Transformar basura en naturaleza, la magia de hacer compost

Transformar basura en naturaleza, la magia de hacer compost

Reciclar la materia orgánica sin necesidad de tener un jardín ni un espacio grande en tu casa es posible. Todos los mitos, secretos y detalles para hacer tu propio compost.

Hacer compost no está de moda ni es algo nuevo. Es, de hecho, uno de los hábitos que tienen incorporados muchos adultos y lo más tradicional en lo referido a la reutilización de elementos. Lo que sí se ha visto con fuerza en los últimos años es la versatilidad de esta práctica al punto de que muchas personas lo hacen sin necesidad de tener huerta y hasta sin tener patio.

Compost en departamentos, en cajones apilados que solo ocupan una esquina de la casa, plantas aromáticas en solo una maceta y hasta huertas sobre la pared son algunas de las formas que ha tomado el interés por la naturaleza y la producción propia de alimentos.

La mayoría de las fuentes vinculadas con esta práctica y con la sustentabilidad, coinciden en que los residuos orgánicos son al menos el 40% de los desechos que producimos diariamente. Cáscaras de huevo, de frutas, verduras, yerba usada, borra del café y papeles sin tinta son algunos de los elementos orgánicos que pueden ser compostados y volver a la tierra, el lugar donde nacieron, para seguir generando vida. Básicamente consiste en la utilización de los mencionados "residuos" que, mezclados con tierra y agua, se van degradando y el resultado es abono para el suelo y para que lo plantado allí, crezca con fuerza.

En Neuquén y la zona del Alto Valle es mucha la gente que no solo produce su propio compost sino que, apasionada por lo que hace, quiere difundirlo para contagiar e incentivar a otras personas.

Alejandro, Silvia y Juliana, parte de la familia que se dedica a criar lombrices californianas.

Sebastián Fariña Petersen

Alejandro Magnago y su familia empezaron a tener su propia huerta en macetas hace unos cuatro años hasta que sumaron un criadero de lombrices californianas, que en tiempos de pandemia se convirtió en un emprendimiento. No por necesidad económica sino por la posibilidad de dedicarle más tiempo y energía al trabajo con la tierra que, considera, es también “terapéutico”.

“Yo soy de la época que ponía una verdura a la parrilla y vos me pegabas. Ahora hasta yo lo hago y es muy lindo, sano y qué mejor que crearla vos. La gente está tomando conciencia”, reconoció el vecino de 50 años. “Todos dicen que comer sano es caro, pero es mentira porque en una maceta estás haciendo lechuga, cebolla y estás comiendo sano y a bajo costo”, sumó. Consideró que “hay un cambio cultural” y que a mucha gente le hizo “un click en la cabeza” vinculado con el cuidado del medioambiente, que sobre todo nota en la juventud de entre 20 y 30 años.

“Todos se enfocan en la planta y nadie se enfoca en la tierra cuando la tierra es lo más importante porque es la que te da el sabor a la verdura”, explicó Alejandro sobre su emprendimiento de lombrices californianas del que también forma parte su esposa Silvia Díaz y su hija Juliana, la ideóloga del proyecto y encargada del manejo de las redes sociales, desde donde ofrecen contenido vinculado al producto que ofrecen.

“Veía que la gente directamente te vendía la tierra ya compostada y se tiraban muchos desechos orgánicos, y queríamos enseñarle a la gente que con eso podía llegar a hacer algo y no directamente tirarlo. Entonces se nos ocurrió vender las lombrices para que la gente haga su propio compost y pueda reciclar la materia orgánica de su casa también”, explicó Juliana, quien transita el quinto año de la escuela secundaria.

Sebastián Fariña Petersen

Cruzando el río Neuquén y en plena zona de chacra, desde Fernández Oro, Verónica Scagliotti también transmite su pasión por la tierra y nota un mayor interés en el compostaje surgido en el último tiempo. “A nosotros nos parece fantástico que mucha gente se vaya animando y vaya perdiendo el miedo a compostar en espacios chicos, incluso en departamentos, porque ahora aparecieron un montón de opciones. Lo bueno de esta práctica es que uno tiene que buscarle la vuelta y adaptarlo a lo que tiene”, explicó la mujer de 42 años.

