Cambiemos: sólo la cohesión matará al rumor

Cambiemos: sólo la cohesión matará al rumor

Esa fragilidad interna que Cambiemos debe revertir es la misma que otorga plafón a aquellos que azuzan a la coalición opositora con el latiguillo de que Macri podría ensayar un acuerdo electoral con Juan Schiaretti.

 

Utilizando sobrecitos de azúcar de esos que están prohibidos en los bares de la Capital, un aspirante a suceder a Ramón Mestre al frente del Palacio 6 de Julio explica cómo cree que se comenzará a dar la discusión para los múltiples recambios que operarán en la política de Córdoba en 2019.

Como si tuviese en sus manos un mazo de cartas, el hombre despliega sus argumentos sobre la mesa de un café del Cerro. Arma una especie de pirámide, construida de arriba hacia abajo, y lanza, con mucho de lógica, una explicación adicional: “Primero se tiene que resolver la gobernación, después la intendencia y, por último, la lista de legisladores y concejales”. De mayor a menor.

No menciona la nómina de diputados nacionales, pero también integrará el gran combo por discutir. Todo eso estará en juego en 2019, como sucede cada cuatro años.

 

El pretendiente forma parte del populoso y a la vez extraño grupo que quiere sentarse en la “silla eléctrica”, como han bautizado varios jefes municipales a la principal butaca política de la ciudad.

 

Ramón Mestre suele definir así su trabajo. Lo curioso es que desde ahí se proyectará para intentar acceder al Panal dentro de dos años.

Al menos en Cambiemos, todos los pretendientes –y hay varios anotados (ya se verá a quién le dará el cuero)– conocen que primero habrá que cerrar el capítulo provincial para recién después ir por el segundo premio, el municipal.

Las posibilidades y variables son muchas: si el candidato a la gobernación es radical, es muy probable que la postulación de la Capital sea para el macrismo/PRO.

A la inversa: si es un “amarillo” el elegido por Macri para pugnar por el Centro Cívico, la intentona por el Palacio volvería a ser potestad de los boina blanca.

Un escenario inesperado podría desatarse si, como altas fuentes del Gobierno nacional balbucean desde sus despachos, el apuntado es un “tapado” que hoy no aparece entre los candidateables que desde la victoria de las Paso se anotaron en la carrera.

Grietas internas

Pero más allá de las especulaciones, Cambiemos Córdoba tiene un problema central que ni la hora más gloriosa de la reciente victoria ante el PJ pudo disimular: su aún débil cohesión interna.

La “escudería”, de la que algunos se jactan de integrar, lejos está de ser un equipo, el principio rector sobre el que se asienta Cambiemos.

La caudalosa ola de votos amarillos dejó en un segundo plano las tretas que se dispensaron los socios en plena campaña. La mugre sigue debajo de la alfombra y limpiarla tomará tiempo y demandará generosidad (hasta aquí no demostrada) de las partes.

Sólo un dato es revelador de la situación actual de la coalición: a casi un mes de la contundente victoria frente al peronismo, cada uno de los referentes continúa en su postura unitaria una vez que se apagan las cámaras.

No hubo reunión de evaluación conjunta entre los miembros. La promesa, trillada cada vez que se pregunta al respecto, es que “antes de fin de año habrá una cumbre de todos los partidos”.

Esa reunión se viene postergando desde el tumultuoso cierre de listas, allá por junio. En los últimos días, Mestre y Mario Negri buscaron emprolijar algo ese rumbo dentro de la UCR. El esfuerzo deberá ser grande para dejar atrás un pasado demasiado reciente de palos en las ruedas arrojados mutuamente.

Esa fragilidad interna que Cambiemos debe revertir es la misma que otorga plafón a aquellos que azuzan a la coalición opositora con el latiguillo de que Macri podría ensayar un acuerdo electoral con Juan Schiaretti.

Esa posibilidad, que sí rondó la mente de Macri en el arranque de su gestión, está hoy sepultada.

Macri quiere derrotar a Schiaretti en 2019 para enarbolar, también en Córdoba, la bandera de la alternancia, como lo hizo en la provincia de Buenos Aires.

Ni en los focus group, tan recurrentes como herramienta a la hora de tomar decisiones para la Casa Rosada, aparece una necesidad cordobesa de juntar al Presidente con el gobernador.

“La gente no nos está pidiendo que hagamos una sociedad con Schiaretti”, aseguran desde Balcarce 50, mientras vigilan, día a día, la novela interna de Cambiemos.

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