Con presión para Guzmán, Máximo Kirchner y Massa revalidaron su sociedad política

Con presión para Guzmán, Máximo Kirchner y Massa revalidaron su sociedad política

Mantienen su relación y, casi en paralelo, reclamaron mejoras en el salario mínimo y en el impuesto a las ganancias; en el camporismo, aseguran que estuvieron coordinados, pero en el massismo afirman que solo fue una coincidencia temporal

 

Por Javier Fuego Simondet

La sociedad política entre el diputado Máximo Kirchner y el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, no se resquebrajó, a pesar de la renuncia del hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner a la jefatura del bloque oficialista, con la que Massa no estuvo de acuerdo. La sintonía entre ambos se mantuvo y, en los últimos días, se revalidó con un doble mensaje para un destinatario común: el ministro de Economía, Martín Guzmán. Con una semana de diferencia, Kirchner reclamó adelantar aumentos del Salario Mínimo Vital y Móvil, y Massa, ejecutar la suba del mínimo no imponible para Ganancias. La estocada por duplicado, según fuentes de confianza del jefe de La Cámpora, fue coordinada; desde el entorno del tigrense, afirman que se trató de una mera coincidencia temporal.

“Claro que sí. Y Alberto estuvo al tanto de ambas cuestiones”, contesta una fuente de trato permanente con Máximo Kirchner cuando LA NACION le consulta si la salida casi en simultáneo con los reclamos por salario mínimo y Ganancias fue algo hablado entre el diputado y Massa. “Coincidieron en el tiempo, pero no coordinaron ir cada uno con cada tema”, disintieron cerca de Massa. “Que los ingresos le ganen a la inflación es un denominador común, pero no está coordinado”, abundaron.

El juego de pinzas resultó exitoso. El adelanto para el mes de agosto de los aumentos del salario mínimo previstos para todo el año se concretó cinco días después del pedido que había hecho mediante un proyecto de ley Máximo Kirchner. El monto a cobrar en el octavo mes del año será de $47.850.

Guzmán también confirmó que se actualizará el piso para pagar Ganancias, como solicitó por carta Massa, que pidió elevarlo a $265.000 de salario bruto. En su despacho, contaba con un informe que sostenía que, por el avance de la inflación y los ajustes salariales que provocó, en febrero y marzo se habían sumado 110.000 trabajadores al pago del tributo. “Queríamos evitar que la AFIP tardara tres meses en reglamentar [la suba del mínimo], como tardó el año pasado”, argumentan.

Antes de la ruptura oficialista, Massa y Kirchner mostraban un fuerte vínculo político en el Congreso. La crisis del Frente de Todos los dejó en campamentos alejados (Kirchner, enfrentado con el presidente Alberto Fernández; Massa, sin soltarle la mano al jefe del Estado, a quien el viernes acompañó en un acto en el predio de la Uocra en Esteban Echeverría). Pero, a pesar de las diferencias, tanto en el camporismo como en el massismo subrayan que la relación entre ambos no cambió.

“[El vínculo] nunca se afectó”, dicen cerca de Máximo Kirchner. “La relación es muy buena, nunca se resintió. Él nunca salió a pegarle a Máximo, ni al revés. Tienen muy buen diálogo. Máximo baja al primer piso [de la Cámara baja, donde está el despacho de Massa], chatean. Pero no es que dijeron ‘vamos a pegarle a Guzmán”, resaltan en el entorno del tigrense.

Con la internas entre el Presidente y la vicepresidenta sin saldarse, Massa y Máximo Kirchner comparten la intención de formar una mesa nacional de la coalición oficialista, lo que denominan “institucionalización” del frente político, una idea que, según informó LA NACION en su edición del viernes, también abona el ministro de Interior, Eduardo de Pedro. El líder del Frente Renovador y el jefe de La Cámpora dieron un primer paso en territorio bonaerense, donde Malena Galmarini (titular de Aysa y esposa de Massa) y Kirchner son parte de la mesa provincial del Frente de Todos, que se presentó el mes pasado.

“Se corre de ponerse en el medio [de Fernández y Cristina], pero plantea la institucionalización y la importancia de la unidad”, describe un hombre de diálogo permanente con Massa. En despachos oficialistas circula un estudio que, con datos relevados en marzo, marca que un 55% de los encuestados desea la unidad del Frente de Todos (y un 80%, entre los votantes propios). “Siempre se está buscando [la unidad]”, dicen, misteriosos, desde el círculo más cercano a Máximo Kirchner.

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