Se resolvió el conflicto generado en el ex basural

Se resolvió el conflicto generado en el ex basural

Hace muchos años -y son varias las sucesivas administraciones municipales- que la Ciudad no encara o no atina a resolver el grave problema que plantean los pequeños basurales que proliferan en los barrios y en la periferia, algunos de ellos muy extensos, convertidos en endémicas amenazas sanitarias y al mismo tiempo en una negativa demostración de falta de limpieza urbana. 

Muchos de ellos, como se sabe, derivan en quemas a cielo abierto en las que se registran incendios intencionales o espontáneos.

 En este último caso los vecinos se ven obligados a convivir con espesas columnas de humo malsano, que deben respirar cotidianamente y que es producto de la presencia de esas quemas. Se está hablando, además, de focos infecciosos que agravan entonces la situación.

Un simple recorrido por todo el distrito, permite comprobar que el problema se presenta en la mayoría de los barrios y localidades platenses. Montañas de ramas, de troncos y de hojarasca acumuladas en esquinas o paseos públicos, convertidas también en receptáculos de todo tipo de residuos, pueden observarse aquí y allá, como testimonios de la indisciplina de muchos pobladores que los arrojan y, a la vez, como prueba de la morosidad y negligencia de la Municipalidad en su condición de responsable de la limpieza urbana.

Tan sólo en esos microbasurales esquineros se advierte que la exposición a restos de materia orgánica implica la aparición de riesgos en la salud.

Por lo general, esos basurales crónicos contienen todo tipo de desperdicios domiciliarios más plásticos, vidrios, latas, y hasta restos de enseres. Esas acumulaciones atraen roedores e insectos que se convierten, así, en literales transmisores de enfermedades a los seres humanos. No faltan tampoco muebles desvencijados o artefactos viejos, como cocinas oxidadas.

Pero también colaboran con la formación de basurales los perros vagabundos que, aprovechándose del sistema del “arrime” previo en las esquinas que realizan los recolectores, se encuentran todos los días con bolsas con restos de comida que no tardan en esparcir.

Ecólogos platenses advirtieron que los microbasurales dan refugio a roedores e insectos de toda clase, criándose en ellos, por la acumulación de agua, mosquitos, moscas, vibriones y bacterias, atribuyendo esta proliferación a la pérdida de una visión acerca de lo que debe ser una gestión integral de los residuos en una ciudad.

Aquí se ha dicho muchas veces, que el tema también involucra a la conducta ciudadana. Y que los propios platenses tienen un alto grado de compromiso en el mantenimiento de la Ciudad limpia. Incorporar hábitos ciudadanos que contribuyan a no ensuciar el espacio que es de todos, es una clave importante para garantizar la limpieza de la Ciudad.

En ese sentido, no arrojar residuos a la calle; no contribuir a la formación de basurales; respetar los horarios indicados para sacar la basura a la puerta; cumplir con un adecuado embalaje de los residuos, son todas conductas que cada vecino debe preocuparse por observar. Pero desde ya que la máxima responsabilidad recae sobre las autoridades, que deben ocuparse de promover y garantizar un eficiente sistema de recolección de residuos y de limpieza general de la vía pública.

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