En diálogo con El Tribuno, el dirigente trazó un pantallazo de los principales aspectos en los que está enmarcado el sector a nivel nacional y cómo lograr que la recuperación que se experimenta actualmente se convierta en un crecimiento sostenido de la actividad.

En el mes de julio, después del impacto de la segunda ola, hubo un crecimiento fuerte de la actividad. ¿Piensa que es un rebote de la economía o puede haber una tendencia de crecimiento?

Lo más importante en este sentido es que desarrollemos estrategias para que la recuperación se transforme en crecimiento sostenible. Respecto a los indicadores, los relevamientos que hace la Unión Industrial Argentina (UIA) muestran que esa recuperación es heterogénea. Incluso observando los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), 53 por ciento de los sectores mostraron un primer semestre mejor al primer semestre de 2019, pero 29 por ciento se encuentran por debajo. 

Por eso desde UIA estamos trabajando en un documento de propuestas que aborda de manera integral todos los desafíos que tenemos por delante. Estamos trabajando en un documento de propuestas que presentaremos el año que viene y que incluye las cuestiones tributarias, laborales, inversión y desarrollo tecnológico entre otros, con una mirada de largo plazo.

Lo vamos a elaborar con todas nuestras territoriales, queremos relevar las cuestiones logísticas y de infraestructura. Cada región y cada provincia tiene sus particularidades y los empresarios de cada lugar son los que conocen bien las situaciones a resolver en cada caso, sean temas tributarios provinciales o municipales que requieran articulación con el sector público a ese nivel o bien mejoras en infraestructura que requiera una vinculación directa al sector público nacional.

¿Cuáles son las ventajas de esta articulación territorial?

Este relevamiento nos permitirá darle una sustancia sectorial y regional a cada propuesta. Este trabajo va a ser clave para potenciar la actividad productiva y bajar costos que perjudican la productividad, competitividad e inserción internacional de nuestro país. Cada variable tiene que dialogar con las otras para generar un horizonte de previsibilidad de largo plazo.

La presión tributaria es un problema complejo porque, además de que tenemos superposición tributaria, se vuelve un diferencial competitivo con el sector informal de la economía que no tributa. Desarrollamos nuestra actividad productiva con el agravante de la competencia desleal y, además, la desprotección de los trabajadores que se encuentran por fuera de todo tipo de cobertura. Este año hemos empezado a registrar un repunte de la actividad. Tenemos que seguir trabajando para que esta recuperación se consolide, hacerla sustentable y transformarla en crecimiento.

Para provincias, como las del norte, poco industrializadas, ¿cree que debería haber más incentivos oficiales para atraer inversiones?

Primero que nada, todas las provincias del norte tienen una base industrial de relevancia, incluso en algunos casos representando una fracción no menor del empleo privado que se genera. Por ejemplo, en la creación de la Unión Industrial Argentina había provincias del norte que tuvieron un peso destacado y eso fue hace más de 130 años. Asimismo, generan enclaves positivos arraigando a la población al territorio, a la vez que atrayendo más población. Sin embargo, hay que destacar las asimetrías generales que existen en un país federal, pero concentrado. 

¿Cuáles son esas asimetrías?

Estas asimetrías que generan mayores costos de transporte, mayores costos tributarios por el esquema del funcionamiento de algunos tributos, como impuesto a los ingresos brutos, y las dificultades de acceso al financiamiento relativo. En este sentido, es que una política de promoción del empleo formal, de diferenciales tributarios y de una fuerte promoción del financiamiento, donde la tecnología brinda facilidades de acceso que no existían 5 o 10 años atrás resultan vectores clave para poder desarrollar las regiones productivas del norte.