Reelección indefinida: entre decretos, juzgados y delfines, intendentes maniobran para perpetuarse en el poder

Reelección indefinida: entre decretos, juzgados y delfines, intendentes maniobran para perpetuarse en el poder

El cargo de intendente en la provincia de Buenos Aires admite una sola reelección. Pero 20 jefes comunales oficialistas y opositores intentan lo contrario.

Por: Antonio D’Eramo.

El Sars-CoV-2 no es el único virus suelto en la Argentina y en el  mundo que provoca preocupación por sus efectos en la vida social de una nación. Los profesores de la Universidad George Washington, Rubén Perina y Jaime Aparicio Otero, anotaron otro que, sin ser un componente de la biología, se replica de igual manera. Es el virus de la re-reelección indefinida y otros ajustes que minan la alternancia en el poder en sociedades que se piensan y definen como democráticas y republicanas. 

Las Constituciones que rigen a estas sociedades, que se alejaron de los regímenes monárquicos y tiránicos, buscan limitar el poder y prevenir los abusos que conllevan los autoritarismos, a través de sus pesos y contrapesos, como la alternancia en el  poder, un concepto de las ciencias políticas que refiere a la posibilidad de permitir una pacífica alternancia de los líderes y partidos políticos que ejercen el poder, la separación de poderes y la libertad de expresión.

Sin embargo, existen casos notorios e inadmisibles como los de Daniel Ortega en Nicaragua que para perpetuarse en el mando tomo el antecedente del ex presidente de Costa Rica, César Arias, Premio Nobel de la  Paz, que en 2003 recurrió a la Corte Suprema de Justicia de su país alegando que si no se permitía su reelección se estarían violando sus derechos humanos.

La Corte de ese país centroamericano cedió y sentó un precedente nefasto para la región que generó un tsunami de contagios de perpetuidad en el cargo que afectó, por ejemplo, a Hugo Chávez en Venezuela o a Evo Morales en Bolivia que ejerció la titularidad del ejecutivo en tres turnos consecutivos y no alcanzó el cuarto por perder un referéndum.

En la Argentina existe un caso flagrante que anotan Perina y Otero. La Formosa de Gildo Insfrán, donde "por vía de reelección, el gobernador formoseño fue electo por séptima vez y ejerce la titularidad del ejecutivo provincial desde hace  32 años. La provincia es su estancia y la maneja a su placer".

Indudablemente, si se tienen en cuenta los recientes pedidos de licencia para evitar la prohibición de volver a presentarse al cargo de intendente en las elecciones del 2023 en la provincia de Buenos Aires, muchos políticos bonaerenses, en su mayoría peronistas pero también radicales e  integrantes de Juntos por el Cambio, comparten el espíritu de perpetuidad en el ejercicio del poder que ostenta, sin ningún tipo de disimulo, Gildo Insfrán.

Gildo Insfrán, ¿el modelo de los intendentes bonaerenses?El caso de la provincia de Buenos Aires

 

Antes de realizar un repaso con nombres y apellidos recordemos que en el año 2016 se impulsó una ley desde la Gobernación de María Eugenia Vidal avalada por Sergio Massa del Frente Renovador que impedía a los llamados "barones" del conurbano y a otros intendentes del interior bonaerense, acceder a un tercer mandato de forma consecutiva. 

La ley  provincial  N° 14.836, en su  artículo 7°, no deja lugar a dudas ni a malas interpretaciones. Sostiene que el  período vigente al momento de la sanción de la norma, año 2016, será contado como el primer período a los efectos de limitar la reelección en el año 2023.

Sin embargo, el juez Jorge Anibal Ocampo, magistrado a cargo del Juzgado Contencioso Administrativo nº 1 de San Martín, resolvió suspender cautelarmente la aplicación de este artículo de la norma habilitando la posibilidad, a un montón de alcaldes bonaerenses, de volver a presentarse en el próximo turno electoral.

Este fallo a favor de la concejal de Malvinas Argentinas, Andrea Carina Pavón, que responde al intendente Leonardo Nardini, a su vez cercano a Sergio Massa, logró poner en suspenso su aplicación a través de una medida cautelar y técnicamente sólo se suspendió el artículo 7ª.

Por lo que, hasta el momento, los cálculos y acciones realizados por los intendentes para aprovechar la ventaja otorgada por el decreto reglamentario firmado por la ex gobernadora en el año 2019, puede ser entendido como una medida apresurada teniendo en cuenta la decisión del juez Ocampo que vino en rescate de una ignota concejal y, de esa manera, termina beneficiando al resto de los ediles y a los intendentes. El artículo 7ª  afirma que "el período de los Intendentes, Concejales, Consejeros Escolares, Diputados y Senadores a la entrada en vigencia de la presente Ley será considerado como primer período".

No esperaron el consejo pretérito y aún vigente del Viejo Vizcacha, personaje pícaro creado por José Hernández para el MartÍn Fierro, que acerca de los jueces, recitaba: "No le des de que quejarse…pues siempre es bueno tener, palenque ande ir a rascarse".

En vez de aferrarse al "palenque" decidieron aprovechar el decreto reglamentario que estableció que si los intendentes dejan el cargo antes de cumplir la mitad de su mandato, pueden volver a presentarse en el siguiente turno electoral.

La larga fila de intendentes con licencia

 

Hay que decir que la mesura no es precisamente una de las cualidades de nuestros políticos porque los intendentes bonaerenses no sólo piden licencias en sus cargos ejecutivos para aprovecharse a futuro de un decreto que va contra el espíritu republicano y democrático de la ley vigente, sino que, además, se hacen nombrar en nuevos puestos en otras dependencias estatales y, en algunos casos, en diferentes jurisdicciones.

