Movimientos preelectorales de uno y otro lado

El análisis de los principales hechos transcurrieron en la política de la provincia de Buenos Aires.

Ya en recta final hacia el cierre de listas de cara a las elecciones de renovación legislativa, tanto Gobierno como oposición comienzan a delinear la estrategia electoral, las políticas de alianzas, y el armado de las grillas con nombres propios.

Para el oficialismo, tanto nacional como bonaerense, la prioridad pasa por volver a “seducir” a un electorado que lo supo acompañar y que hoy, pandemia mediante, se muestra huidizo. Y para eso ya desplegó una estrategia dual basada en dos pilares discursivos: plan de vacunación y obra pública.

Claramente desde hace unos días, el gobernador Axel Kicillof multiplicó sus recorridas por distintos municipios, anunciando la reactivación de diferentes obras públicas para empujar la rueda del empleo y hablando, en cada oportunidad que se le presenta, de la cantidad de vacunas que se están aplicando.

Es público y notorio cómo en estas últimas semanas se aceleró el proceso de vacunación en la provincia, y sobre eso se montó el discurso oficial, que traducido en pocas palabras sería algo así como: “Mientras otros hablan, nosotros vacunamos”.

Por supuesto que esa estrategia que encaró el Ejecutivo provincial no es una casualidad sino que está muy pensada. Distintas encuestas vienen mostrando que la valoración del Gobierno es notablemente mejor entre la población vacunada que entre la que no lo está.

La obra pública, en tanto, es un caballito de batalla del que históricamente han echado mano todos los gobiernos, y del cual el Frente de Todos no es la excepción. Paradójicamente muestra una de las pocas continuidades en cuanto a las políticas públicas, con la aplicación del Fondo de Infraestructura Municipal, inaugurado por la exgobernadora María Eugenia Vidal, quien también lo utilizó como herramienta electoral y le permitió ganar las elecciones de medio término.

“Nos decían que en la Provincia era prácticamente imposible llevar  adelante las obras, sin embargo, estamos demostrando que no es así: con gestión y compromiso se pueden concretar todos los proyectos”, asegura el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Agustín Simone, y en ese sentido menciona las obras de agua en Bahía Blanca.

Más allá de los candidatos legislativos, no hay dudas de que el presidente Alberto Fernández y Kicillof se van a poner al hombro la campaña del oficialismo. La Provincia como principal “reservorio del voto peronista K”, será la base de la estrategia electoral. Y claramente, el FdT decidió que parte de su estrategia discursiva pasa por cuestionar la gestión de Mauricio Macri a nivel nacional y de Vidal en ámbito bonaerense.

El propio Kicillof elevó el tono en un discurso con el que pareció inaugurar la temporada electoral, al cargar contra Vidal por un supuesto “blindaje mediático” que habría tenido durante su gestión.

“Axel no entiende a la gestión como un hecho de marketing, como sí lo hizo la gestión anterior”, repiten dentro del Ministerio de Comunicación Pública.

Por supuesto, hablan de la férrea voluntad de mantener la unidad del Frente de Todos bonaerense. El propio gobernador viene asegurando que la oposición se ha convertido en “una bolsa de gatos" que sólo busca “fracturar” al oficialismo ante un año marcado por la segunda ola. 

A ese virtual “plan de acción” del oficialismo contribuyó decididamente el propio Macri con sus declaraciones en las que afirmó que el coronavirus era una gripe un poco más fuerte. Poco después el expresidente se disculpó, pero ya era tarde.

Por el lado opositor, el inminente cierre de listas hizo que se aceleraran las charlas y negociaciones internas. En la superficie todos hablan de unidad, y coinciden en la necesidad de mantener el espacio como condición necesaria (aunque no suficiente), para afrontar la batalla electoral con chances de competir. Pero debajo las cosas son distintas.

En el escenario bonaerense la novedad no anunciada es que Vidal finalmente no competirá por el distrito que, en 2015, la ungió como la primera gobernadora de la historia provincial. Aparentemente volvería a su distrito de origen (CABA), aunque eso tampoco está del todo claro.

En Diagonales Platenses de fines de agosto pasado anticipamos que Vidal ya tendría decidido buscar cambiar de “autoservicio electoral” con intenciones de pelear en las urnas por un cargo electivo en el ámbito porteño.  La estrategia de mover a Vidal de escenario tendría la intención “inconfesable” de taponar cualquier aspiración política de Mauricio Macri.

Pero mientras Vidal deshojaba la margarita, otros menos indecisos decidieron avanzar. Es el caso de la UCR, que parece tener todo acordado con el neurocientífico Facundo Manes para que encabece la lista.

Esa posibilidad despertó más de un interés: tanto Elisa Carrió como Emilio Monzó festejaron la noticia. La chaqueña llenó de elogios a Manes, mientras el expresidente de la Cámara de Diputados le tiró flores a los radicales al decir que son el partido más importante de la oposición. Por primera vez desde que se armó la alianza de Juntos por el Cambio, la centralidad del PRO es cuestionada.

La carta de Manes estancó además la avanzada de Rodríguez Larreta, quien pretende instalar la candidatura de Diego Santilli –otro vicejefe porteño traspolado a la Provincia-, algo que en principio había sido resistido por los propios alcaldes amarillos. Quien más se opuso esta posibilidad es el intendente de Vicente López, Jorge Macri, aunque parece haber quedado solo en esa movida.

Por Ricardo Salas

Comentá la nota