Los trabajadores del OPDS están desorientados. No logran comprender la increíble cantidad de agentes nuevos que, día tras día, aparecen en escena para incorporarse a la planta de empleados, la mayoría de las veces sin saber dónde ubicarse, incluso con buena parte del plantel revistiendo tareas desde sus hogares a raíz de la pandemia por COVID-19.

En ese marco, resulta lógico que los trabajadores históricos del organismo ambiental se pregunten qué ocurrirá cuando la planta de empleados abandone el teletrabajo y no encuentren lugar ni siquiera para sentarse en el piso.

El ejemplo más claro es el del área Antenas, que no tiene lugar físico y los empleados pasan de un área al otro sentándose en escritorios de gente que está trabajando desde la casa.

Un caso paradigmático es el del jefe de Categorización, Luis Boragina, quien se encuentra trabajando desde la casa por pertenecer al grupo de riesgo. Por ese motivo, un empleado de Antenas hizo uso de su computadora y causó un conflicto con el sistema de control remoto, ya que dos personas no pueden utilizar la misma máquina.

“Así de complicado está realizar tareas en OPDS. Es lamentable ver a los jóvenes preguntar dónde se pueden sentar para trabajar”, se sinceró un empleado con años en la repartición, cansado de los desmanejos. Como contracara, las autoridades del organismo impulsan innumerables charlas, en las que, en varias ocasiones, son más los disertantes que quienes se encuentran en el auditorio: “Nunca muestran a la gente porque no hay, nadie asiste”.

Finalmente, como si fuera poco, a la vez, Juan Brardinelli desaparece áreas, crea departamentos y entrega jefaturas por decreto, como ocurrió con el caso de Carla María Alejandra Giacomi, una persona que, según comentan, ya estaría acostumbrada a los nombramientos espontáneos.