Río Negro superó las 1.300 toneladas de residuos patológicos el año pasado

Río Negro superó las 1.300 toneladas de residuos patológicos el año pasado

Representa un incremento del 70% respecto del 2019. En Neuquén se observa la misma tendencia. Qué tratamientos reciben estos desechos.

La pandemia del coronavirus tuvo un fuerte impacto en el aumento de residuos patológicos tanto en Río Negro como en Neuquén. La alta demanda de camisolines, barbijos, guantes y otros elementos de protección generan toneladas de basura que reciben un tratamiento especial.

En Río Negro en 2019 cuando todavía no se había declarado la pandemia se procesaron 788 toneladas. El año pasado, en el contexto sanitario, se alcanzó un pico de 1.320 toneladas, lo que significa un aumento del 70%. En Neuquén también se observa la misma tendencia pero desde los organismos oficiales no dieron cifras detalladas.

Los tratamientos que los desechos reciben en ambas provincias son diferentes.

En Río Negro la empresa habilitada para el tratamiento de los residuos es Zavecom que tiene sus oficinas en Villa Regina y su planta en el Parque Industrial I de Roca.

Analy Potes Mungai, encargada del servicio explicó que a partir de junio de 2020 se empezó a incrementar la cantidad de residuos que procesaban.

“Solíamos trabajar entre 64 mil y 75 mil kilos pero en agosto de 2020 ya se procesaban 113 toneladas”, detalló.

En 2020 en total se llegó a procesar 1.027 toneladas y el salto fue el año pasado con 1.320.

En cuanto al proceso de recolección señaló que los camiones de la empresa pasan por cada hospital y clínica privada de Río Negro de acuerdo a la cantidad de camas. “A algunos establecimientos vamos una vez por semana y a otros dos veces”, indicó.

Los residuos patológicos se recolectan en bolsas rojas precintadas.

Cuando se tratan de residuos de paciente con covid según lo establecido por el Ministerio de Salud se utiliza una bolsa roja, se cierra, se rocía con alguna solución antiséptica como Amonio Cuaternario y se reembolsa “para mayor seguridad de nuestros choferes y operarios”, explicó.

Analy señaló que los empleados siempre utilizan los elementos de seguridad, doble guantes, camisolín, barbijo. Además con este sistema “también tienen la seguridad de que esa bolsa ha sido tratada adecuadamente”.

Todas las bolsas con residuos hacen el mismo circuito. Se trasladan en un camión al depósito donde los choferes la manipulan. La suben arriba del vehículo, la trasladan a la planta, para ingresarla al sistema de autoclavado y posteriormente a una celda de seguridad.

La precaución que se toma para los residuos de coronavirus es que tienen doble embolsado, reiteró.

Analy reiteró que los camiones están habilitados por el Ministerio de Salud de la Provincia y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Nación, “tienen todas las obleas de seguridad por fuera que determinan qué elementos se están transportando”.

Además se carga los datos de la basura en un remito. Se deja una copia en el hospital, otra se manda al Ministerio de Salud, otra es para la empresa y la última es para Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Nación, para el control de los residuos patológicos que se recolectan.

Diferentes procesos para tratar los residuos

Los tratamientos que reciben los desechos son diferentes en ambas provincias. En Neuquén Laura Barreras, ingeniera con experiencia en empresas de residuos patógenos, comentó que luego de la recolección por las clínicas y hospitales, los desechos patógenos son sometidos a incineración pirolítica.

Los residuos son quemados en un horno que posee una cámara primaria a 900°C. Luego los gases de combustión generados en esta primera etapa son incinerados a 1200°C en una segunda etapa “para garantizar el quemado y la combustión completa”. Posteriormente los gases son “lavados” para evitar que las impurezas sean emitidas a la atmosfera”, explicó.

Para los otros residuos, materiales descartables, se realiza el proceso denominado como “autoclavado”. Es un equipo utilizado para la esterilización de residuos mediante la aplicación de vapor de agua a presión y a una temperatura superior a 120 grados centígrados. “Se esteriliza el residuo para convertirlo en residuo sin germen ni virus”, explicó Barreras.

Estos desechos ya esterilizados son asimilables a los residuos sólidos urbanos y son dispuestos en las cavas del complejo ambiental de la meseta.

