El Sindicato de Custodios afirma que el incremento de la inseguridad desnuda la falta de capacitación

El Sindicato de Custodios afirma que el incremento de la inseguridad desnuda la falta de capacitación

Las modalidades de los hechos de inseguridad van variando según el momento histórico en que se desarrollan y en la actualidad a las formas comunes en que transcurren hay que sumarle la irrupción de delitos perpetrados por “iniciados” y el desborde de conductas individuales que traspasa todo límite impuesto por la sociedad, sintetiza un documento elaborado por el Sindicato Unidos Trabajadores Custodios Argentinos (SUTCA).

 Desde la organización gremial que conduce Christian López parten de un análisis estadístico y toma los últimos acontecimientos, que por su impacto conmovieron a la opinión pública. La vida en tiempos de pandemia y las consecuencias socioeconómicas que esto implica precipita la aparición de sujetos que se inician en el delito empujados por una realidad que los descoloca.

Para las fuerzas de seguridad pública y privada esto trae nuevos desafíos y deben estar preparadas para enfrentar estas nuevas modalidades que suelen alejarse de las tradicionales. También pueden incrementar determinados rasgos patológicos de la personalidad que en tiempos de cierta normalidad se encuentran encapsulados. Esto son desafíos que se nos presentan con mayor asiduidad: ¿Los trabajadores y trabajadoras de seguridad privada estamos preparados para enfrentarlos?

El hecho que terminó con la muerte de un policía en la Ciudad de Buenos Aires luego de ser apuñalado nos alertó de sobremanera y nos hizo volver a nuestro eterno cuestionamiento a la falta de capacitación, cuestión que el sector mayoritario de los empresarios se niegan a enfrentar.

Si bien para nosotros la capacitación es obligatoria, la misma es extremadamente básica, con muy pocas horas de instrucción, sin especificidad alguna; todo es lo mismo, el que custodia un Hospital público o una Clínica privada o el que cumple funciones en un supermercado, un consorcio, un barrio privado o una aeropuerto. Y todo es lo mismo porque la capacitación la toman como un costo al que hay que sortear rápidamente o evitarlo directamente.

Muchas empresas ni cumplen con esto. En síntesis, para resolver diversas modalidades de delitos, para preservar nuestras propias vidas, incluso la de quienes lo cometen debemos contar con una capacitación de excelencia, con protocolos de actuación.

Es imprescindible que lo entiendan los empresarios y se corran de la lógica del negocio rápido y la reducción de costos. Hay que sumarle que jornadas laborales de 12 horas diarias con un solo franco semanal hace inviable una seguridad de calidad. En el mismo sentido salarios claramente por debajo de la línea de la pobreza hace imposible dedicarse a esta sensible tarea con la atención necesaria.

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