Schiaretti resiste la presión para cerrar escuelas y teme una rebelión de los intendentes de Caserio

Schiaretti resiste la presión para cerrar escuelas y teme una rebelión de los intendentes de Caserio

El gobernador de Córdoba apuesta a una estrategia de "foquismo sanitario" para acotar los cierres.

Con 41 por ciento de las camas ocupadas y 238 pacientes con asistencia respiratoria mecánica (18 por ciento), Juan Schiaretti comenzó a construir un "consenso sanitario" de cara a la decisiva reunión del próximo viernes, cuando se decidirá si la Provincia endurece las restricciones por 15 días.

Con la decisión política de "sostener la presencialidad" en las escuelas, el pilar es un comando coordinado de los ministerios de Salud y Educación, que tendrán la lectura fina de los números. En ese marco, el Gobierno sostiene que de las 62.335 burbujas en las que está dividido el sistema escolar, en las últimas dos semanas sólo se activaron protocolos en el 2,4 por ciento, sin que esto signifique que los contagios se originaron en las escuelas.

La Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) tiene una lectura distinta y comienza a presionar: Zuli Miretti, la número 2 del gremio docente, dijo que "en las comunidades en las que la tasa de incidencia de casos supere los 200 cada 100 mil habitantes, se debe suspender la presencialidad educativa".

"Desde UEPC mantenemos la postura de que hay que avanzar en un esquema de suspensión focalizada de la presencialidad, en aquellas escuelas en donde las condiciones sanitarias lo demanden", dijo la gremialista, quien pidió una "discusión sanitaria, no educativa".

"Las escuelas van a ser la última actividad en cerrarse. Primero se apuntará a las reuniones sociales; luego, a las gastronómicas. El cierre de las escuelas será el último botón que apretará Schiaretti; ése es el desafío que tiene hoy el gabinete", dijo a LPO un funcionario de Gobierno.

El foquismo sanitario es la estrategia que tomó fuerza en las últimas horas. Endurecimiento de restricciones por regiones geográficas podría ser la nueva medida que se anuncie el viernes, basada en los datos epidemiológicos de cada zona.

 

En El Panal evalúan dos posibles conflictos de rebeldía de parte de los intendentes.

La lupa está puesta en los 11 jefes comunales peronistas de Punilla, el departamento que tiene alambrado Carlos Caserio. El jueves, este colectivo emitió un comunicado de respaldo a la candidatura de Caserio para el Senado, en el que sostuvieron: "No habrá crecimiento provincial sin un proyecto de país, y ese proyecto lo conduce Alberto Fernández, quien necesita el acompañamiento de dirigentes" como Caserio.

Cerca de Schiaretti el comunicado público cayó pésimo; y algunos colaboradores del gobernador anticipan la posibilidad de un conato de rebelión de Punilla respecto de las restricciones light. "Fue una sobreactuación, no hacía falta ir a gritar el gol en la cara; ni (Eduardo) Accastello hizo eso cuando se fue con el kirchnerismo", explica una fuente del Gobierno.

La otra postura disonante podría ser la del radical Marcos Ferrer (Río Tercero), quien dijo que llevará a la reunión del viernes una "postura solidaria". "Cuando estábamos complicados en la ciudad, pedíamos restricciones en toda la provincia; y ahora que estamos bien no sería justo cambiar", dijo Ferrer a LPO.

"Tememos que Ferrer haga 'larretismo' al revés para diferenciarse de la política sanitaria que fija el Gobierno. Insistiremos con el discurso de que este no es el momento para buscar ventajitas políticas", resumió la misma fuente oficial.

Los funcionarios políticos del Gobierno que trabajan en el "consenso sanitario" buscan aplacar estas y otras rebeliones latentes, aunque "dejando que cada departamento" fije criterios propios de restricciones locales "si los intendentes se hacen cargo". El ejemplo es el departamento San Justo, en el este provincial, donde los intendentes cerraron actividades deportivas y restringieron la capacidad de las reuniones sociales. 

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