La “otra” pelea chubutense hacia el Congreso: tiembla la alianza de Cambiemos, que se encamina a una fuerte interna entre 3 boletas

La “otra” pelea chubutense hacia el Congreso: tiembla la alianza de Cambiemos, que se encamina a una fuerte interna entre 3 boletas

Dos listas radicales y una del PRO se perfilan para disputar las candidaturas en las PASO. Abril será un mes clave, ya que se realizarán las dos convenciones que deberán discutir la política de alianzas. Cuáles son los nombres de cada sector y las estrategias que están en juego.

Mientras la feroz interna que vive el justicialismo se roba todas las miradas, el panorama en la alianza que llevó a Juntos por el Cambio a conseguir ocho intendencias, tres diputados provinciales y dos legisladores nacionales, afronta un importante desafío de cara a las legislativas de este año, donde no parece posible que se repita el ambiente tranquilo de campañas anteriores. A poco más de dos meses de la fecha establecida para presentar frentes electorales, todo parece encaminado a una intensa contienda entre al menos tres listas, con sectores bien definidos y estrategias que tienen además la mirada puesta en 2023.

Abril será muy importante en materia de definiciones, ya que el PRO estará convocando para mediados de mes a su Asamblea Partidaria, mientras que la UCR ya confirmó su Convención Provincial para el próximo 24 en Gaiman. En ambos casos, el dato central estará puesto en la autorización a las mesas ejecutivas a firmar acuerdos con otros partidos para conformar frentes electorales, especialmente en caso del radicalismo, donde se escuchan voces que pretenden volver al “purismo” de la histórica lista 3, una idea que entusiasma mucho al justicialismo y al arcionismo.

En Propuesta Republicana, el partido creado por Mauricio Macri y hoy conducido por Patricia Bullrich a nivel nacional, prácticamente no hay dudas antes de la asamblea que se hará en los próximos días: se habilitarán alianzas, con el objetivo de mantener el frente con los radicales y otros partidos vecinales y libertarios. Además, creen que llegó el momento de “jugar la propia” y apostar a una lista de candidatos exclusivos, ante la imposibilidad de un acuerdo para que los radicales les dejen encabezar al menos una de las dos listas.

Hay que recordar que los pactos de unidad les dieron buenos resultados a los actuales legisladores de esta alianza: el radical Gustavo Menna y el joven del PRO, Ignacio Torres, cerraron un acuerdo de palabra en 2017 y lo mantuvieron en el turno siguiente. En aquella oportunidad hace cuatro años, Torres se bajó de sus aspiraciones y hubo una lista de unidad que permitió a Menna llegar a la Cámara Baja. El compromiso fue que se le devolviera el apoyo a Torres en 2019, algo que Menna y la conducción del radicalismo cumplieron, a pesar de la lista conformada por Eduardo Conde.

Sin embargo, ante el actual turno que se avecina, los principales actores de cada lado dialogaron con ADNSUR y admitieron que parece ya muy difícil repetir esa experiencia, aunque aseguran no temerle a unas PASO que enfrenten en las urnas a los radicales y a los del PRO. Pero en la previa hay un dato que no se puede soslayar, y es la aparición de una figura que no comulga con ninguno de los dos sectores, y que más bien tiene una mirada rupturista, que busca patear el tablero: se trata del ex senador Mario Cimadevilla, quien anunció el armado de una lista aparte, apuntando a buscar el apoyo del radicalismo más tradicionalista, pero que también –curiosamente, o no tanto- puede tener adherentes de cierto sector del peronismo.

A esta altura se abren muchos interrogantes, y cada protagonista tiene su propia respuesta a medida. ¿Se reeditará Juntos por el Cambio, o será un frente más amplio y con otro nombre? ¿Hay votos para que el radicalismo vuelva a la histórica lista 3? ¿Habrá presiones para que salgan a la cancha algunos intendentes, que hoy se resisten a jugar? ¿Puede haber candidaturas testimoniales? A continuación, una lectura de cómo se posicionan cada una de estas tres líneas en Chubut.

EL OFICIALISMO RADICAL

Cuando se habla de oficialismo en el radicalismo, la alusión es clara: son quienes hoy conducen el Comité Provincia y los que ocupan los cargos de mayor relevancia institucional, como las intendencias, y las bancas en la Legislatura y en el Congreso. En este espacio, se perfila una lista que en voz baja todos admiten que reúne un gran consenso, en la que hay dos nombres que casi con seguridad van a ser de la partida: son Gustavo Menna y Jaqueline Caminoa.

