Polémica por los contenedores que se abren con tarjeta magnética sobre Corrientes

Polémica por los contenedores que se abren con tarjeta magnética sobre Corrientes

La celebración del sábado para presentar la peatonalización de Corrientes con la presencia multitudinaria de vecinos que se acercaron a participar de las actividades artísticas quedó atrás. Pero la avenida volvió a ser protagonista de otra concentración: la de cartoneros porteños que hoy marcharon desde Callao hasta el Obelisco en rechazo a los contenedores inteligentes colocados en las seis cuadras intervenidas que, desde el lunes, cambiaron la circulación y ofrecen mayor espacio para caminar.

 

Aunque se trate de una prueba piloto con 18 unidades (se seguirán sumando hasta un total de 24), su instalación provocó la reacción de los recicladores que viven de la comercialización de los desechos. También, de diversos sectores sociales y políticos que la consideraron una medida antipática en un contexto económico crítico que lleva a muchas personas a la necesidad de alimentarse de los desperdicios.

"No estoy de acuerdo. Es una forma más de discriminar", dijo Mabel Lezcano frente a uno de los contenedores, de origen italiano, que se cierran herméticamente. "Hay gente que cartonea para subsistir. También quienes comen de allí. No digo que esté bien, pero capaz que es lo único que puede ingerir en todo el día", agregó la mujer, que vive en Lanús y trabaja en el centro. En similar sentido reflexionó Carlos Conte, un oficinista: "No pueden poner esos cestos. Están sectorizando".

Los contenedores -similares a los que se usan en Venecia, Pisa, Siena y otras ciudades italianas y del resto de Europa- tienen puertas automáticas y deben ser operados a través de tarjetas magnéticas entregadas a encargados de edificios y comerciantes de las seis cuadras de Corrientes tendidas entre Callao y Libertad, donde se colocaron los dispositivos. Hasta el momento ya se distribuyeron 150 para ser utilizadas entre las 20 y las 21, el horario establecido en toda la ciudad para depositar la basura en el espacio público.

 

 Protestas de cartoneros por los nuevos contenedores en Avenida Corrientes01:47

 

"Es una heladera magnética matapobres porque hay mucha gente que vive del reciclado y de la comida que se tira. Es un nuevo ataque hacia un sector excluido, hacia trabajadores que se quieren ganar una moneda. Es el último eslabón de los pobres. Desde los contenedores se come y se trabaja honradamente", argumentó Sergio Sánchez, presidente de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (Faccyr), que hoy protagonizó la marcha que ocupó los carriles peatonales de la avenida.

"No vamos a mirar para otro lado en medio de la miseria que se está generando. Si la respuesta a este grave problema es cerrar los contenedores y no organizar una mesa de coordinación en cada comuna para enfrentar el hambre, nosotros no vamos a ser cómplices de esa política", opinó Alicia Montoya, de la cooperativa de recuperadores El Álamo. "La limpieza de la ciudad no puede estar por arriba de la panza llena de una niña, un niño, un viejo o cualquier otra persona. El gobierno se equivoca respecto de colocar el orden e invisibilizar a los pobres", agregó.

A pesar del rechazo de recuperadores y de organizaciones sociales, para la Ciudad se hizo una lectura errónea de la colocación de 18 contenedores herméticos sobre el total de 28.000 distribuidos en todos los barrios, según información del Ministerio de Ambiente y Espacio Público. En la ciudad se recolectan 7300 toneladas diarias de residuos, 400 de las cuales corresponden a material reciclable. En total hay unos 6500 recuperadores que trabajan en doce cooperativas y reciben un subsidio del gobierno porteño. Además hay otros 4000 que trabajan en forma independiente, por fuera del sistema.

Ya es obligatorio para los edificios en todo el territorio porteño separar la basura en reciclable y no reciclable. La primera debe ser entregada por los encargados a la cooperativa que trabaja en la zona; la segunda se deposita en los diferentes modelos de contenedores dispuestos en la calle, que son vaciados por las empresas de recolección.

El ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, advirtió que la colocación de los dispositivos inteligentes corresponde a una propuesta contenida en el plan de modernización tecnológica que deben realizar dichas empresas. "Es una falacia atroz decir que el gobierno coloca estos contenedores para impedir que la gente acceda a ellos. Son solo 18 de una prueba piloto que no sabemos si vamos a expandir en la ciudad. Solo es una prueba más de la renovación que nos permite trazar un perfil en cada una de las cuadras. Nadie hizo tanto por los recuperadores como nosotros", dijo el ministro. En rigor, existen otros sistemas de contenedores cerrados, como los soterrados en el microcentro.

Los contenedores de Corrientes también ayudan a que los vecinos cumplan con el horario establecido. Pilar Olivera, encargada de un edificio, contó que deben sacar la basura entre las 20 y las 21. "Antes no se puede porque, como cada tarjeta tiene identificación con un número, te pueden multar", explicó.

Entre los detractores se sumó el referente del Frente Patria Grande, Juan Grabois. "Yo no creo que los contenedores puedan ser inteligentes o tontos, pero al que se le ocurrió la idea es un imbécil. Gastar el dineral que se gastaron en jorobarle la vida a la gente que debe vivir de lo que le sobra a los que todavía pueden consumir algo, es estúpido", lanzó.

Fuentes del gobierno porteño acusaron a Grabois de utilizar el tema con fines políticos y electorales. Además, recordaron que la Ciudad no aportó dinero para adquirirlos ya que forman parte del plan de inversión de las empresas recolectoras. La polémica, dijeron, intenta tapar una obra exitosa como la nueva circulación y peatonalización de Corrientes.

 

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