La Piedad y un Ecogalpón que será monitoreado por sus alumnos

La Piedad y un Ecogalpón que será monitoreado por sus alumnos

Con recursos propios y el apoyo de dos empresas privadas edificará un sitio donde se le dará tratamiento a residuos plásticos.

Por Pablo Andrés Alvarez.

   La Casa Salesiana La Piedad puso en marcha la construcción de un Ecogalpón, que será monitoreado por los propios alumnos y que estará destinado a tareas de clasificación de residuos y reciclaje.

   Con la intención de ponerlo en marcha para el inicio lectivo del próximo año, y con el aporte de empresas privadas y propios, el establecimiento educativo comenzó a trabajar en la infraestructura y en el equipamiento, que en su gran mayoría será realizado por estudiantes de las tecnicaturas que se dictan allí.

   “Siempre intentamos incorporar en la agenda de los jóvenes estas cuestiones de la preservación de `La casa común´, como dice el Papa Francisco”, señaló Diego Fonseca, director general de La Piedad. 

   En ese marco, dentro de la Casa Salesiana La Piedad, pensaron en una obra que les permita desarrollar distintos proyectos vinculados al cuidado del medio ambiente y así nació la idea del Ecogalpón, un espacio donde se pueda recepcionar el plástico, darle tratamiento y finalmente derivarlo a la Ecoplanta de Cerri.

 

   “Este es un sector de la ciudad donde hay mucha gente que vive del reciclado y muchas veces no sabe qué hacer con los plásticos o no cuenta con los medios suficientes para llevarlos al lugar que corresponde. Y dentro del colegio, cuando había clases, se producían muchos desechos de este tipo, con el impacto negativo que tienen”, explicó el directivo.

   A este trabajo, se le suma otro de conciencia ecológica. 

   “Por más que montemos un espacio destinado a los plásticos, se debe aprender el uso responsable de este tipo de productos”, añadió Fonseca.

   Con la educación técnica que se brinda en el colegio, la entidad obtiene un plus para que los propios alumnos aporten en infraestructura y herramientas. A eso se agrega la ayuda de empresas privadas.

Recibí los Newsletters de La Nueva sin costo

   “Con TGS tenemos una alianza desde 2007 con capacitaciones laborales gratuitas en los barrios y en este caso aportaron recursos, otra parte la pusimos nosotros y ahora se suma Unipar, mediante un concurso que financia proyectos con ejes en la educación, el medio ambiente y la ayuda de personas en situaciones de vulnerabilidad social”.

   Para edificar el Ecogalpón aprovecharon dos paredes que ya están levantadas en el predio para abaratar costos. 

   “El techo de nuestra escuela técnica tiene casi 90 años, por lo que vamos a poner chapas nuevas allí y las viejas, recicladas, serán usadas en el Ecogalpón. Con los alumnos estamos armando una prensa neumática, que ayude a la compactación del plástico”, informó Fonseca.

   La idea es vincular este proyecto a otros establecimientos educativos y, obviamente, a la población en general.

   “El funcionamiento está en análisis. Tenemos claro que es una experiencia educativa y no productiva, por lo que los alumnos tendrán mucha injerencia en su funcionamiento”. 

   Este año, con el factor de la virtualidad por la pandemia, aprovecharon para poner mucho énfasis en la importancia de la separación de residuos en orígen.

   “Incluso, en la escuela, ya pusimos cestos para distintos residuos para acopiar papel y cartón; plásticos y desechos orgánicos. El papel iba a ser usado en la imprenta taller del colegio y lo orgánico se procesaría a través de la lombricultura. De este modo cerraríamos un círculo virtuoso”.

 

   Hay que tener en cuenta que por el colegio pasa una gran cantidad de alumnos. 

   “En la Piedad convergen tres escuelas: el Instituto Técnico (con 750 alumnos), el Centro de Formación Profesional 406 (con 900 certificaciones anuales) y la Academia de Inglés del Juan XXIII (250 estudiantes). Por su parte, la Unisal tiene una población de 800 estudiantes”.

   A eso se suman los grupos juveniles católicos, que tienen sede en la iglesia, y que también serán invitados a participar.

Comentá la nota