Wado Barrionuevista; con los que se puede de Alberto, y la cal/arena de Massa

Wado Barrionuevista; con los que se puede de Alberto, y la cal/arena de Massa

No cesa la interna del Frente de Todos, aunque hay circunstancias de unidad. Nuevos dardos entre el Presidente y Wado de Pedro. Inflación y reservas.

Por: Gustavo J. Valdez.

“Wado pasa tanto tiempo con Barrionuevo que ya habla como él”. Palabras más, palabras menos, el comentario irónico se escuchó en distintas mesas de discusión política. Aludía a la declaración del ministro del Interior, que en estos días pidió “apagar la discusión interna por un rato” en el Frente de Todos. La expresión hizo recordar a más de uno al “hay que dejar de robar por lo menos por 2 años” del líder de los gastronómicos que ya tiene varias fotos con ‘Wado’ de Pedro. La más reciente se la sacaron en la mesa que compartieron en el Hotel Sasso, del gremio de Barrionuevo, durante la entrega de los premios Martín Fierro Digital, en la que -dicho sea de paso- Urgente24 se llevó el galardón a Mejor Medio Digital de Prensa Escrita Nativa. Podría haber otra: en el mundo sindical hay apuestas sobre la posible presencia del ministro en el tradicional asado que Barrionuevo ofrece todos los años en Mar del Plata. De Pedro apeló a la paz dentro del oficialismo soslayando que había sido él mismo quien encendió la mecha de la última explosión interna. Como aquella vez, el ministro tampoco se hizo cargo ahora de la responsabilidad que le cupo en esa crisis que tanta atención - y tensión- generó. Pero al mismo tiempo estaba respondiéndole al Presidente, que días antes lo había considerado un funcionario con el que “no puede gobernar”, diferenciándolo de otros con los que sí podría.

Si bien la declaración pretendió ilustrar su enojo con de Pedro, que no nació con el berrinche por la exclusión de la foto con Lula da Silva y las organizaciones de Derechos Humanos en la que el ministro vio una zancadilla electoral, sino cuando encabezó las renuncias masivas de funcionarios kirchneristas en las horas aciagas tras el derrumbe del FdT en las PASO de 2021, Alberto Fernández expuso una vez más el vacío de poder que sufre dentro de su propio gabinete. Tras el fallido intento de darle “volumen político” al staff presidencial y construir desde allí una candidatura presidencial, el tucumano Juan Manzur se vuelve a su provincia para liderar la campaña como compañero de fórmula de Osvaldo Jaldo, quien le cuidó la gobernación mientras el médico oficiaba de Jefe de Gabinete. La coordinación de los ministerios quedará ahora en manos de Agustín Rossi, uno de los pocos con los que el Presidente “puede gobernar”. Luego de haberse vuelto un hombre de su confianza, Fernández puso a Rossi al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), cargo desde el cual se dedicó básicamente a hacer apreciaciones políticas a cuánta radio lo llamara. No faltaron los que consideraron exageradas -cuando no desacertadas- las reiteradas apariciones públicas para alguien que es el jefe de los espías. La jefatura de la AFI quedaría, no obstante, para alguien cercano a Rossi: se habla del ascenso de la actual N°2 del organismo de Inteligencia, Ana Clara Alberdi. Resta confirmarlo.

Con los que también se puede

El que habría quedado rezagado en la elección es el amigo presidencial Enrique ‘Pepe’ Albistur, al que preferirían concentrado en el diseño de los spots con el que el Presidente promociona su gestión y , por qué no pensarlo, su propia candidatura a la reelección. El último de los envíos, que refleja su paso por La Rioja, es llamativo por la visibilidad que adquieren las ministras Carla Vizzotti (Salud) y Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social y esposa de Albistur) y el ministro Matías Lammens (Deportes), como si el Presidente quisiera destacar a otros funcionarios con los que “puede gobernar”. Ese dato llamó la atención de varios observadores que se preguntaron si en ese pool de ministros albertistas estaría quien acompañe al Presidente en una eventual fórmula para competir en las PASO. Que Fernández haya resaltado a esos dirigentes también sería una apuesta por la renovación. Cuando María O’Donnell le preguntó si volvería a compartir binomio con Cristina Kirchner, respondió que eso era “hablar del pasado”. No hizo falta una repregunta para entender que esa expresión incluía varios significados.

Desarme

Para el kirchnerismo, en cambio, lejos de ser el pasado la Vicepresidente es el presente y el único futuro posible. Así es como empieza a desarmar de a poco el argumento de la “proscripción” supuestamente surgida de la condena por corrupción para pedirle a CFK que sea candidata presidencial. El Very Important Periodista Horacio Verbitsky recordó desde su influyente columna en El cohete a la luna que la Vice goza de sus derechos políticos hasta que la Corte Suprema confirme el fallo del tribunal oral, y que si bien podría innovar, los antecedentes indican que el máximo tribunal se toma unos cuantos años (“una década o hasta dos”) antes de dictar un fallo definitivo en un caso tan trascendental, por lo que no obstaculizaría la inscripción de CFK como candidata. Por su parte, Axel Kicillof prefirió hablar en Tandil de la intención de voto de su jefa política antes que de cualquier limitación que tenga para postularse. Comunicadores K también ubicaron la posibilidad de una candidatura de la Vice en el plano de la voluntad o de la capacidad de convencimiento de la militancia. Habrá que ver que opina la propia Cristina Kirchner de todo esto, ya que ella misma fue la que esgrimió la “proscripción” como limitante para competir. Nadie la ve desdiciéndose. Por otro lado, la Vice les dijo a sus dirigentes que tomen el “bastón de Mariscal”, con lo cual los mandó a construir su propio poder político y, eventualmente, un candidato competitivo que se mida en las PASO con las otras facciones todistas.

