculadas al aumento de los impuestos a las Ganancias, a la compra/venta de divisas, a los Bienes personales y a las propiedades" se lee en el reporte de diciembre de 2019.

Vale la pena entonces pensar que la línea que hayan tomado las medidas gubernamentales desde entonces hasta la actualidad también actúa como motor de expulsión o de retención.

"Sin dudas hay detrás por supuesto una cuestión económica pero también una política, que el final de nuestro estudio lo demuestra", apuntó al respecto Solmoirago. La encuesta de octubre de IPD mostró que los políticos argentinos que son percibidos como quienes hacen poco para cerrar la "grieta", cuentan con peor imagen en la opinión pública.

"Hay una cuestión maniquea de que la gente percibe que de ambos lados de la grieta se está haciendo muy poco para cerrarla, y eso lleva a una situación que agota. Lo que termina pensando la gente es que hay pocas posibilidades de construir en la Argentina si permanece esa situación política de dos posiciones antagónicas y profundamente enfrentaras", dijo el analista.

¿Cómo se podría desde el Gobierno tomar medidas que fomenten las ganas de los jóvenes de quedarse en la Argentina? Solmoirago opina que deberían ser una batería de medidas que generen posibilidades de trabajo genuino para los jóvenes en el sector privado, por un lado, y un cambio en la actitud política por otro.

"La situación de la grieta está tan a flor de piel que les resulta muy difícil abstraerse. Los jóvenes lo ven con su familia y sus grupos de amigos, es una dinámica que te pone de un lado o del otro. Un cambio de actitud es fundamental", afirmó.

"Por otra parte, lo que dicen nuestras investigaciones es que personas de entre 19 y 21 años no encuentran estabilidad en el sector privado y por eso se enfocan en el ámbito público. Las generaciones más jóvenes son más desprendidas en cuanto a esto, pero si necesitan al menos cierto nivel de estabilidad laboral que no están encontrando. Lo buscan en el Estado, incluso con modalidades de trabajo más precarias como el monotributo", continuó.

Solmoirago considera que no habrá un cambio de actitud respecto al desarraigo sin políticas activas del Gobierno, las provincias y los municipios respecto de emprendimientos productivos o del trabajo joven.

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