Luz verde a los empresarios que despiden y rebajan salarios

Luz verde a los empresarios que despiden y rebajan salarios

La puja entre el Gobierno y los empresarios dio lugar a la cuarentena "administrada". Pero son estos últimos quienes siguen imponiendo sus reglas como Rocca, Alfredo Coto o los dueños de Penta. Reprimen, despiden, suspenden con rebaja salarial y remarcan precios. Otros como los Madanes Quintanilla de Fate lograron que su actividad sea considerada esencial.

 

La cuarentena administrada, como denominaron desde el Gobierno, es una nueva etapa del confinamiento obligatorio que rige en el país desde el 21 de marzo. Se trata de un paso más en el camino hacia la normalización de la actividad económica que aún resulta incierto.

A partir de este lunes se suman al listado de actividades permitidas: la atención bancaria (con horarios regulados y turnos pre asignados), talleres de reparación de vehículos, ventas de repuestos, fabricación y reparación de neumáticos y venta de artículos de librería (mediante entregas a domicilio).

De esta forma la puja de intereses entre el Gobierno y los empresarios “miserables”, dio un nuevo giro mediático esta semana. Ahora Alberto dice que en el marco de la pandemia los empresarios “ayudan”. Pero en los hechos, los miserables de siempre, siguen reinando en sus fábricas. Aprovechando esta crisis sanitaria y social para disciplinar a los trabajadores y rebajar los salarios; no se trata ya de casos aislados. El grito de guerra inicial fue el de Paolo Rocca (el hombre más rico del país), en representación de un plan patronal que pasa de a poco a la ofensiva, con la luz verde del Gobierno.

Patronales en pie de guerra

El dueño del Grupo Techint -que emplea a más de 40 mil trabajadores en el mundo- no sólo ratificó los 1450 despidos incumpliendo la ley de prohibición de despidos decretada por el Gobierno; sino que además aplica suspensiones con rebajas salariales a los trabajadores que no se presenten a trabajar por la cuarentena obligatoria. Rocca hace y deshace a su manera, y el presidente avala esta situación, en una entrevista radial el lunes sostuvo que “con Techint el tema está superado”.

Tras los pasos de Paolo, el dueño del Frigorífico Penta no sólo dispuso de un impresionante operativo policial en Bernal para reprimir a los trabajadores que reclamaban el fin del lock out patronal y los salarios adeudados el jueves pasado. Ricardo Bruzzese va por más, ahora pretende despedir a los delegados de la planta, solicitando su desafuero. Si la producción de carne estuviese puesta en función de las necesidades sociales, en el medio de esta pandemia, no hay razón para mantener la fábrica cerrada y amenazar con 250 despidos en puerta.

Uno de los beneficiados de la semana es el dueño de a fabricante de neumáticos, Fate y de Aluar. Se trata de Javier Madanes Quintanilla quien según el ranking de Forbes posee una fortuna que asciende a USD 1600 millones. Los trabajadores de Fate han hecho pública su denuncia ya que la producción de neumáticos no es esencial, la medida del Gobierno sólo tendría un sentido, seguir beneficiando a los dueños del capital.

La miserabilidad del millonario Alfredo Coto, no sólo se mide por la remarcación de precios en los productos básicos. Esta vez expuso la salud de sus trabajadores en plena pandemia escondiendo la existencia de un caso de coronavirus. Seguir facturando y aumentando sus ganancias, para Coto vale mucho más que la salud de sus trabajadores.

Se suman las múltiples denuncias de los y las jóvenes precarizados que trabajan en locales de comida rápida y cobraron salarios con descuentos criminales. Los jóvenes precarizados son el eslabón más débil del mercado laboral, con alta inestabilidad, salarios bajísimos y escasos o nulos derechos sindicales. Este fenómeno de organización de los precarizados enfrentando a grandes cadenas –como Mac Donalds, Wendy´s, Burguer King, Starbucks, etc- se puso de pie expresando que si hay avance patronal también habrá resistencia.

Todas estas arbitrariedades expresan un plan patronal en marcha, que da pasos con el aval o la vista gorda del Gobierno y los sindicatos. Ellos responden a una lógica que será capaz de aplicar despidos, suspensiones y someter a sus trabajadores a condiciones de trabajo riesgosas, en defensa de sus ganancias. Aprovechando la crisis social y sanitaria para resolver una necesidad que venían posponiendo: abaratar los salarios de los trabajadores. Incluso ya se escucharon voces que pregonan por la reforma laboral.

Mientras el mundo no puede calcular la magnitud del impacto social por la pandemia, en Argentina los empresarios muestran los dientes. Por eso se trata de poner en pie un programa integral de salida a la crisis invirtiendo de lleno las prioridades. Afectando la ganancia de los millonarios con un impuesto a las grandes fortunas que entre otras cosas logre garantizar un salario de cuarentena de $30.000, aumento del presupuesto para salud y compra de respiradores. Haciendo efectiva la prohibición de despidos y ocupación de todo fábrica que cierra o despida masivamente. Impulsando la reconversión industrial para abastecer rápidamente de los insumos médicos necesarios para enfrentar el pico del virus. De la mano de desconocer soberanamente el pago de la deuda odiosa.

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