La propuesta fue impulsada por integrantes de la agrupación Basurrreando, que desde hace ya varios años viene promoviendo la concientización y acciones para remediar y disminuir la contaminación por los residuos domiciliarios.

 

«La campaña se va a seguir haciendo igual, pero necesitamos que el Concejo Deliberante apoye y acompañe con una ordenanza para la creación de una red de puntos limpios, que se cree una partida necesaria y que no nos encontremos con que cada vez que vamos no hay plata», manifestó sobre el cierre de la presentación Claraestela Villar, quien estuvo acompañada por Alinia Greslebin y otras referentes de la agrupación.

 

Frente a los concejales Villar reconoció, «hemos ido aprendiendo a medida que vamos avanzando de todo esto ya que somos vecinos sin formación específica en el tema de los residuos. Al principio creíamos que el gran tema era instalar el punto limpio, pero luego nos dimos cuenta que hay otras etapas que cumplir, y que están planteadas en el proyecto de ordenanza».

 

En ese sentido confió que «una etapa es instalar el punto limpio en la mayor cantidad de barrios que sea posible, y segundo es hacerle trabajo necesario para que los puntos limpios funcionen eficientemente. Y luego, también, hay que articular el trabajo entre los vecinos, las juntas vecinales, el gobierno municipal en sus distintos estamentos.

 

Articular todo esto no es nada fácil y nos lleva mucho tiempo y mucho esfuerzo. Por eso es que necesitamos una ordenanza que nos ayude a trabajar». La vecina subrayó que en este marco «necesitamos una ordenanza que prescriba, regule, ordene el trabajo con los puntos limpios. Para que no tengamos que hacer nosotros todo un trabajo de convencimiento de los empleados, de los funcionarios y de los vecinos».

 

Cabe tener en cuenta que un «Punto Limpio» es una instalación controlada y selectiva de residuos reciclables provenientes de los residuos domésticos donde se almacenan transitoriamente para luego continuar con su proceso de reciclaje. Pueden ser estructuras fijas o móviles, públicas o privadas y sus compartimentos se clasifican según las composiciones específicas de cada material reciclable, por ejemplo, vidrio, aluminio, hojalata, papel, cartón, plásticos, tetrabrik, telgopor.