La ruptura del PRO, clave para que Máximo llegue al quórum en Diputados

La ruptura del PRO, clave para que Máximo llegue al quórum en Diputados

Crece un peronismo amarillo liderado por UATRE y dirigentes del interior. La tropa de Monzó define si se abre. Schiaretti y Camaño recrean un interbloque para arbitrar. Los llamados de Macri.

Desde que fue confirmado como jefe del oficialismo en Diputados Máximo Kirchner se abocó a consolidar la unidad del peronismo, con llamados a los más reacios a recibir sus órdenes. Logró un respaldo del jujeño José Luis Martiarena y hasta un elogio del gobernador riojano Ricardo Quintela, con la esperanza de garantizar a sus tres coterráneos.

 

Pero aún si consigue fusionar todas las versiones del peronsimo y adosarle los bloques provinciales de Santiago del Estero y Misiones, como hizo Cristina en el Senado, el oficialismo sería la primera minoría pero no alcanzaría los 129 necesarios para tener quórum y controlar el recinto a gusto. 

 

Llegaría a 120, uno más que el techo de Juntos por el Cambio, y podría engrosar la lista con al menos uno de los tres puntanos (Carlos Ponce), la neuquina Alma Sapag y en algunos casos el rionegrino Luis Di Giácomo.

 

No hay mucho más y para no transpirar en cada sesión, Máximo y Sergio Massa, futuro presidente de la Cámara baja, centran sus expectativas en la ruptura del PRO y la creación de un bloque de al menos una decena de diputados dispuestos a ayudar en momentos complicados.

Con los misioneros y santiagueños, Todos tendrá más diputados que Juntos por el Cambio pero sin ser mayoría. Si una decena del PRO se aparta y ayuda, llegarían sin problemas. 

 

El plan A es el de Emilio Monzó, que afianzó un grupo de incondicionales decididos a romper liderados por Sebastián García de Luca, Gabriel Frizza, Juan Aicega y, algo más reticente, Silvia Lospennato. 

De Luca es el más entusiasta en hacer un bloque propio y en tal caso mezclarlo dentro del frente de Juntos por el Cambio, una opción que rechaza Cristian Ritondo, confirmado este miércoles como jefe del PRO y dispuesto a pedir la mitad de las comisiones si el oficialismo no llega a la mayoría.  

 

Pero en estos días se le sumó un frente interno con los peronistas del interior que llegaron por el PRO pero no quieren recibir órdenes de Macri. A algunos ni siquiera les parece descabellado ayudar a Alberto los primeros meses.

 

El nuevo líder de este grupo es Pablo Ansaloni, un diputado que asumió en 2017 por gestión de Ramón Ayala, el secretario general de la Unión de Trabajadores Rurales (UATRE), el gremio del recordado Gerónimo "Momo" Venegas que acompañó a Macri en toda su gestión pero siempre se reivindicó peronista.

 

Ayala asistió a la última reunión de la CGT con Fernández, lo escuchó prometer una convivencia sana con los gremios y habilitó a Ansaloni a asociarse con peronistas del interior para al menos apoyar al presidente electo en su luna de miel.

 

Anotan como posibles aliados al santacruceño Antonio Carambia, los tucumanos Domingo Amaya y Beatriz Ávila, el riojano Felipe Álvarez, los sanjuaninos Eduardo Cáceres y Marcelo Orrego y el fueguino Federico Frigerio, entre varios otros que reciben llamados. Y tan decidido está Ansaloni que especula con oficializar la ruptura antes del 10 de diciembre, aún si no lo siguiera nadie.  

Fuentes del PRO aseguraban a LPO que este miércoles al menos 8 de estos rebeldes cenaron juntos en Buenos Aires y estarían cada vez más cerca de dar el portazo. Terminó de irritarlos que el resto de las autoridades del PRO también se definiría a dedo: Álvaro Gonazález tendría la vice segunda de la Cámara y Carmen Polledo sería secretaria parlamentaria. La vice primera quedaría para el peronismo unido, como en el Senado.

 

Con lograr que al menos una parte de los macristas molestos hagan la suya y ayuden con el quórum, Máximo podrá respirar tranquilo y bajarle el precio a la avenida del medio que, como anticipó LPO, diseñan sin prisa y sin pausa Graciela Camaño y el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti.

 

Suman entre ambos 11 bancas (7 y 4) y se entusiasman con robarle peronistas al oficialismo si se demoran en hacer una demostración de poder como la que exhibió Cristina en el Senado. 

 

Los cordobeses están activos y Schiaretti bajó línea: darán quórum casi siempre, no bloquearán leyes que consideren favorables, pero esperarán que Alberto venga al pie cuando haga falta. Para marcar territorio, criticó el posible aumento de retenciones, que las entidades rurales piden debatir en el Congreso, y no estaría dispuesto a aprobar la emergencia económica para reasignar partidas, si es que el nuevo presidente se decide a pedirla.  

El martes los cordobeses encabezaron una cena del actual bloque Argentina Federal y buscaron retener al bonaerense Eduardo Bucca y al salteño Andrés Zottos, dos peronistas que están con Camaño y son tentados de sumarse al oficialismo junto al electo Alejandro "Topo" Rodríguez. 

Entusiasmados, le ofrecieron a los chaqueños Elda Pértile y Juan Mosqueda quedarse en un interbloque opositor y ayudar al oficialismo sólo cuando sea necesario. Los notaron convencidos de seguir ese camino, pero saben que Alberto puede complicarles los planes si confirma a su jefe Domingo Peppo como embajador en Paraguay. Este miércoles lo recibió en su oficina.

Como anticipó LPO, Macri trabaja en tándem con Ritondo para evitar fugas y la semana pasada llamó a Ayala, el jefe de Uatre, y le reclamó que se quede en Cambiemos y frene los movimientos separatistas de Ansaloni. "Yo no me fui, pero voy a hacer lo que les convenga a mis afiliados", lo ubicó el gremialista. 

Hasta el cordobés Luis Juez pasó por el despacho presidencial para garantizar que no hará un monobloque, pero no evitó reproches. Reclamó una confederación de partidos provinciales con voz y voto en la mesa de Juntos por el Cambio y por ahora no le respondieron. 

Mientras intenta consolidar su tropa, Máximo y Massa siguen estos movimientos expectantes de tener un puñado de opositores dóciles que allanen el camino para no sufrir sobresaltos en cada sesión. Los dos se llevan muy bien con Monzó. Y lo necesitan.  

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