El nombre de Menna al parecer tiene la mayoría de las fichas para encabezar la lista de senadores, por más que Caminoa también amaga con pelear ese lugar. De todos modos, el nombre de la ex legisladora oriunda de Lago Puelo, primera presidenta mujer en la historia del partido a nivel provincial, parece sonar con más fuerza para encabezar la lista de Diputados Nacionales.

Sin embargo, a pesar de que esta dupla Menna-Caminoa cae simpática a muchos, hay dirigentes de mucho peso que dejan abierta otra puerta. Sostienen que si las mediciones lo marcan y hace falta un empujón para traccionar la boleta, hay intendentes que deberían dejar su lugar de comodidad y poner el cuerpo, si luego quieren tener apoyo para su carrera a 2023.

Y ante este planteo, todas las miradas confluyen hacia el jefe comunal de Esquel, Sergio Ongarato, quien va por su segundo mandato municipal y es uno de los apellidos fuertes que tiene para mostrar el radicalismo a futuro. Si bien Ongarato se encarga de aclarar a todo el que lo consulte que esa posibilidad está descartada, y ni él ni su secretario de Hacienda, Matías Tacetta, van a ser de la partida en este turno 2021, hay quienes dicen que esa puerta no debería cerrarse del todo.

La pregunta que surge es de qué manera un intendente electo hace dos años y que está en medio de su mandato, se puede sumar una oferta electoral para el Congreso, dando a entender a los vecinos que su interés es abandonar el barco a mitad de camino. Quizás llegado el caso, quedaría la alternativa de una candidatura “testimonial” para sumar apoyo a la causa, y para captar el voto no peronista del electorado independiente.

Por lo pronto, más allá de los nombres de los candidatos, en este espacio hay algo que sí está claro, y es que no se quiere repetir el rótulo de Juntos por el Cambio, que consideran pegado a la figura de Mauricio Macri, un perfil que sería “pianta votos” en nuestra provincia. De ninguna manera se coincide con la vuelta a la UCR en solitario, sino continuar la sociedad con el PRO pero con la idea de lograr una alianza más amplia sumando a más partidos, por ejemplo del vecinalismo, en una reedición del camino seguido por Damián Biss en la campaña municipal en Rawson. Sería con otro nombre de fantasía que deje atrás la palabra Cambio o Cambiemos. Es una discusión que se dará primero en la Convención del 24, y especialmente en una etapa posterior, a la hora de presentar los papeles ante la justicia federal.

LA APUESTA DEL PRO

Por el lado del PRO, mientras se prepara todo para la asamblea provincial que tratará la autorización para que el presidente del partido, Ignacio Torres, avance en la firma de alianzas con otros partidos, lo que quedó bien claro es la estrategia nacional que vino a explicar cara a cara la presidenta de esta fuerza a nivel nacional, Patricia Bullrich. En su última visita a la zona, el mensaje a la dirigencia y los afiliados fue que en todo el país a excepción de Santa Cruz, se va a competir con una lista propia en la interna contra el radicalismo.

El objetivo, consensuado con otro de los pesos pesados que tiene aspiraciones presidenciales, como Horacio Rodríguez Larreta, es mantener la alianza de Juntos por el Cambio, pero comenzar a tener una identidad propia ante el electorado, para empezar a “foguear” nombres que después puedan competir dentro de dos años por las intendencias y por la gobernación.

“Si hay que ir a competir a las PASO no nos asusta, estamos muy fuertes en Chubut”, sostuvo Bullrich en declaraciones periodísticas luego de su recorrida por la provincia, dejando en claro cuál será la estrategia del partido.

De este modo, si bien todavía no se admite públicamente y se sigue hablando de buscar una unidad con el oficialismo de la UCR, la apuesta será una lista de candidatos genuinos del PRO. Y en ese camino, dos nombres suenan con más fuerza que el resto para encabezar ambas listas. Uno es el del presidente del partido y actual diputado nacional hasta 2023, Ignacio “Nacho” Torres, quien parece tener la mayor parte del apoyo para encabezar la lista de senadores nacionales.

Y el otro nombre que da la impresión de correr con ventaja faltando aún dos meses, es la actual concejala de Comodoro Rivadavia, Ana Clara Romero, una de las nuevas figuras en las que el PRO tiene depositadas mayores expectativas a futuro. La ex candidata a la intendencia de la ciudad petrolera suena con fuerza para encabezar la lista de Diputados Nacionales, categoría en la que podría darse entonces una disputa femenina con Jaqueline Caminoa en caso de internas.

 

La única posibilidad de que no haya enfrentamiento entre la lista radical y la del PRO sería que se acepte una fusión, y que la lista al Senado la encabece por ejemplo Menna, y la de diputados Romero. Como esto parece hoy descartado, habrá que ver si se conforma un reglamento de la alianza que hable de una integración de listas para octubre en la general, de acuerdo al piso electoral que obtenga cada una de las propuestas.

