Belocopitt, un error muy costoso para la UAS

Belocopitt, un error muy costoso para la UAS

La Confederación Unión Argentina de Entidades de Salud debería esforzarse en buscarse un vocero alternativo a Claudio Belocopitt. Bah... si es que prospere alguna negociación futura (poselectoral, obviamente, otro error del financista y empresario).

Nunca se sabrá por qué motivo la UAS (Confederación Unión Argentina de Entidades de Salud) eligió presidente de su Consejo Directivo a Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical Group.

La agenda presente y futura de la medicina prepaga es no solamente delicada sino que requiere de una gran capacidad de negociación política, o sea que exige más paciencia que urgencia, más astucia que audacia, más estrategia que táctica. 

Belocopitt no ha destacado como articulador político: es evidente que lo suyo es lo financiero, además de una audacia empresaria considerable.

Habría que preguntarle a Guillermo Lorenzo y vicepresidente de ADECRA (Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Rep Argentina); y Gabriel Barbagallo, gerente de Relaciones Institucionales de la obra social + prepaga OSDE y de ACAMI (Asociación Civil de Actividades Médicas), qué fue lo que decidió la votación a favor de Belocopitt. ¿El deseo de cicatrizar las heridas en el sector, luego de aquella multimillonaria denuncia de Belocopitt contra OSDE?

 

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Lo cierto es que la UAS definió como su objetivo sumar a todas las entidades privadas del sector para ejecutar acciones concretas que impidan que el sistema sanitario colapse, e invitar al Estado a trabajar de manera conjunta.

En la UAS hay diferentes entidades, y también sellos de goma. Pero es la sumatoria del sector. El problema de Belocopitt es que cada vez que realiza declaraciones, él es prisionero de su sinceridad mal entendida porque, si se considerara a Rick Godwin, sinceridad no es decir todo lo que se piensa sino sentir todo lo que se dice.

Pero es más apropiado recordar al chino Sun Tzu: "Un soberano no puede convocar un ejercito por que él está enfurecido ni un general pelear por que se siente agraviado. Porque mientras un hombre colérico puede recobrar su felicidad y un hombre agraviado puede llegar a sentirse satisfecho, un Estado destruido no puede restaurarse, ni pueden los muertos ser devueltos a la vida. (...) El que sabe cuando pelear y cuando no, saldrá victorioso".

Recortes googleados

En octubre de 2018, durante el Congreso de Salud de los Trabajadores, realizado por el Instituto de Investigación Sanitaria de la Seguridad Social, Belocopitt dijo:

** "Si nosotros le decimos al Gobierno '¡basta, déjense de joder, las próximas 48 horas no hay sistema!', el Gobierno arregla, se pone las pilas o se tiene que ir".

** "¡Saquémonos la careta! La gente tiene miedo de decirle al pueblo que el hospital público no funciona. Si funciona tan bien ¿por qué no se atienden ustedes, los funcionarios, sus hijos? Para atender una gripe en un hospital, la gente tiene que esperar 15, 20 días por un turno".

 

** "La industria internacional viene a la Argentina y dice 'es el mejor lugar para hacer guita' y nos venden los medicamentos más caros que en España, Italia o Francia. Tenemos un PBI destrozado y pagamos la droga 20%, 30%, 40% y 50% más que los países desarrollados".

Probablemente, Belocopitt se encuentre en lo correcto pero no pareciera resultar un estilo para conseguir aliados, en especial gubernamentales.

Evidentemente aquella versión que alguna vez circuló acerca de su interés en acercarse a Mario Quintana, o jamás prosperó o no consiguió nuevos interlocutores el día cuando Quintana dejó el sector público.

El reclamo de Belocopitt es la refundación del sistema de salud pero es una negociación que no requiere de agitadores y menos de verborragia. En especial cuando delante hay una Grieta en la que aparecen 2 enfoques bien diferentes de cómo relacionar al Estado con el sistema de medicina prepaga.

Meses después, en mayo de 2019, fue Belocopitt quien dijo, en contra de la opinión de la Casa Rosada, "La alternativa (María Eugenia) Vidal ampliada a espacios del peronismo es una alternativa superadora".

Abril y mayo fueron meses terribles para Mauricio Macri, culpa del dólar. Llegó estar seriamente comprometida su ambición reelectoral y, probablemente, lo último que él precisaba era esta irrupción adversa de empresarios tales como Belocopitt.

Semanas más tarde, Macri logró reforzar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y obtuvo más asistencia política de Donald Trump, forzó a Vidal a no desdoblar los comicios en Provincia de Buenos Aires y a permanecer en ese territorio en 2019, y volvió a la carga.

¿Dónde quedó, entonces, Belocopitt?

En Radio Con Vos, Belocopitt dijo:

** "Es más que obvio que las expectativas de cambio que se tenían al asumir este Gobierno no se han cumplido".

** "Yo apoyé el cambio en 2015 pero el Gobierno no es como una empresa en la que, cuando te va mal te la bancás solo" (...) "No nos imaginábamos nunca que en mayo de 2019 nos íbamos a encontrar donde nos encontramos". 

Pero tampoco se alineó con su socio en el Grupo América de medios, Daniel Vila:

"No me gusta Cristina, es volver para atrás".

El silencio es salud. Pero Belocopitt parece tener una teoría diferente sobre las relaciones públicas y la búsqueda de consensos. También cree -¿ego?- que alguien lo escuchará mientras todos desesperan por salir airosos de las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias de agosto.

En julio de 2019 visitó el canal del diario La Nación, LN+, y continuó con su embestida, aunque haciendo honor a la intrascendencia de ese medio de comunicación audiovisual, cuidó más el lenguaje:

** "Si el problema en el sistema de salud argentino explota, a la explosión la tienen todos los argentinos". 

** "Esto es consecuencia de un Estado que ha delegado la atención de la salud en las obras sociales y la medicina prepaga, pero al delegarla no se ha ocupado: ha sido la mejor forma de hacer política sin pagar los costos y ha deteriorado al sistema".

** "No está en discusión que un discapacitado tenga que cobrar una prestación social, la discusión es quién debe financiarla, porque hoy lo hacen las empresas de medicina privada y las obras sociales, y en ningún momento esta cuestión fue calculada en el sistema de costos".

** "Que las compañías se van a quedar sin caja, no van a poder hacer frente a sus gatos corrientes y van a quebrar. Es simple y sencillo, y yo le he dicho al Gobierno que vengan a hacer estudios técnicos para comprobarlo".

Días después, en el diario El Cronista Comercial, Belocopitt concluyó su ofensiva mediática advirtiendo que, como gran parte de los insumos del sector están dolarizados, las actualizaciones en los precios no alcanzan y visualiza que se avecina un “gran problema para adelante” al no cubrir los costos.

Sin duda, Belocopitt tendrá argumentos para fundamentar esa apreciación pero lo desliza en medio de una difícil campaña electoral, con Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto luchando a brazo partido contra Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

El Ejecutivo Nacional considera que ya hizo su contribución al sector al autorizar a las prepagas a ofrecer planes “low cost”, que no garantizan el 100% del Programa Médico Obligatorio (PMO), sino sólo prestaciones básicas.

Sin embargo, para Belocopitt no es suficiente, y él cree que así obtendrá mejores resultados.

O sus colegas lo utilizan, para luego sentarse con el Gobierno a negociar; o él realmente cree que los arietes lingüísticos son eficaces para la modificación de la Ley Nº 26.682 (que regula la medicina prepaga).

Sin embargo, si él opina esto debería saber que sus colegas ya tienen noticias desde la política tanto presente como futura, que no es así.

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