La uberización del trabajo y la NR36

La uberización del trabajo y la NR36

El viernes 19 de marzo se lanzó la Campaña de Defensa de la Norma Reguladora 36 sobre seguridad y salud en el trabajo en mataderos y empresas del sector cárnico de Brasil. A continuación, un resumen de la intervención del Secretario Regional de la UITA, Gerardo Iglesias.

Estamos asistiendo a un momento histórico en el cual las nuevas tecnologías y la pandemia del Covid 19 potenciaron un proceso que Ricardo Antunes denomina con razón “uberización del trabajo”.

Se trata de una fuerte tendencia del capitalismo desde hace 20 o 25 años, y que se agudizó tras la crisis de 2008/2009, con un proceso doble en el que se consolidó la hegemonía del capital financiero en el sistema capitalista, y por otro lado una expansión tecnológica digital intensísima.

De más está decir que estos cambios no llegaron para beneficiar a toda la humanidad. La transformación política, económica y social a la que estamos asistiendo llegó para satisfacer exclusivamente a las élites dominantes.

En Brasil y en el resto del mundo se está impulsando la precarización creciente de las condiciones de trabajo, la eliminación radical de derechos laborales, en medio del acoso sistemático a los sindicatos y a todo aquel individuo u organización que pretenda poner freno a la maquinaria brutal del neoliberalismo.

Debemos alertarnos y estar preparados, porque este proceso se intenta aplicar para que el Estado de Bienestar sea apenas una etapa del pasado. Hoy el dogma dominante impone que el mundo solo se salva rescatando a las empresas.

Obesidad mórbida

La ideología neoliberal imperante trata bien al capital y maltrata a todo lo demás. Lo único que hoy interesa es el bienestar y la salud de las transnacionales y las corporaciones que dominan el sistema.

Un ejemplo concreto: entre las transnacionales que más han engordado en el mundo está JBS, la mayor compañía transnacional productora de proteína animal.

Parafraseando a Jair Bolsonaro cuando manifestó “Brasil no puede parar”, JBS sostuvo (y sostiene) que no puede parar por la pandemia, pero fue a más: en el pasado año registró lucros inéditos desde su fundación.

Y no importó, ni le importa, ni le importará que sus trabajadores y trabajadoras estén en los frigoríficos amontonados como el ganado en los corrales, pues como fue dicho, lo único que interesa es la salud de los dividendos económicos.

Mientras sus exportaciones crecían de manera sostenida y su economía gozaba de buena salud, al mismo tiempo JBS se negaba férreamente a entregar mascarillas y equipos de labor adecuados a sus trabajadores y trabajadoras.

Desde las organizaciones sindicales debemos reafirmar que solo la lucha nos salvará. Es por ello que la UITA abraza con entusiasmo, rebeldía y cariño la defensa de la NR 36.

Tenemos una oportunidad de demostrar que no todo está perdido, y que podemos darle otro final a esta historia.

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