Todos los medios de comunicación acuerdan en que Macri quiere instaurar una reforma laboral similar a la brasileña, que les quita poder de negociación a los sindicatos y deja a los trabajadores librados a su suerte contra las patronales, Siley no duda en afirmar que “el Gobierno va a negar todo antes del 22 de octubre, como ya lo hicieron en el 2015”.

La sindicalista aseguró que “en el movimiento obrero argentino aparece el enorme desafío para una central obrera que no solamente tiene que estar unificada en una forma sino, fundamentalmente, en un único criterio y una decisión política de debatir, confrontar con el Gobierno en torno al modelo económico. La CGT no está en diálogo en el cual una parte cede y la otra sale ganando, siempre debe haber intereses comunes donde ambas relegan algo. Pero eso se está tornando para discutir normativas o leyes”.

Además, la dirigente apuntó que la otra cuestión real es “evitar una reforma legal igual al modelo brasileño para derechos laborales, por ejemplo, la flexibilización. Lo que daña a los puestos de trabajo es, por ejemplo, la reapertura indiscriminada de importaciones. Entonces nuestro rol como movimiento obrero es discutir la política económica”.