Quién se queda con más convencionales, la otra pelea abierta entre Abad y Posse

El Club Social de Brandsen, escenario de la última Convención de la UCR bonaerense, en 2019.

Por: Damián Belastegui.

 

Aún no hay certezas sobre el impacto de la contienda en el órgano que define la posición partidaria. En ambos bandos se ven en mayoría. Planteos y cálculos.

A cuatro días de la interna bonaerense de la UCR, no sólo restan conocerse los resultados del escrutinio definitivo –con los cruces entre ambas listas trasladados al ámbito de la Junta Electoral–, también persisten interrogantes acerca de cómo será la fisonomía de la Convención provincial del radicalismo, órgano que define –entre otras cosas– la orientación partidaria y su esquema de alianzas. Es que en virtud de la mínima diferencia entre los votos obtenidos por oficialismo representado por Maximiliano Abad y los del retador Gustavo Posse, en ambos campamentos consideran que se quedarían con la mayoría de convencionales.

Controladas por el salvadorismo -tanto en 2017 como en 2019-, las convenciones se centraron más en cumplir con los pasos protocolares regidos por la Carta Orgánica que en brindar definiciones novedosas a lo que por entonces ya era un libreto anunciado: la ratificación de Cambiemos.

En esta oportunidad, ninguna de las dos listas que disputaron la conducción de la UCR bonaerense el pasado domingo plantea un corrimiento de ese esquema frentista, pero el predominio de una u otra en lo que a número de convencionales refiere puede plasmar matices en temas como el planteo de PASO en distritos administrados por el PRO o la orientación a proponer para la ampliación de JxC y con qué aspiraciones encarar la negociación legislativa con los socios.

El número de convencionales asignado a cada distrito surge de la cantidad de votos que aportó al espacio en la última elección en la categoría diputados nacionales. Así, en los municipios (generalmente los más pequeños) donde el número de sufragios fue inferior a 6 mil, solo se designará un delegado a la convención provincial, sumándose un convencional cada 6 mil votos, por lo que aquellas comunas emplazadas en los grandes centros urbanos son las que inyectan mayor cantidad de convencionales.  

Pero, por lo pronto, tanto en Adelante Buenos Aires como en Protagonismo Radical no tienen certezas acerca de cómo estará compuesto el próximo cuerpo convencional. Por lo pronto, las energías se focalizan en consolidar un resultado concreto de la interna. La mayoría oficialista en la Junta Electoral partidaria difundió un escrutinio provisorio que alude a un resultado “irreversible” con triunfo de Abad. Del lado possista, consideran “falaz” esa afirmación y siguen exigiendo convocatoria a un conteo con el 100% de las actas originales sobre la mesa. Si no se da una pronta resolución, ya hay quienes hablan de judicialización.

Volviendo a los convencionales, un poroteo estricto de cuántas manos hay de un lado y otro asoma harto nebuloso por estas horas en ambos márgenes de la interna radical. Primero, porque en aquellos distritos donde hubo lista de unidad entre miembros de los dos espacios en pugna a nivel provincial los convencionales también pueden ser repartidos, más allá de la inclinación de quien acceda a la presidencia. Y donde hubo compulsa distrital, las cosas también se tienen que analizar no solo mediante el reparto por lista, sino también por particularidades de pago chico que hacen que dos no siempre sea igual a uno más uno.

Amén de esto, a trazo grueso, las dos listas competidoras del pasado domingo se ven con mayoría en la Convención. Voces de Protagonismo Radical focalizan en el hecho de haber concentrado buena parte de sus triunfos distritales en bastiones del conurbano que concentran mayor cantidad de convencionales en juego.

En ese sentido, ejemplifican con casos donde listas alineadas al possismo resultaron triunfantes en San Martín, Quilmes, La Matanza, Malvinas Argentinas, Florencio Varela, Vicente López, Morón, Lomas de Zamora, Esteban Echeverría, Quilmes y San Isidro, entre otras. También indicaron que en algunos distritos del interior donde hubo lista de unidad “ellos se quedaron con el presidente del partido y nosotros con el convencional”.

Del otro lado, voces que reportan al armado de Adelante Buenos Aires, afirman que el espacio liderado por Maximiliano Abad tendrá “al menos” el 60% de los convencionales provinciales. Lo fundamentan en el hecho de “haber ganado en más de 100 distritos” y de marcar que son pocos los distritos del GBA donde el possismo obtuvo una diferencia lo suficientemente significativa como para quedarse con el grueso de los convencionales en pugna.

Así, voces del oficialismo partidario consignan que, en el global de la Tercera, la oposición ganó por 800 votos, pero Adelante triunfó en varios distritos. Por eso, no dudan: “Tendremos la mayoría de la Convención”. A eso, añaden que quien triunfa a nivel provincial “suele arrastrar más gente”, más aun cuando –observan- del otro lado se ubicaron un variopinto de expresiones “que no eran tan fidelizadas como Adelante”.

Desde esa perspectiva, consideran que en la mayoría de los distritos las listas de Protagonismo Radical no fueron compuestas por possistas de primera hora, por lo que en ese escenario apuestan a un mayor “margen de crecimiento”, con convencionales que terminen fichando para la estructura oficialista.

En la última convención de 2019 participaron alrededor de 370 convencionales. Actualmente, la cúpula convencional bonaerense es comandada por el salvadorismo, estando a la cabeza el exsubsecretario de Asuntos Parlamentarios y Electorales bonaerense, Manuel Terradez.

Más allá de los cálculos y conjeturas, el traspaso a este año de la elección interna que se tendría que haber desarrollado en 2020 y siendo mayo el mes donde tradicionalmente es convocada la convención –un mes antes del cierre de listas–, hay dudas en algunos sectores sobre su concreción.

Mucho dependerá del desenlace de la presente disputa por el conteo de votos, en el marco del cual –se afirma en ambos márgenes– hay llamadas informales y rosca a pleno. De fumarse la pipa de la paz, hay quienes estiman que una mesa de negociación con ambos sectores sentados puede hacer que se definan estrategias sin necesitar del acto convencional. Pero, de picarse el panorama, una convención puede transformarse en un áspero cuadrilátero en donde se prolongue una interna sinfín.

Comentá la nota