Seis de cada 10 pesos del Presupuesto fueron a pagar jubilaciones, planes o subsidios a empresas

Seis de cada 10 pesos del Presupuesto fueron a pagar jubilaciones, planes o subsidios a empresas

Las transferencias al sector privado llegaron a $ 3,9 billones, sobre un total de $ 6,6 billones que se ejecutaron el año pasado. Cálculos oficiales y privados estiman que el déficit primario cerrará en torno al 6,5% del PBI.

Las planillas del presupuesto incluyen un sinfín de ítems y cifras que explican en qué gasta el Estado Nacional sus recursos, que provienen mayoritariamente de lo que recauda a través de impuestos. Hay desde $ 3.189 millones en pasajes y viáticos o $ 408 millones en elementos de limpieza hasta $ 1.245 millones en programas de computación o $ 60 millones en utensilios de cocina y comedor. Sin embargo, esos gastos terminan siendo chiquitaje al lado de lo que representan las transferencias al sector privado: el 59% del Presupuesto 2020 fue para pagar jubilaciones, asistencia social o subsidios a empresas.

El análisis de todas estas cifras es clave para entender las dificultades que tienen los gobiernos en Argentina para reducir el déficit fiscal primario (el que no cuenta los pagos de deuda), que en 2020 se prevé que finalizará por encima del 6,5% del PBI. Es una cifra récord, que según estudios del propio Gobierno solo se superaron en los años del Rodrigazo. A noviembre, con los últimos datos de recaudación, las arcas del Tesoro acumulaban un déficit primario de casi $ 2 billones.

En total, a finales de diciembre todas las dependencias del Estado habían devengado $ 6,6 billones. De esos, $ 3,9 billones están clasificadas como transferencias al sector privado. Eso incluye, principalmente, $ 2,3 billones de jubilaciones y pensiones, $ 1,1 billones para lo que se define como “Ayudas sociales a personas”, y $ 377 mil millones destinados a empresas privadas. No es casual, entonces, que el 46% del Presupuesto 2020 haya sido utilizado por la Anses, desde donde no solo salieron los tradicionales pagos a jubilados y pensionados, sino también el IFE o el ATP con el que se buscó paliar el impacto de la crisis que profundizó la cuarentena por el Covid-19.

Los números se vuelven más complejos al sumar las transferencias al sector público, que representan el 18% del total del Presupuesto. Incluyen, por ejemplo, $ 581 mil millones que se giraron a empresas públicas o fondos fiduciarios (con los que se terminan pagando obras o incluso también subsidios a empresas privadas). También hay $ 393 mil millones que fueron transferidos, por fuera de lo que exige la ley de coparticipación, a las provincias y municipios. Las cuentas fiscales de los distritos quedaron asfixiadas producto de la pandemia y la cuarentena. Como explican los economistas, el dinero es un bien fungible, por lo que esos fondos también terminan financiando cualquier tipo de gasto que realicen las provincias.

Después del pago de “servicios de la deuda”, que insumieron el 9,3% del Presupuesto 2020, el otro ítem que tiene más peso es el de “Gastos en Personal”. Fueron $ 569 mil millones, que representan el 8,6% del total. Más allá de las dificultades políticas y sindicales que acarrea una medida de ajuste en este punto, hay un aspecto que muestra que es un gasto poco flexible: el 81% fue para pagar los sueldos de personal de planta permanente.

Se gastaron $ 3.200 millones en pasajes y viáticos y $ 3.000 millones en publicidad

El resto del Presupuesto 2020 -apenas el 4%- se destinaron a pagar servicios no personal, bienes de uso y bienes de consumo. En el primer ítem los mayores gastos son en “servicios técnicos y profesionales” ($ 16.800 millones), “mantenimiento, reparación y limpieza” ($ 15.500 millones) y “servicios comerciales y financieros” ($ 10.600 millones). También incluye los servicios básicos como luz y agua ($ 9.400 millones) o la “Publicidad y propaganda” ($ 3.000 millones).

Entre los bienes de uso se destacan los ítem “Construcciones” ($ 72.250 millones) y “Maquinaria y equipo” ($ 13.600 millones). Para “Equipo militar y de seguridad” hubo $ 2.600 millones, menos que lo gastado en pasajes y viáticos o en publicidad oficial. También se gastaron $ 89 millones para libros y revistas.

Por último, el mayor gasto en bienes de consumo fue en “Químicos, combustibles y lubricantes” ($ 44.500 millones). El 84% de eso fue para comprar productos farmacéuticos y médicos. También se incluye $ 14.700 millones en “Productos alimenticios, agropecuarios y forestales” y $ 3.400 millones de “Útiles menores médico, quirúrgico y laboratorio”. En “Textiles y vestuario” se gastaron $ 2.100 millones y en “Útiles de oficina y escritorio”, $ 280 millones.

 

Por Gabriel Ziblat

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