El STIHMPRA representa dos ramas sumamente esenciales: los mercados de concentración y comercialización frutihortícolas y las cámaras frigoríficas de climatización, conservación, congelamientos y fábricas de hielo de toda Argentina.

En 2010, el sindicato armó una oficina de violencia laboral con un grupo de especialistas para el abordaje de esta temática.

Al representar a dos ramas tan distintas tuvo que pensar en un abordaje diferenciado.

En las empresas de hielo, congelamiento y conservación de alimentos los trabajadores y las trabajadoras en general tienen una relación de subordinación a mandos medios que, muchas veces, por mandato de la patronal ejercen violencia contra sus subordinados.

Por otro lado, tenemos la actividad de los mercados futihortícolas donde la violencia y la discriminación es mucho más visible y a menudo no es solo verbal o física sino psicológica y el temor a perder el empleo hace que los obreros soporten cualquier tipo de maltrato.

No hay margen para el reclamo de derechos básicos como horario y almuerzo porque la patronal está con el “bueno, dejalo y andate a tu casa” en la punta de la lengua porque sabe que la mano de obra de esa rama no necesita mucha calificación y por consiguiente abunda.

Una perspectiva que debemos tener en cuenta a la hora de hablar de violencia laboral es que se desconoce la magnitud del daño causado.

Un daño muy difícil de evaluar

Muchas veces el trabajador y la trabajadora soportan esta violencia porque tiene familia para mantener, pero al mismo tiempo el malestar causado por un ambiente laboral hostil se traslada a la convivencia familiar destruyendo los vínculos sanos.

Las dificultades para denunciar la violencia laboral y el acoso moral se dan básicamente por el temor a perder el empleo. Si esto es así en Buenos Aires en el interior de las provincias se multiplica.

En los pequeños pueblos donde todos se conocen y donde una denuncia a una empresa puede significar quedar marcado y que no te den trabajo en otro lugar, se dificultan los procesos y se incrementa la violencia.

A veces la empresa en cuestión es la única existente en una zona. Por esa razón el STHIMPRA trabaja de forma rigurosa, acompañando a los trabajadores y las trabajadoras en su lucha contra esta violencia psicológica, física, de género.

Desde el sindicato fomentamos la capacitación delegados y delegadas, afiliadas, madres e hijas para concientizar sobre las distintas formas de violencia.

Asimismo, permanecemos en contacto con nuestros delegados, que son quienes nos informan sobre las situaciones en cada empresa de cada sector.

Abordaje de género

Por supuesto debemos tomar todo con mucha discreción para que los compañeros y las compañeras que denuncien no sufran represalias.

Se trabaja también con campañas en las redes sociales y la elaboración de folletería para distribuir en cada actividad que se realiza.

Hemos incorporado un abordaje de género de la violencia laboral.

El año pasado abordamos la violencia en el noviazgo y ese tema hizo que muchas madres se acercaran al sindicato solicitando material e información. Se elaboraron folletos informativos para que las adolescentes tengan y las madres sepan qué es la violencia en el noviazgo.

En 2019 arrancamos con eventos para las mujeres que no se limitan a las afiliadas o delegadas del sindicato, sino que se extienden a sus madres e hijas.

No olvidemos que la violencia laboral es un ataque a los derechos humanos, un atentado a la integridad de las personas que afecta su vida personal, laboral, social y su salud psicofísica.

Hoy seguimos trabajando codo a codo junto a la red Intersindical. Aprovecho para agradecer especialmente al secretario general Claudio Burgos por la confianza y por el espacio que nos brinda en el sindicato.