La necesidad ambiental y también sanitaria de la agroecología

La necesidad ambiental y también sanitaria de la agroecología

Se llevó a cabo el encuentro “Agroecología en la Cuenca Matanza Riachuelo. Definiciones, experiencias y oportunidades”, donde especialistas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), del Mercado Central, de ACUMAR, de los municipios y del campo cooperativo coincidieron en la necesidad ambiental y sanitaria de la agroecología y en su importancia económica y social para la población del territorio.

“Se puede producir muy bien sin agroquímicos. No es necesario consumir alimentos que tengan sustancias tóxicas, y menos alimentos que vengan de suelos empobrecidos, sin vida, porque desde ahí viene la salud de los suelos. Tenemos que dar lugar a productores que cuiden la tierra, que entienden que tienen que generar salud, que tienen que producir sin insumos biocidas”, destacó Eduardo Cerdá como Director Nacional de Agroecología.

En el encuentro se reafirmó la necesidad de superar el modelo de producción de alimentos convencional que implica endeudamiento para usar insumos químicos importados, agota los nutrientes del suelo, y puede intoxicar a la población de la zona y generar desequilibrios ambientales como las inundaciones.

“La agroecología nos permite pensar la producción, quiénes y cómo producen, cómo accedemos a los alimentos, pero también la ampliación de la biodiversidad, que es uno de los componentes que tenemos que promover en todos los territorios de la Cuenca”, subrayó María José Parra como directora de Fortalecimiento Comunitario y Promoción del Desarrollo de ACUMAR.

“Cada 50 productores agroecológicos podemos generar una biofábrica y dos bioplantineras y eso genera empleo para 15 personas. El modelo convencional mata malezas, insectos y hongos y cuesta cada vez más caro porque trabaja sobre un suelo muerto””, aseguró Javier Scheibengraf como coordinador del Programa de Agroecología del Mercado Central.

También se puso en agenda un enfoque amplio que no se limita a la producción agrícola en un lote, sino que contempla un uso múltiple del territorio: producción, servicios ecológicos, paisaje, vivienda y salud.

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