Cincuenta mil toneladas abajo en un puerto cada vez menos pesquero

Cincuenta mil toneladas abajo en un puerto cada vez menos pesquero

La estadística oficial marca una reducción del 13% en relación al 2017 por la migración de barcos que ya no pescan merluza y tienen al langostino como especie objetivo. Merlini y los cachetazos de la realidad. Bosch y las sentencias mágicas.

 

POR ROBERTO GARRONE

Al filo del año nuevo, las últimas postales que regala el puerto marplatense muestran muelles abarrotados de barcos parados hasta el mes que viene, dirigentes del SOIP reclamando asistencia de más alimentos no perecederos para sus afiliados y una estadística que refleja un nivel de actividad cual camino de montaña, con subidas y bajadas pero que en el balance muestra un rojo de 50 mil toneladas en relación al año pasado.

El plan de remoción de barcos inactivos que Merlini anunció hace un año para liberar 100 metros lineales de muelle operativo sobre las secciones 4 y 5 no muestra avances más allá que los dueños de la docena de barcos hayan contratado a un ingeniero responsable del operativo desguace.

Barcos amarrados hasta en novena andana refieren que los problemas de espacio en la terminal marítima no se solucionan con anuncios cargados más con buenas intenciones que con decisiones concretas de sancionar a los responsables de abandonar los buques a la suerte de una bomba de achique.

La última cucarda de la que Merlini se vanagloriaba también quedó marchita con la realidad. Esta semana se conoció el subsidio de 20 millones de pesos que pidió el Consorcio al Ministerio de la Producción bonaerense para afrontar obras de mantenimiento e infraestructura para mantener el código de seguridad PBIP.

El puerto autosustentable de Merlini no tiene 1,1 millón de pesos para comprar alambres de púas, lámparas, cámaras de seguridad y alarma con sensores perimetrales –con estos elementos levantaron la certificación que había cancelado Prefectura- pero tampoco alcanza para pagar los casi 2 millones de dólares que costó el dragado de mantenimiento.

La flota que se aprieta en el muelle 2 y el muelle 3 tuvo una de las peores temporadas de los últimos años. Hasta el 13 de diciembre se declararon desembarques por 333.919 toneladas. En todo el año pasado se contabilizaron 383.831 toneladas.

La merma es mayor si la comparamos con el 2015, cuando en Mar del Plata se “declararon” descargas por 437 mil toneladas. Las comillas valen porque hasta ese momento la subdeclaración de merluza era una moneda de curso legan entre los muelles. Es probable que sumado ese pescado negro que no figuraba en los partes de pesca ni la estadística oficial se hayan recibido casi medio millón de toneladas.

Si la falta de controles sobre la flota de altura de más de 5 mil cajones que se registró en la última porción del año se mantiene en el 2019 quizás aparezca con más frecuencia la merluza que brilló por su ausencia en gran parte del 2018. El nuevo Jefe de Distrito, Jorge Canale, bajó la orden a los pocos inspectores que quedan en muelle.

Conmueven las buenas intenciones de Bosch de fomentar el trabajo en tierra en la industria marplatense con el langostino patagónico. “El langostino debe procesarse acá”, dijo el Subsecretario en diálogo con La Capital. Como si con eso alcanzara para revertir la cruda realidad que atraviesa a cientos de trabajadores quienes ni siquiera pueden garantizar el sustento alimentario.

Del manual de buenas intenciones de Merlini, Bosch no ha hecho nada hasta ahora para cristalizar ese anuncio. Ni siquiera ha forzado un encuentro entre CaIPA y el SOIP para acordar un valor común del precio de la producción. La especie no figura en el convenio colectivo.

De las 239 mil toneladas declaradas del marisco en todos los puertos, Mar del Plata recibió apenas 13 mil. Y es posible que buena parte haya llegado congelado en los tangoneros de los apellidos ilustres.

La sobreabundancia inverosímil del langostino y la caída de un 25% de los desembarques pesqueros en Mar del Plata en los últimos 4 años son variables de la misma ecuación. Una cosa tiene que ver con la otra. El puerto es cada vez menos pesquero y genera menos trabajo

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