Los 7 puntos de lobby industrial argentino y brasileño que Lula y Alberto Fernández tienen sobre la mesa

Los 7 puntos de lobby industrial argentino y brasileño que Lula y Alberto Fernández tienen sobre la mesa

Las cámaras empresarias de los dos países reclamaron respuestas veloces para aspectos clave de la actividad. Cautela con el acuerdo Mercosur-Unión Europea

 

La visita del presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva a Buenos Aires para relanzar la relación comercial con Argentina dejó expectativas en la política pero también en los negocios. Los acuerdos que firmó con su par anfitrión, Alberto Fernández, se extienden a casi todas las áreas, pero la atención está puesta en la segunda parte del gasoducto Néstor Kirchner desde la provincia de Buenos Aires hasta la frontera con el gigante amazónico. Sin embargo, por fuera de esa operación, el resto de las expectativas están puestas en un reclamo para que las dos administraciones no pierdan el tiempo y busquen coordinar con velocidad a partir de siete planteos del establishment industrial. 

"Consideramos fundamental un entendimiento entre Argentina y Brasil para diseñar, en forma inmediata y pragmática, una estrategia conjunta de acciones que revitalicen la agenda de integración bilateral y regional con una visión de inserción global y desarrollo de la producción y la industria. Sólo así será posible el crecimiento sustentable de ambos países, generando empleo y mejorando la calidad de vida de nuestros pueblos", sostiene la declaración conjunta que firmaron la Unión Industrial Argentina (UIA) y su homóloga brasileña, la Confederación Nacional de la Industria (CNI). Ambas forman parte del Consejo Empresario Brasil Argentina, un grupo de lobby binacional que ahora jugó su influencia para hacerle llegar un mensaje a Lula y a Fernández. 

Plantean siete puntos como hoja de ruta. En el primer eje le piden a los dos gobiernos que establezcan "una estrategia común para impulsar la inversión productiva sobre la base de la estabilidad del crecimiento económico" porque "la integración productiva requiere un contexto económico e institucional que favorezca las inversiones. Los desequilibrios macroeconómicos y el cambio en la orientación de políticas dificultan tener un horizonte de planificación, derivan en una baja de la inversión, la actividad económica, reducción del comercio, mayor desempleo y pobreza".  

El segundo punto habla de "promover inversiones para avanzar en el abastecimiento energético, la infraestructura y conectividad entre ambos países y en la región". Consideran que "es primordial la puesta en marcha de mejoras de infraestructura y conectividad, donde la industria tiene un rol clave en la concreción de las obras que permitan el desarrollo energético y la agregación local de valor", sostiene el documento. "Así como redundan en una integración equilibrada de cadenas productivas regionales de gran dinamismo reciente, tales como la alimenticia, farmacéutica, automotriz, química y petroquímica, plástica, metalmecánica, textiles, por mencionar sólo algunas, pero que también empujan la demanda de otros sectores de la economía", señala. 

Telecomunicaciones y redes

En el mismo punto consideraron que "los esfuerzos también deben concentrarse en las inversiones necesarias para una mayor integración logística y de capacidad de transporte que mejore la conectividad, la salida exportadora, contemplando también la conectividad de telecomunicaciones y redes necesarias para el impulso de capacidades tecnológicas orientadas a la digitalización y eficiencia de la producción y el comercio". Para eso ofrecen como ejemplo "la situación del Puente Internacional Uruguayana-Paso de los Libres", donde se advierte que "se requieren esfuerzos inmediatos para una solución". 

El tercer planteo es "eliminar barreras comerciales y avanzar en la implementación de iniciativas de convergencia y cooperación regulatoria". Los industriales señalaron que "más allá de los compromisos en el marco del Mercosur, todavía persisten diversas medidas restrictivas y licenciamientos entre ambos países que no sólo perjudican el comercio bilateral y el acceso a bienes e insumos sino también inviabilizan la integración productiva entre nuestros países". Advirtieron que "en el área regulatoria, los productos y servicios se enfrentan a una creciente gama de reglamentaciones. Esa diversidad regulatoria es costosa, y las diferencias innecesarias en regulación son otro obstáculo para la integración económica de largo plazo". 

La visita de Lula para relanzar la relación comercial con Argentina dejó expectativas en la política pero también en los negocios

La desburocratización aparece como el cuarto reclamo. Pidieron "la simplificación y reducción de burocracia en el comercio bilateral. Los procedimientos formales para importar y exportar en ambos países siguen siendo complejos cuando se los compara con las mejores prácticas internacionales. Si bien Argentina y Brasil tienen compromisos multilaterales y regionales en esa área, la relevancia de la relación económica indica que la ampliación para compromisos bilaterales tendría un mayor potencial aún para alcanzar la disminución de tiempos, costos y promover el aumento de flujos de comercio entre ambos países". 

Para los exportadores de manufacturas de origen industrial la desburocratización no es un planteo etéreo. Quieren que se firme "un protocolo de facilitación del comercio Brasil-Argentina que incluya, entre otros temas, la implementación plena de la ventanilla única de comercio exterior de ambos países, con directrices para la interoperabilidad, el reconocimiento mutuo de los programas de Operador Económico Autorizado y una mayor cooperación entre las aduanas de ambos países con énfasis en la gestión de coordinada de fronteras". 

Integración regional

En quinto lugar aparece la integración regional y las incógnitas sobre la eventual ratificación del acuerdo Mercosur - Unión Europea. Las dos cámaras empresariales coincidieron en pedir que se "acelere la agenda de negociaciones externas, en bloque, con mercados estratégicos para la industria". Si bien entienden la necesidad de buscar otros acuerdos más allá del Mercosur, remarcaron que "la estrategia debe darse de manera conjunta dentro del bloque regional, priorizando mercados donde existan ganancias tangibles en materia de expansión y diversificación del comercio, considerando la sensibilidad de los sectores productivos y garantizando transparencia y consultas con el sector privado". En pocas palabras, resaltaron la "relevancia de la concreción del Acuerdo Unión Europea – Mercosur", pero siempre y cuando "genere beneficios y términos equilibrados para todas las partes". 

La cuestión ambiental está en la lista, pero en el sexto puesto y concentrada en lo que pueden perder si no se adaptan a los planteos de los grandes bloques. Reclamaron "avanzar en la cooperación hacia una economía baja en carbono que incluya la transición energética, el mercado de carbono, la economía circular y la conservación de los bosques: la agenda ambiental gana espacio a nivel mundial, con compromisos globales en los que ambos países aportarán a la reducción de la emisión de carbono", algo que "en muchos casos se traduce en nuevos requerimientos al momento de acceder a mercados".  

El último punto está dedicado a obtener ayuda para modernizarse. Piden "avanzar en el camino correcto de digitalización y mejora de la productividad". "Este tema central para la competitividad de nuestros países no puede estar ausente en la agenda bilateral y exige abordar programas conjuntos de promoción de inversiones, investigación y desarrollo del uso de tecnologías digitales avanzadas para la producción y la transición hacia actividades productivas más sostenibles. Además, es necesario incluir en este aspecto el desarrollo de cadenas de valor junto a las economías basadas en conocimiento con gran potencial exportador", concluye el documento.

 

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