CGT se reúne para monitoreo y prende una vela por Moroni

CGT se reúne para monitoreo y prende una vela por Moroni

La “mesa chica” debatirá desde las 17 en UPCN con la preocupación central en su reclamo todavía no resuelto por fondos para las obras sociales.

Por Mariano Martín

Con la esperanza de que la crisis del oficialismo no los perjudique, los principales referentes de la CGT se reunirán esta tarde para monitorear la evolución de las negociaciones internas y los cambios en el Gabinete nacional. El encuentro de la “mesa chica” de la central, pautado en la sede de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) a las 17, tendrá como principales ejes el posible desenlace de las negociaciones por fondos para las obras sociales a partir de la salida de Martín Guzmán y la intención de los gremios de blindar la figura del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, otro de los funcionarios apuntados por Cristina de Kirchner.

La renuncia del ministro tomó por sorpresa a los sindicalistas. Aunque no desconocían la tensión permanente y el limado de meses de la vicepresidenta a Guzmán, varios indicios de la semana parecían haberlo fortalecido: pasó el test con el Fondo Monetario y tuvo éxito en su colocación de deuda. Incluso contaban con la versión del propio Moroni de que en el acto que presidió Alberto el viernes en la CGT, su entonces par de Economía lo puso al día de negociaciones internacionales sin mostrar una mínima señal del estallido político que produciría al día siguiente.

Una vez consumada la eyección por decisión propia, el mismo sábado arrancó la evaluación de pros y contras en la CGT, un espacio institucional que como pocos en la Argentina se caracteriza por su capacidad para olfatear la acumulación de poder. La primera lectura refirió un fortalecimiento de Cristina de Kirchner, algo que siempre inquieta a los dirigentes por tener a la vice como una amenaza para el control de sus obras sociales. Pero incluso con ese fantasma presente, para los gremialistas la mayor preocupación pasa por el despoder en un gobierno peronista.

Ayer la inquietud dio paso por momentos al sentido de la oportunidad. En ese aspecto vieron con buenos ojos el rol protagónico que necesariamente asumió Sergio Massa, un dirigente que se encargó de trabar buenas relaciones con casi todos los sectores internos de la CGT. Sobre todo con Héctor Daer, a quien contó como socio en la fundación del Frente Renovador junto con Alberto Fernández.

Con Massa en un cargo plenipotenciario la cúpula sindical se ilusionó con una mayor ejecutividad en decisiones que le incumben, en particular la demora en la puesta en marcha de un sistema de auxilio financiero para las obras sociales por un monto estimado en 35 mil millones de pesos para este año. Se trata de una asistencia comprometida por Alberto Fernández desde el año pasado, y sólo cumplida parcialmente en esa oportunidad, para que el Estado cubra con aportes del Tesoro el costo de las prestaciones de educación y transporte para sus afiliados discapacitados.

El otro ítem de preocupación para la CGT, que hoy pondrá en común en UPCN, es el futuro de Moroni. El ministro de Trabajo goza de la absoluta confianza para la gran mayoría de dirigentes y como respuesta la “mesa chica” de la central lo protegió frente a cada hostigamiento de la vicepresidenta y de La Cámpora.

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