No sólo continúan ejerciendo el poder desde otros puestos sino que, también, dejan en manos de gente de su extrema confianza, familiares en algunos casos, el día a día de la gestión comunal por los próximos dos años en los que estarán de licencia.

Cuatro ejemplos recientes, Jorge Macri de Vicente López; Ariel Sujarchuk de Escobar; Gustavo Menéndez de Merlo y Cecilio Salazar de San Pedro, con adscripciones partidarias distintas pero unidos en la maniobra. Un referente del PRO, dos del Frente de Todos; y un dirigente de Juntos que viene del partido FE, decidieron dejar sus puestos ejecutivos.

Jorge Macri fue reemplazado por Soledad Martínez que acompañó como primera candidata a concejal al primo del ex presidente Mauricio Macri y que terminó asumiendo como ministro de gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires.

Ariel Sujarchuk abrió el paracaídas para acceder a un puesto en la administración de Alberto Fernández, justo antes del plazo límite por el cual podría haber perdido los beneficios del decreto. Antes del 10 de diciembre pidió licencia y fue nombrado, posteriormente, como titular ente que administrará la Hidrovía. Poco se sabe acerca de las condiciones de Sujarchuk para conducir un tema tan complejo como es la autopista de nuestras principales exportaciones.

Gustavo Menéndez, por su parte, hombre desconfiado o afecto a la familia, dejó a su hermana, Karina Menéndez, como intendente interina. Al menos no accedió a un cargo pensado a su medida mientras aguarda el resultado de la apelación judicial al  fallo por fraude en la administración pública que lo inhabilitó de por vida para ejercer cargos públicos. Una causa conocida como "mochila verde" que remite a su paso de director provincial de Casinos y a un faltante de 600.000 pesos del Casino Central de Mar del Plata en el año 2007, cuando el dinero argentino tenía otro valor, más preciado que el actual.

Cecilio Salazar tampoco se quiso quedar afuera de una posible reelección y el dirigente sampedrino de Juntos por el Cambio que llegó a la intendencia con la estructura del partido FE fundado por el extinto sindicalista de peones rurales, Gerónimo "Momo" Venegas, asumió, recientemente, como director del Belgrano Cargas y es otro de los intendentes que sólo parece creer en los lazos de sangre. Dejó en el puesto de intendente interino a su hijo, Ramón Salazar, que venía desempeñándose como concejal.

Ejemplos que tuvieron un primer antecedente en la decisión del intendente de San Martín, Gabriel Katopodis que, ni bien triunfó en las elecciones de 2019 aceptó el encargo del Presidente Alberto Fernández para asumir en el Ministerio de Obras Públicas. Todo indica que en el 2023 Katopodis  regresará a su pago chico. El mismo camino de retorno que intentarán ensayar Jorge Ferraresi de Avellaneda, actualmente ministro de Hábitat de la Nación, y "Juanchi" Zabaleta de Hurlingham, que asumió en reemplazo  de Daniel Arroyo en el ministerio de Desarrollo Social.

Katopodis pidió licencia como intendente de San Martín para asumir como ministro de Alberto Fernández.

 

En provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof, abrió las puertas de su gabinete a Martín Insaurralde de Lomas de Zamora y, al citado anteriormente, Leonardo Nardini, que dejo su puesto en la localidad de Malvinas Argentinas, para asumir de ministro de Infraestructura bonaerense.

Otros intendentes dejan sus puestos ejecutivos para asumir cargos legislativos logrados  en la reciente elección de medio término. Son los casos de, Mariano Cascallares de Almirante Brown; Carlos Pugleli de San Andrés de Giles y el intendente de Carlos Casares, Walter Torchi.

El atajo para no perderse la intendencia en el futuro próximo también lo tomaron, Francisco Echarren de Castelli, rápidamente nombrado en el ministerio de Transporte nacional que conduce el ministro del Frente Renovador, Alexis Guerrera. Héctor Olivero de Tordillo, designado titular de Aguas Bonaerenses y el secretario de hábitat de la provincia, Santiago Maggiotti que conducía los destinos de Navarro.

Los siete magníficos

 

Pero hay casos más arduos para intentar resolver con un atajo o un interpretación ad hoc de la ley. Estos son los ejemplos de siete "barones" del conurbano que  no  deberían aspirar a ningún resquicio para ser reelectos pero que, sin embargo, aguardan por una ayudita del juez.

Mientras observan con envidia como 20 jefes comunales se "guardan" para el próximo turno electoral, 17 de ellos pertenecen al oficialismo del Frente de Todos, Mario Ishii de José C. Paz; Julio Zamora de  Tigre; Alberto Descalzo de Ituzaingó; Fernando Gray de Esteban Echeverría; Mario Secco de Ensenada; Andrés Watson de Florencio Varela y Alejandro Granados de Ezeiza, llevan más de dos períodos consecutivos gobernando sus distritos y ese hecho debería poner punto final a sus aspiraciones para repetir en el 2023.

Mientras aguardan la definición final de la Justicia por la decisión adoptada por el magistrado Jorge Ocampo preparan a sus familiares directos o a su círculo de más confianza para intentar una sucesión ordenada del poder en sus distritos. El ejercicio del nepotismo que atenta contra la meritocracia social.

Disimulado por los votos que obtienen de sus vecinos, los intendentes bonaerenses retoman, en la mayoría de los casos, las prácticas medievales de la suma del poder público. Una cuestión que habla muy mal del estado de la democracia moderna que logramos recuperar en el lejano y, recientemente recordado, año de 1983.

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