En Río Negro en cambio solo se utiliza el sistema de tratamiento por autoclavado.

Los camiones llevan las bolsas a la planta en Roca y se depositan en unos carros hasta el autoclave para ser esterilizados.

Una vez terminado el proceso pierde peligrosidad y se equipara con un residuo común. Se entierra en un predio que tiene la empresa solo destinado para este fin en el Parque Industrial I.

Analy Potes Mungai, encargada del servicio de Zavecom explicó que la provincia de Río Negro dispuso en 2008 que el tratamiento más inocuo para el medio ambiente era el sistema autoclave.

En Neuquén se duplicaron los desechos sanitarios por la pandemia

Desde que comenzó la pandemia, el aumento de residuos sólidos urbanos y patógenos fue notorio.

En Neuquén, confirmaron que se duplicaron los desechos sanitarios pero que su tratamiento se da de forma responsable por parte de las clínicas y hospitales.

“Desde el primer aislamiento en la ciudad por la pandemia, vimos un aumento de kilos en los residuos sólidos urbanos”, comentó el subsecretario de Limpieza Urbana de la ciudad de Neuquén, Cristian Haspert.

Es que, al estar aislados en casa, la producción de residuos es mayor.

Así también fue con los residuos patógenos, “son producto de muchos elementos descartables, tanto ropa como elementos que usan en las clínicas” comentó Haspert.

En Neuquén, la recolección de residuos patógenos se realiza a través de la empresa Basaa.

Muchas clínicas, hospitales y el espacio Duam, solicitaron el servicio, por lo que fue aumentando y hoy se habla de una “normalización”.

Los residuos sanitarios inician su proceso en el hospital.

La licenciada en Seguridad e Higiene a cargo del hospital Castro Rendón, Carolina Suárez, comentó que “la generación se inicia tanto en la habitación del paciente internado como en consultorios ambulatorios, internación diaria, nefrología”.

Desde ese punto se deben separar los residuos patógenos entre aquellos que pueden estar infectados con enfermedades infecciosas y son considerados de extrema peligrosidad, y los que no poseen ninguna característica peligrosa. Estos últimos son equivalentes a los que se generan en el hogar.

Estos residuos se separan y se colocan en bolsas. En las rojas almacenan los residuos patógenos, y en las negras los residuos no peligrosos.

Los desechos son llevados al depósito y de ahí “dos veces al día los carros contenedores de empresas dedicadas a los residuos patógenos recogen las bolsas”, explicó Suárez.

La licenciada en Seguridad e Higiene, explicó que ha aumentado la cantidad de elementos de protección general de los trabajadores y auxiliares, como los barbijos, camisolines y cofias. “Antes de la pandemia eran 6.000 camisolines al mes, ahora son 6.000 a la semana” explicó.

Lo que aumentó exponencialmente también fue el desecho del barbijo, “es algo que viene pasando, se usa mucho el barbijo descartable y es el que más se encuentra tirado en la calle”, comentó el subsecretario de Limpieza Urbana de la ciudad. Mencionó que es tanta la cantidad que “compite con las latas de cerveza, los cigarrillos y las botellas de gaseosa”.

Comentó que se les da un tratamiento común, como a los residuos sólidos urbanos que van a parar a los basurales.

Lo que preocupa son los microbasurales, ya que ahí suele encontrarse muchas jeringas. “Muchos vecinos que son diabéticos o insulinodependientes descartan las jeringas en las bolsas de basura junto con los desechos de la casa” manifestó.

Suárez informó que “nosotros llevamos el control respecto a los residuos patógenos”.

Mencionó que antes de la pandemia se registraban 8.491 kilos de residuos considerados peligrosos, mientras que en enero de este año se registraron 15.823 kilos.

En Neuquén hay alrededor de tres empresas que se dedican a la recolección de residuos patógenos. “Las empresas deben tener la infraestructura para poder recibir día a día esa cantidad de residuos” explicó Suárez.

El subsecretario de Limpieza Urbana de la ciudad comentó que “hay una responsabilidad importante de las clínicas y hospitales” con respecto a los residuos y que no hay casos ni denuncias en la ciudad por desechar de forma clandestina residuos sanitarios.

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