Adentro y afuera

La realización de elecciones primarias dentro del oficialismo genera divergencias entre los gobernadores peronistas. Después de recibir a Fernández en su provincia, el riojano Ricardo Quintela insistió en no deberían celebrarse internas más no sea -y hay que destacar su honestidad- para evitar que la oposición se ordene. El chaqueño Jorge Capitanich, en cambio, defendió una PASO que fortalezca al FdT y de la que surja un candidato con cualidades suficientes como para ganar en primera vuelta, aunque este escenario quedaría más en el plano de la ficción. Distintas encuestas, como las de Zuban-Córdoba y Opinaia, anticipan una disputa de tercios, en la que el oficialismo rara vez aparece liderando la intención de voto. Este tipo de cuestiones -se supone- se discutirá en la mesa política que el kirchnerismo y Sergio Massa le arrancaron al Presidente. La cita será este jueves 16/02 en la sede del PJ, en la calle Matheu, aunque nadie en el peronismo tiene demasiadas expectativas al respecto. Además, tal como se adelantó en esta columna la semana pasada, la agenda de la “Mesa” es motivo de nuevas disputas: mientras el Presidente quiere reducirla al plano electoral, cerca de la Vice piden un debate ampliado que va desde la gestión hasta la situación procesal de “la Jefa” y el estado de la causa por el atentado, que sumó esta semana una buena para CFK: se peritarán los teléfonos de las colaboradoras del diputado Gerardo Milman, quien está bajo sospecha del kirchnerismo hace tiempo.

Todo eso hacia adentro. Hacia afuera el oficialismo tuvo en estos días elementos para amalgamarse. Uno fue la advertencia de Juntos por el Cambio sobre la herencia económica que dejaría el FdT a la próxima administración. En un comunicado el principal espacio opositor salió a denunciar “una bomba armada” con la deuda en pesos. La declaración le sirvió a las distintas tribus oficialismo para denunciar a JxC por “golpismo financiero” y mostrarse unidas, como lo pidió el Presidente el viernes en Berazategui, cuando llamó a superar diferencias para que no lleguen al poder los que temerariamente denominó “enemigos del pueblo”. El otro factor de unidad todista fue la avanzada contra la Corte Suprema. Sin fisuras, la mayoría oficialista en la Comisión de Juicio Político consiguió la apertura de la instancia de investigación contra los ministros del máximo tribunal. Contribuyeron al resultado los diputados que responden a Sergio Massa, a costa del bloqueo de los proyectos que el ministro de Economía tiene pendiente en el Congreso. La oposición se abroqueló en contra del avance de cualquier iniciativa en tanto continúe el acoso a la Corte.

La cal y la arena

La embestida contra los jueces no es parte de la agenda de Massa, pero la misma se ve entorpecida como consecuencia de cierto seguidismo que el hombre de Tigre hace de los interesas kirchneristas, al que también se entregó el Presidente, en busca de apoyo para sus ambiciones personales, léase candidatura presidencial. De todas formas, el principal obstáculo de Massa en esa empresa, se insiste, es la inflación. El ministro se fijó con el objetivo de llegar a abril con un índice dentro del umbral del 3%. Políticamente se leyó como una promesa. En enero los precios habrían subido a un ritmo cercano al 6%, desdibujando la meta para abril y con ella, el proyecto presidencial de Massa. El pago de un bono a jubilados y pensionados durante 3 meses es un reflejo de que el problema inflacionario no ofrece mejores perspectivas en el corto plazo. A su vez, otro dolor de cabeza para el ministro es la presión sobre las reservas del Banco Central. En 8 días hábiles de febrero la entidad monetaria vendió un 128% de divisas que en todo enero. La sangría, que ya genera preguntas sobre el cumplimiento de la pauta fijada en el acuerdo con el FMI, podría ser subsanada con algún nuevo estímulo para la liquidación del agro, ya sea un dólar diferencial (‘Dólar Soja’-Episodio III) o -menos probable por el corset que impuso el Fondo- una baja de las retenciones. En cambio, a Massa le va mejor en términos políticos. Suma respaldos en la dirigencia y entre los empresarios, y las encuestas lo muestran como el candidato más competitivo del FdT sin Cristina Kirchner en la escena. Sin embargo, el ministro insiste en que no será candidato. Lo repitió en un encuentro con el Presidente en Olivos, en el que estuvieron presentes intendentes. Sin embargo, allí instó a Fernández a que defina si buscará o no la reelección. Capitanich había pedido que el Ejecutivo tenga un solo candidato. Los presentes se acordaron de eso.

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