El Sindicato de la Alimentación se pronunció contra el despido de un trabajador en Arcor.

Fue luego que la empresa alimenticia despidiera a un empleado que pidió un cambio de turno por padecer diabetes.

Despido por diabetes

Después de coronarse como empresa «inclusiva» por contratarlo, Arcor despidió injustamente a un empleado que solicitó un cambio de turno.

El empleado ahora no tiene obra social para cuidar su enfermedad y quedó desamparado en una situación de crisis que se agrava.

El gremio inició gestiones para que la empresa revea la decisión y que cumpla con la normativa laboral.

Agustín Supicciatti fue cesanteado sin aviso previo ni un pago completo de la indemnización, tal como lo detalló en una entrevista con el medio Radio Realpolitik FM

Según el trabajador fue despedido sin previo aviso y con un pago indemnizatorio parcial.

La medida habla del poco compromiso social de la empresa y  fue tomada en pleno momento de expansión de la pandemia y deja al trabajador desamparado, aún cuando se trata de población de riesgo.

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STIA Córdoba contra el despido

Agustin Supicciatti tiene 33 años, es oriundo de la ciudad de Córdoba.

Injusta e ilegalmente, después de cuatro años consecutivos de contrato, una de las empresas más grandes de Argentina decidió despedirlo por tener diabetes.

El joven licenciado en logística se mostró impotente y contó paso a paso cómo lo fueron dejando sin trabajo.

Entró a trabajar a la planta de Córdoba capital en un puesto de analista de logística, pero tan sólo ocho meses después «por buen desempeño y por cumplir con los objetivos que se me pusieron, me ofrecieron una jefatura en la Ciudad de Buenos Aires».

«Cuando me contrataron hace cuatro años y les dije que era diabético, lo tomaron como una corona, como algo positivo para sentirse inclusivos. Es algo que hace con varios empleados Arcor», dijo.

Despido por ser población de riesgo

El nuevo puesto requería disponibilidad de las 24 horas del día.

Es que que se dividía en tres turnos rotativos.

«En octubre o noviembre tuve en una semana tres hipoglucemias, en todas terminé convulsionando», contó.

«Desde la empresa se lavaron las manos y a los quince días me despidieron», concluyó el trabajador.