Schiaretti y el temor a la polarización

Schiaretti y el temor a la polarización

Está decidido a ir con listas propias a las elecciones legislativas. Algunos peronistas le advierten que sus candidatos pueden quedar mal posicionados en una disputa frontal entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos.

Algunos de sus allegados dicen que Juan Schiaretti no salía de su asombro cuando escuchó el destemplado mensaje del presidente Alberto Fernández, el miércoles pasado.

“Lo peor que nos puede pasar es que no estemos todos unidos para afrontar la pandemia”, habría sido una de las definiciones que se escuchó en el Centro Cívico, atribuida al gobernador.

Schiaretti no dirá una palabra sobre el conflicto entre la Nación y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por las medidas contra la pandemia.

Percibe que detrás de los roces está la mano del cristinismo duro, encabezado por el gobernador bonaerense Axel Kicillof, influenciado por Cristina Fernández.

Por ahora, el mandatario provincial mira de lejos el cruce entre la Nación y Capital Federal, pero es consciente de que, más temprano que tarde, la segunda ola de Covid llegará con fuerza a Córdoba.

Allí se planteará la disyuntiva de cerrar todo o mantener abiertas algunas actividades, entre ellas la educativa, como ocurre por estos días en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba).

Un dato que no pasó inadvertido en el Centro Cívico: el comunicado de los legisladores cordobeses del Frente de Todos que pidieron al gobernador que se sume a las duras restricciones que el Presidente resolvió para el Amba.

La lectura que hacen los schiarettistas es que el pedido de los parlamentarios albertistas y cristinistas generó un alto rechazo entre los cordobeses.

En una primera mirada rápida, parece que los peronistas distanciados del PJ cordobés le hicieron un gran favor a Schiaretti, quien ya tiene decidido competir con listas propias en las próximas elecciones legislativas.

Las redes sociales y los mensajes de la gente a los medios de comunicación locales mostraron un fuerte rechazo al pedido que hicieron los legisladores K, aunque el humor social es cambiante.

En el schiarettismo, hay otras miradas. Hay quienes consideran que es acertada la estrategia del Frente de Todos local de profundizar la grieta, con un objetivo electoral.

PREOCUPACIÓN

Entre los asesores y funcionarios schiarettistas, hay otra preocupación que va más allá de la cuestión sanitaria y que toca a la política: la polarización entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio puede eclipsar el mensaje de los candidatos schiarettistas.

“Una elección legislativa nacional es siempre a favor o en contra del Gobierno nacional de turno. ¿Qué vamos a decir nosotros? Encima, la Nación no está discriminando a Córdoba como lo hizo Cristina Fernández. No podemos quejarnos de nada”, razonó un schiarettista capitalino, con muchas campañas sobre el lomo.

Como dicen los consultores, no hay peor campaña que no tener ejes claros y concretos para transmitirles a los electores. Ese será el principal desafío del schiarettismo.

Tanto en el Centro Cívico como en la Casa Rosada admiten que en Córdoba será una pelea entre dos boletas peronistas por el segundo lugar, que es lo mismo que decir por la tercera banca en el Senado.

Ningún peronista pone en duda que Juntos por el Cambio mantendrá su alto caudal electoral en la provincia, más allá de su invariable interna, que se resolverá en las Paso, en caso de que estas se concreten.

Los peronistas memoriosos también recuerdan que cuando tuvo que elegir a sus candidatos y la estrategia electoral siendo gobernador, a Schiaretti no le fue bien en los comicios legislativos nacionales de medio término.

Los fríos números de la Justicia electoral nacional marcan que el PJ cordobés terminó tercero en 2009.

En 2017, Hacemos por Córdoba estuvo muy lejos del avasallante triunfo en las urnas que mostró en los comicios provinciales de 2019.

Ahora, el PJ cordobés también tiene en el horizonte un escenario inédito: deberá competir en lo que se puede considerar una interna peronista provincial.

A diferencia de elecciones del pasado reciente, esta vez hay varios peronistas históricos que marcaron diferencias con el gobernador y se sumaron al Frente de Todos.

El caso más emblemático es el del senador Carlos Caserio, quien hasta octubre de 2019 presidió el PJ cordobés.

Schiaretti está convencido de que debe mantenerse lejos del Frente de Todos, pero no pocos schiarettistas admiten que es peligroso quedar atrapado en la grieta cada vez más profunda entre los K y los opositores de Córdoba.

 

Por Julián Cañas

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