La UNLP ya trabaja en la impresora de viviendas: “Se pueden hacer casas en menos de 24 horas”

La UNLP ya trabaja en la impresora de viviendas: “Se pueden hacer casas en menos de 24 horas”

El investigador a cargo del grupo que debe diseñar el prototipo de la impresora 3D de viviendas contó los detalles de esta tecnología.

Por: Martín Mazzoleni

Info BLANCO SOBRE NEGRO entrevistó a Pablo Ringegni, director del Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA-UNLP) que llevará adelante el proyecto a pedido del Astillero Río Santiago.

 “La universidad genera convenios en forma permanente con otras instituciones. Hace unos 4 años estuvimos desarrollando una empresa 3D de viviendas para una empresa de construcción de La Plata. Hicimos un grupo de investigación y avanzamos bastante pero luego la empresa decidió abandonar la propuesta”, recordó el titular del GEMA.

El convenio entre el ARS y la Facultad de Ingeniería de la UNLP tiene una duración de cuatro años y plantea como objetivo el diseño de un prototipo de impresora 3D de viviendas. La máquina será construida por el Astillero con asistencia y colaboración del grupo de investigación local.

“La ventaja es que estamos muy a tiempo a nivel mundial. Es muy acertada la idea de Astilleros de hacer esta impresora”, remarcó Ringegni.

Sobre esta innovadora tecnología de construcción, el investigador de la UNLP contó que “fue desarrollada en el año 2000 por un grupo de personas en Baja California, Estados Unidos”, y aseguró que “fue una idea muy exitosa porque a los pocos años la empresa Weber, líder en el rubro de la construcción, decidió empezar la primera impresora 3D de viviendas real para imprimir en forma continua”.

“A partir del 2015 comenzó a tomar vuelo en los  Países Bajos, se empezaron a hacer puentes pequeños, luego algunos más grandes y a partir del 2018 comenzaron a construir las primeras viviendas pequeñas. Actualmente, se construyen casas de hasta 70 metros cuadrados en forma continua en tan sólo 12 horas. Esa es la estructura principal aunque luego hay que vestirla con aberturas y demás elementos”, amplió.

Sobre las ventajas de la construcción con impresoras 3D, el director del GEMA subrayó que “los tiempos son muy inferiores a la tradicional”, y graficó: “Una vivienda de 70 metros cuadrados se puede hacer en menos de 24 horas”.  En cuanto a los costos, se estima son muy una reducción de al menos un 30%.

“Se necesita el trabajo de personas para la colocación de bases y hierros. No así la terminación exterior e interior porque ya hay modelos de impresoras que dejan las paredes listas para usar”, detalló.

Los detalles de la impresora de viviendas

El prototipo partirá de un pórtico de 10 metros de ancho montado sobre unos rieles que se ensamblan hasta lograr el largo del recorrido necesario para cada construcción.  Así, por ejemplo, si se ensamblan 5 metros de rieles, se podrá construir una vivienda de 10 por 5 metros.

Sobre el carro va montado el cabezal donde se ubican las “boquillas o dosificadores de mortero”, que irán vertiendo la mezcla cementicia con la consistencia adecuada para evitar desmoronamientos y aplastamientos del material durante el proceso de fabricación de la casa. Como una impresora 3D tradicional, a medida que el cabezal pasa una y otra vez, va vertiendo el material en capas formando las paredes que estructuran la casa.

La impresora de casas cuenta además con una tolva de almacenamiento dotada con una bomba de mortero que enviará la mezcla por medio de un conducto telescópico a un depósito situado en el puente de la impresora.

Desde allí se alimenta a un motor extrusor donde se incorpora a la mezcla el acelerador de fraguante. Todo ello se conecta a los cabezales o boquillas que vierten el material para la construcción.

“Se requiere de una obra previa para tirar los rieles y alinearlos, algo que es sencillo. Se apunta a construir viviendas sociales para hacer casas en serie, una al lado de la otra. Para ese uso rendiría mucho más aunque podría usarse para hacer una sola vivienda”, explicó el ingeniero y agregó: “Hay viviendas de hasta dos pisas. Las paredes en general son compuestas, con dos laterales y un nervio central”.

“Hay mucho que aprender”

Ringegni aseguró que al ser una tecnología tan novedosa “todavía hay muchísimo para aprender”, y opinó: “Es una muy buena oportunidad para Argentina lanzarse en este tipo de proyectos que están siendo novedad a nivel mundial”. En América Latina todavía no hay ninguna impresora de viviendas funcionando en forma continua.

“Pero para eso se debe adquirir la experiencia necesaria. Una vez que se logra la puesta a punto la diferencia de tiempos respecto a la construcción tradicional es enorme”, aseguró.

En cuanto al desarrollo del prototipo, expresó: “Los tres puntos claves para el desarrollo de la impresora son el diseño mecánico, el diseño del cabezal extrusor que deposita el material y el tercer punto crítico es el desarrollo de la mezcla. El mortero debe ser fluido pero no tanto y además se debe fraguar rápidamente ya que debe resistir la capa de pasta que depositará la máquina en la siguiente vuelta. Es todo un desafío”

Para la construcción de la impresora 3D se requerirán materiales que en su gran mayoría son de origen nacional. “Se necesitará importar la parte de electrónica y algún otro elemento pero nada más”, explicó.

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