Habla en plural porque lo incluye a Matías Bustamante, con quien tiene el proyecto “Hacelo compost”, desde donde difunden y comparten información sobre la temática. “Adentro de jaulitas, en baldes, en bidones de agua de cinco litros. Podes hacerlo en infinidad de recipientes si no tenés un patio grande, es adaptable a casi todos los rincones o las casas”, aclaró.

"Hacelo compost", el proyecto de Verónica y Matías desde Fernández Oro.

Mitos sobre el compost

Que tiene olor feo y que atrae moscas son dos de los principales mitos que rondan sobre el compost y lo que muchas veces frena a la gente para hacerlo, según lo señalado por Verónica.

“El compost no debería tener olor, debería tener olor a tierra húmeda o quizás al principio levemente ácido, pero no debería tener olor feo para nada. Si tiene olor feo es porque se nos fue algún residuo que no correspondía o estamos agregando muchas cosas húmedas y se nos está pudriendo”, explicó. Sobre la presencia de moscas, dijo que al inicio del compost podrían aparecer “las moscas de la fruta chiquititas” pero “así como aparecen, una vez que terminan su ciclo desaparecen”. “Si lo tenés bien tapado, capaz ni te das cuenta porque las mosquitas están adentro del recipiente y ahí mueren”, agregó.

Otro de los límites para muchas personas es el espacio pero, como se aclaró antes, las posibilidades son infinitas y casi cualquier lugar es adaptable para el compostaje. Y aunque otra de las preocupaciones suele ser dónde depositar finalmente toda la tierra enriquecida sin tener huerta ni un gran jardín, también aparecen otras opciones.

“Yo hago compost pero no tengo jardín, lo hago para reciclar los residuos orgánicos y lo uso para ir mejorando el suelo de alrededor. Hay gente que lo hace y después se lo da a los familiares. Lo podés dejar madurando un tiempo para secar, usar en plantas, los usos son varios. Tenía un vecino que lo ponía alrededor de las plantas de la plaza enfrente de su casa, y es una re buena opción”, ejemplificó Verónica.

“Está bueno generar el hábito de compostar y ver que no te lleva tiempo, que es bastante terapéutico, no solo para los chicos que les genera cierta curiosidad sino que para los grandes también está bueno. Cómo vas viendo la transformación es bastante interesante”, consideró.

Sebastián Fariña Petersen

¿Compost con o sin lombrices?

El compost y el lombricompuesto son dos prácticas distintas. Alejandro es un apasionado de la cría y el uso de lombrices californianas para mejorar la calidad de la tierra, mientras que Verónica aclara que el compost puede hacerse sin ellas e igualmente obtenerse un buen resultado.

Para el especialista en humus (compost de lombrices), lo más beneficioso de las lombrices californianas es su reproducción y los nutrientes que aportan a la tierra, que impactan de forma directa en lo cosechado. “Los tomates que te venden no tienen olor, sabor ni nada. En mi huerta yo sé que tengo un tomate exquisito, que no le pongo ni sal”, mencionó.

Sebastián Fariña Petersen

“La idea es que proliferen porque transforman la materia en excremento y eso es lo mejor que hay en nutrientes y que tanta falta hace por los agroquímicos y los pesticidas que se han usado en la tierra”, agregó Alejandro.

Por su parte, Verónica afirmó que muchas veces se confunde el compostaje con el lombricompuesto, pero que “son dos prácticas que se pueden hacer juntas o se pueden hacer separadas”.

“Uno puede hacer compost y ya estás reciclando. La lombriz lo que hace es comerse ese compost y mejorarlo estéticamente. Va a tener mejores propiedades físicas, va a estar más aireado, va a permitir la porosidad, pero en nutrientes va a ser parecido. Estéticamente va a ser mas lindo el lombricompuesto que el compost, pero si está bien hecho el compost no se nota casi la diferencia”, opinó la mujer.

Aclaró que la incorporación de lombrices es “agregar otro organismo vivo y hay que tener más cuidados, para mantener la población de lombrices, que no se te mueran, que no se te vayan, es agregarle otro cuidado más”, por lo cual para aquellas personas que no puedan dedicarle mucho tiempo, recomendó hacerlo simplemente con desechos orgánicos compostables.

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