El “peronismo” perdió la Provincia de Buenos Aires. Y ya el enunciado es todo un dato que refleja que los diagramas, las negociaciones y las roscas exhibieron de las peores elecciones que ha hecho el histórico espacio fundado en 1945.

Cada uno y una de los y las dirigentes sindicales con quien se comunicó Sonido Gremial durante altas horas de la noche del domingo y ya lunes, expresaban un fastidio de esos que solo las derrotas de este estilo provocan. El escenario era absolutamente favorable. El peronismo no supo ni siquiera aprovechar el enorme yunque (o varios) que tenía el Gobierno en sus zapatos. Ni eso.

En este contexto, también entra el sindicalismo, también observado con lupa ya que en pocos días renovará todo su consejo directivo y con esta bomba federal que cayó sobre el peronismo deberá ¿repensar? su estrategia de elección de autoridades.

En términos futboleros, se dice que en los momentos de crisis son los jugadores más experimentados los que tienen que cargarse el equipo al hombro porque tienen la suficiente espalda. Cuando hay viento de cola, es momento para sacar los pibes al verde césped y hacerlos jugar. Pero cuando el estadio entero putea y se escucha el famoso “Jugadores…lcsm”, los más grandes deben tomar la manija o, al menos, los más experimentados.

Es en este punto, cuando las alternativas que surjan desde la mesa chica de la CGT comiencen a definir la conformación de la nueva conducción, se deba considerar que el arte de la negociación, la rosca, los consensos y también la explosión. Esto será parte de una nueva etapa de Gobierno que tiene a La Libertad Avanza en la cresta de la ola.

La pregunta cae: ¿cuál es el perfil de CGT que debe pensarse tras los resultados de las elecciones? Una con una conducta combativa y con una línea de confrontación permanente; o bien, una armada como para generar los espacios de dialogo suficientes y encarar otra etapa de consensos.

Bien se sabe que lo que viene por parte del Gobierno son reformas estructurales como la previsional, la laboral y la tributaria. Y para las tres, tanto la mala lectura política del peronismo como la sociedad no politizada en su conjunto, le dieron el aval necesario a Javier Milei como para abrir esa tranquera que tenía cerrada.

Apenas asumido, el Poder Ejecutivo no logró cumplimentar el Capítulo IV de la Ley Bases, vinculado a la reforma laboral, ya que la Justicia escudó el amparo solicitado por la CGT. Pero con el suficiente oxígeno en la Cámara de Diputados y Senadores, la CGT deberá estar bien despierta.

¿Es momento para renovar la sangre, para dejar que actúe la experiencia…o combinar ambas? No sobran los nombres, pero el tramo final se acerca, y algunas definiciones comienzan a conocerse.