CANDIDATO CON APOYO PERONISTA

Y el panorama de tres listas que ya están prácticamente en carrera, cuando aún queda correr mucha agua bajo el puente hasta la fecha de cierre, se completa con la decisión de Mario Cimadevilla de dar la pelea interna para volver al Senado, cargo que ocupó entre 2009 y 2015.

Primero el experimentado dirigente y ex presidente de la UCR deberá dar una batalla en la Convención Provincial, donde apostará por un planteo de volver a las fuentes, tratando de que el partido abandone la unidad con el PRO de Mauricio Macri del que él mismo fue uno de los principales artífices hace 6 años en Gualeguaychú.

Luego de formar parte del gobierno macrista como funcionario, lugar del que se alejó con fuertes críticas, Cimadevilla viene llevando adelante una cruzada anti Cambiemos, y va a volver a la carga en esta oportunidad. Hay que recordar que ya intentó competir por seguir en el Senado en 2015, en una lista de unidad con el PRO en la que quedó en tercer lugar en la general. Luego, en 2019 midió fuerzas para volver a conducir el radicalismo, pero los delegados provinciales al Comité Provincia prefirieron a Jaqueline Caminoa, quien impulsaba la continuidad de la alianza.

De presentarse como candidato en este caso, sería la tercera elección a senador consecutiva en la Cimadevilla que va a ser de la partida. Se trata de un perfil especial dentro del radicalismo, ya que sin dudas es quien despierta más simpatía dentro del mundo peronista. Para que no queden dudas, desde Casa Rosada llegan mensajes de que sería el candidato con apoyo “kirchnerista”, algo que incluso habría sido blanqueado a dirigentes de la UCR. Hay quienes comparan el perfil de Cimadevilla -quien mantiene una excelente relación con dirigentes como Aníbal Fernández-, al de históricos radicales como Leopoldo Moreau, quien terminó militando en las filas del cristinismo.

La pregunta es cómo convencer al resto de los afiliados de la conveniencia de abandonar una alianza que luego de interminables derrotas electorales entre 2003 y 2017, le permitió a representantes radicales regresar a una banca en el Congreso o volver a intendencias de ciudades importantes como Esquel, Rawson y Gaiman, además de Rada Tilly que lo había sido históricamente.

De todos modos, Cimadevilla sigue siendo un dirigente con toda la experiencia de la rosca que sabe moverse, y que tiene aún muchos adeptos adentro del partido y algunos afuera, algo importante tratándose de una interna abierta. “No es para subestimar”, dijeron a esta columna referentes de las otras dos listas, lo que no llama la atención, ya que por algo despertó el interés de operadores del gobierno nacional para ponerle alguna ficha. La apuesta del kirchnerismo es que el discurso de Cimadevilla divida aguas hacia adentro y que, más que pegarle al gobierno de Alberto, cuestione la figura de Macri.

OPORTUNIDAD

Como ya contamos la semana pasada, en Chubut el Frente de Todos se desangra en un enfrentamiento entre el cristinismo el albertismo y el massismo, que seguramente dividirá muchos votos. Ante este escenario, la UCR y el PRO parecen tener una oportunidad interesante para aumentar su presencia en el Congreso. ¿Lograrán captar el voto de los ciudadanos cansados de la “rosca política”? Dependerá de cómo resuelven en las próximas semanas sus divisiones y de que no caigan en la misma ambición desmedida que dicen combatir.

Uno de los referentes que habló con esta columna, sostuvo que más allá de los cierres y la multiplicidad de listas, hay un pacto de palabra para encarar “una campaña limpia, sin agresiones”, poniendo como ejemplo la disputa que hubo en Rawson por el municipio en 2019, que terminó con todos los sectores traccionando hacia el mismo lado.

Las mediciones de intención de voto que se están haciendo en los últimos meses, marcan un hartazgo cada vez mayor de la ciudadanía por las caras repetidas, por la dirigencia identificada con las viejas prácticas, y cuyas caras vuelven a aparecer una y otra vez. Al parecer, los nombres que mejor resultado vienen mostrando, son aquellos que se leen como novedosos, como los que logran presentarse enfrentados al “status quo” de la clase política.

Con estos guarismos, los armadores de las campañas creen que la estrategia para captar al votante independiente, aquel que no es afiliado a ninguno de los partidos ni tiene una preferencia por un escudo en particular, pasará por quien mejor sepa venderse como lo nuevo que viene a desbancar a una dirigencia que llevó a Chubut a hundirse en un desastre económico inédito. Y este partido que comienza en 2021, claro está, en realidad tiene un segundo tiempo apuntando a lo que pueda ocurrir en 2023.

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