La CGT, movimientos sociales y los diferentes partidos políticos afines al peronismo convocan a movilizarse este 17 de noviembre por el Día de la Militancia. Y quien por supuesto se sumó a la movida fue el propio Gobierno Nacional, en particular, y muy en particular, el Presidente de la Nación.

Alberto es absolutamente consciente que el “a llenar la Plaza de Mayo” no fue un grito de festejo, de celebración o de publicación de una victoria. El Gobierno Nacional y obviamente el mismo Presidente sabe que lo del domingo fue una derrota, aun con sus puntos recuperados, con la remontada o con la certeza de haber logrado levantarse un poco. Pero fue una derrota a los ojos de la sociedad.

El fino hilado le dará a los analistas políticos las puntadas correspondientes sobre la cantidad de votos recuperados en Provincia de Buenos Aires o la victoria en alguna comarca del norte argentino.

Pero sin dudas, lo que se escuchará hoy es el grito de: “Estamos con vos”. Y la CGT lo vive de esa forma.

Aun así, la convocatoria es de unidad. Es amplia. La Cámpora ya convocó, el ParTe también. Los movimientos sociales y por supuesto el sindicalismo será actor protagónico.

Lo de hoy será un abrazo contenedor. Un sostén. Una muestra que la hará la gran estructura militante al Gobierno y algunos específicamente a Alberto, que se perdió una batalla pero no la guerra, para ponerlo en términos exagerados.

La CGT puso algunas condiciones. Sí bien no fueron de una manera tajante e intimidatoria, pero exigió ser parte de las decisiones importantes. No solo de reuniones de ocasión. Básicamente, quería que le cumplan la promesa que le hicieron el 8 de noviembre de 2019 cuando un Alberto Fernández electo les aseguró que iba a ser parte del gobierno. La pregunta es cuánto tiempo la CGT y los diferentes sectores gremiales van a darle al Presidente, al mismo que les hizo la promesa. Una muestra de gratitud y devolución. Habrá que escuchar Alberto esta tarde. Será clave que no le erre al discurso. Que lo haga genuino. Que lo haya escrito él solo y escuche a los que van a contenerlo.

El ejemplo es el que puso Daer en dialogo con Sonido Gremial. Estas elecciones fuero como el mojón de la ruta, lo pasas pero la ruta sigue. Ahora, el tema está en capitalizar lo que indicaba ese poste.  La señalización marcaba dos años. Dos años para llegar a destino. El Gobierno deberá decidir cómo es que llega. Si destartalado y con el tanque de reserva. O lleno y descansado para seguir viaje.